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sábado, 18 de junio de 2016

Mapeo de los barrios de Caracas


Por Elisa Silva 


Introducción a una nueva cartografía

Sobre cómo hacer legible lo ilegible

Enlace Arquitectura y Grupo SSA recientemente publicaron un libro titulado CABA Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014 que mapea todos los asentamientos informales de Caracas y traza su crecimiento histórico sobre un periodo de 48 años.[1] La data fue producida a partir de cuatro mapas claves de 1966, 1984, 2000 y 2014 y se enfoca en cada una de las 18 grandes aglomeraciones de asentamientos informales llamados Unidad de Planificación Física (UPF) y 50 barrios más pequeños llamados Unidad Aislada (UA) a través de mapas, tablas, gráficos, diagramas y textos [2]. Se registran los patrones de crecimiento, la huella de ocupación, población y densidad, así como la relación espacial entre los barrios y las zonas planificadas de la ciudad. Además de los mapas, ensayos complementarios documentan las implicaciones históricas existentes y ausentes en la cartografía de los asentamientos informales en Caracas.



 Fig. 1: Mapa de la UPF 5 Catia Oesto 1996. 



Fig. 2: Mapa de la UPF 5 Catia Oeste, 2014. 1966 índigo, 1984 aguamarina, 2000 azul y 2014 ocre. El rojo muestra áreas con estructuras depreciadas. / 

Los hallazgos revelan que actualmente la mitad de la población capitalina vive en asentamientos informales, aunque en términos de territorio representan una cuarta parte de la huella urbana. El proceso de urbanización en los barrios ha sido dos veces mayor a la de los segmentos formales; entre 1966 y 2014 se cuadriplicó el áreas de los barrios de 13,5 km2 a 43,3 km3, mientras que en las áreas urbanas formales solo se duplicó de 63,7 km2 a 135,7 km2. En términos de vivienda las densidades son 3 y 4 veces mayor a la densidad de las áreas planificadas y a la densidad recomendada por UN Habitat para ciudades compactas. Más de la mitad de los barrios superan 400 habitantes por hectárea, y muchos superan 600. Finalmente, la diferencia en la ocupación del suelo por la vivienda es también mucho mayor. En las áreas planificadas, requerimientos de áreas verdes, espacio público, calles y retiros implican que el suelo disponible para vivienda es máximo 17%. En cambio en los barrios, la vivienda alcanza ocupar el 60%, dejando escaso espacio para todo lo demás. Como consecuencia el acceso al transporte publico, vialidad, aseo urbano, servicios y equipamientos es comprometido al igual que a las oportunidades para la recreación y el empleo.

Las razones detrás de esta situación han existido durante gran parte de la historia moderna del país. Venezuela es una de las naciones más urbanizadas del mundo con 89% de su población viviendo en ciudades.[3] La explotación del petróleo, que arrancó de lleno en 1920, cambió por completo la estructura económica del país. Pasó de una producción agrícola marginalmente productiva a un modelo orientado hacia el consumo, financiado por la economía del petróleo. El crecimiento de empleo en la ciudad motivó una fuerte migración urbana. Ya en 1950, más del 50% de la población venezolana vivía en ciudades, medio siglo antes de que el mundo alcanzara la misma marca.[4]

Mucho se puede aprender a partir de los sucesivos patrones urbanos, especialmente en Caracas que creció de 136.000 personas en 1935 a 3 millones en el 2016, 22 veces en 81 años. Los mapas de CABA revelan como la ciudad progresivamente absorbió esta población en una combinación de desarrollos planificados y espontáneos.


Fig. 3: Mapa de todos los asentamientos espontáneos de Caracas diferenciados por año de registro 1966,1984, 2000 y 2014. CABA Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014. 1966 índigo, 1984 aguamarina, 2000 marrón y 2014 ocre. 

Sinergias entre dos modelos 1966-1983
Sobre los nuevos barrios que crecieron entorno
a los proyectos de vivienda social del Banco Obrero

Los mapas muestran que 13 de las 18 aglomeraciones de barrios o UPF y 40 de los 50 UAs o barrios pequeños aislados, ya existían hace medio siglo, y en 1983 se registran todas las UPF actuales y todas las UA, menos una. Su disposición sobre el territorio revela un patrón mixto. Algunas de las aglomeraciones más extensas se formaron en terrenos no desarrollados al norte del centro histórico, mientras que otros emergieron en la periferia este, sur y oeste de la ciudad, estrechamente asociados con proyectos de vivienda social construidos por el Estado. Los barrios más pequeños surgen como ocupaciones de los márgenes de quebradas o propiedades en desuso al interior de la ciudad planificada. Como consecuencia, los tejidos urbanos informales están entrelazados con los formales, haciendo de Caracas un caso único entre las ciudades de América Latina donde típicamente coexisten de forma segregada.

¿Como entender este fenómeno urbano? La migración del campo a la ciudad comenzó a sentirse desde la década de los veinte. El Estado respondió con programas de vivienda social a finales de la década a través del Banco Obrero, gracias a la capacidad financiera que le permitía la producción de petróleo. Comenzaron con modestas aproximaciones en base a estructuras de tres y cuatro pisos. Sin embargo, los migrantes no atendidos construyeron sus propias casas en terrenos ociosos cercanos a los servicios de la ciudad que comenzaron a ser visibles aglomeraciones urbanas durante los años cincuenta.


Fig.4: Unidad de Vivienda Cerro Grande, El Valle. Banco Obrero, Arquitecto Guido Bermúdez, 1954. / 

Fue entonces que el gobierno adoptó una estrategia más intensa con el “Plan Cerro Piloto” basado en la construcción de super-bloques. El primer ejemplo fue diseñado por el arquitecto Guido Bermúdez en El Valle, hacia el sur de Caracas, con una estructura de 14 pisos, construido en el año 1954 y modelado según los lineamientos de L´Unite de Le Corbusier. Seguidamente, y ya con una clara política de erradicación de los barrios, entre 1955 y 1957, Carlos Raúl Villanueva y el Taller Banco Obrero diseñaron y construyeron el complejo de vivienda 23 de Enero (originalmente 2 de Diciembre) entre 1955 y 1957, para el cual se demolieron hogares informales existentes y en su lugar se crearon 12 edificios de 15 piso con 150 apartamentos cada uno y 26 bloques de 4 pisos que sumaron 2.366 apartamentos a la oferta de vivienda.

A pesar de ello, nuevos asentamientos informales continuaron creciendo puesto a que la rata de migración urbana superó la producción de vivienda asequible del sector privado y público combinado. Lo paradójico es que crecieron entorno a estas nuevas estructuras.


Fig. 5. Vista aérea de la Unidad de Vivienda Cerro Grande, El Valle, 2015. / 

La inversión en servicios, carreteras, abastecimiento de agua y alcantarillado requerido en terrenos previamente sin desarrollar sobre los bordes de la ciudad, creó el efecto involuntario de propiciar la formación de viviendas informales en esos lugares. Por ejemplo, El Valle fue testigo de la formación de 17,500 hogares autoconstruidos en 1966 y más de 27,000 en el 2014. En el caso del 23 de Enero, fueron 14.000 en 1966 y casi 80,000 en el 2014. Y es así que emerge un tejido urbano híbrido con áreas planificadas y espontáneas anexas.

Dispersión 1983-2000
Sobre el crecimiento de las ciudades satélites

Los mapeos de CABA revelan que entre 1983 y 2000 [5] el territorio urbano espontáneo creció relativamente poco en comparación con previos periodos. Esto no refleja una menor migración urbana o menor crecimiento de la población, sino que es consecuencia de las inversiones inmobiliarias que se realizaron en las ciudades satélites entorno a Caracas. El gobierno central dedicó importantes recursos a construir nuevos desarrollos de vivienda en Guarenas y Guatire hacia el este, Altos Mirandinos y Valles del Tuy hacia el Sur y en Vargas sobre el litoral norte, como se puede ver en la Figura 6 de 2014 que muestra la extensión del Área Metropolitana de Caracas.


Fig. 6. Mapa del Caracas y ciudades satélites Guarenas, Guatire, Altos Mirandinos, Valles del Tuy y Vargas. En azul las zonas espontáneas. /

Esfuerzos en la producción de vivienda del Banco Obrero, que luego pasó a ser el Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI) en 1975, y Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (FONDUR) cuyo propósito fue adquirir nuevos terrenos para la expansión urbana, facilitaron la construcción de un millón de nuevas viviendas a nivel nacional, de las cuales una porción significativa se construyeron en las ciudades satélite de Caracas. Al igual que antes, la inversión en infraestructura para estos nuevos desarrollos formales facilitó la formación de asentamientos informales en su entorno y entre ambos aliviaron la presión inmobiliaria en la capital y redujeron la expansión de barrios existentes.

Reconocimiento e intentos de integración 2000-2014
Sobre el Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios
y las mejoras a los barrios de Caracas

Entre el 2000 y el 2014, 
[6] la tendencia de desaceleración del crecimiento en el tejido espontáneo de Caracas continua. 20.000 nuevas estructuras aparecieron, en comparación con 40.000 del periodo previo. Los barrios que aún siguen creciendo en área son los mas periféricos: Antímano y Catia Oeste hacia el oeste, Petare Sur hacia el este y La Vega, Valle Coche, Macarao y Caricuao hacia el sur. En cuanto a la población, proyecciones realizadas a partir de mapas y censos [7]registran que un 47% de la población urbana vive en barrios, sin embargo es probable que el número sea aún mayor dado que los mapas no detectan el crecimiento vertical como el que vemos en el barrio Las Minas con casas de hasta 6 y 7 pisos.


Fig. 7. Imagen aérea de la UPF 5 Catia Oeste. / 



Fig. 8. Imagen aérea de la UPF 10 La Vega. /

Ante esta realidad, esfuerzos para mejorar las condiciones de vivienda en barrios se convierten en un imperativo político y social. Entre 1996 y 2000 Caracas finalmente fue testigo de un intenso período de rehabilitación de barrios canalizados a través del gobierno con el “Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios”. Entre otras cosas, el plan estableció una definición legal y física para los asentamientos espontáneos que es el que utilizamos actualmente: las UPF y UAs. Desafortunadamente, el programa fue desincorporado poco después del deslave de Vargas en diciembre de 1999, pero permitió que el estado del arte sobre la rehabilitación de barrios en el país avanzara significativamente.

Desde entonces ha habido poco progreso en temas de mejoramiento de barrios. Recientes programas bajo la administración de Chávez como Barrio Adentro, Barrio Nuevo Barrio Tricolor y Espacios de Paz, que se enfocan respectivamente en salud, mejoramiento de fachadas y espacio público, no han sido implementados de forma homogénea o continua. Barrio Nuevo Barrio Tricolor emprendió un nuevo proyecto hace poco enfocado en la gestión de riesgo a través de la estabilización de taludes y la canalización de torrenteras, pero es demasiado reciente para evaluar su efectividad. Por otro lado, gobiernos municipales como el de Sucre han creado nuevos espacios públicos, canchas de juego y mercados dentro de los barrios. Intervenciones comunitarias más discreteas también han hecho su contribución. A pesar de ello, el número y tamaño de estos proyectos de mejoramiento solo representa un pequeño porcentaje del requerido.

El otro componente de esta ecuación, el continuo déficit de vivienda, por contrario si ha recibido mucha atención. Durante los últimos 4 años, el gobierno se ha enfocado en construir nuevos bloques residenciales a través del programa Gran Misión Vivienda  que adopta una estrategia de relleno de vacíos en la ciudad donde ya existe el acceso al transporte público y otras amenidades urbanas. Sin embargo, el programa ha recibido fuertes críticas por no haber sido adecuadamente formulado junto con mejoras en los servicios, nuevos espacios públicos, equipamientos urbanos y acompañamiento social. Adicionalmente, moradores reprochan la mala calidad de la construcción y deficientes servicios. Y lo peor del caso es que a pesar de la bonanza económica de un petróleo a $100 el barril, que facilitó la construcción de 55.000 nuevas viviendas de la GMV en Caracas, el modelo no alcanza responder a las necesidades habitacionales de la población caraqueña que según estimaciones supera 577.000 viviendas.

Conclusiones
El mapeo es un proyecto
en proceso de construcción

Los mapas tienen propósito. Como afirma James Corner: “el mapeo nunca es neutral, pasivo o sin consecuencia, por el contrario; el mapeo quizás es el acto más formativo y creativo de cualquier proceso de diseño, primero al revelar y luego propiciar las condiciones para que emerjan nuevas realidades.” En ese sentido, los mapas de CABA pueden activar dos aspectos de cambio en la cultura urbana caraqueña. Primero, la cartografía de los barrios actualizada, ausente en los mapas históricos, es una herramienta para que además de los habitantes de los asentamientos espontáneos, todos los ciudadanos podamos ubicar las casas de nuestros pares sobre el mapa y afirmar un derecho común a ser reconocidos e integrados en la ciudad. Segundo, los mapas registran la magnitud y persistencia de una demanda de vivienda no satisfecha, que se materializa en la continua producción de asentamientos espontáneos y que clama ser atendida.

Las condiciones físicas de los barrios no son sustentables y tienen profundas implicaciones en la inequidad urbana que motiva el descontento social, una productividad minimizada y el empeoramiento de la calidad de vida no solo para los habitantes de los barrios sino para todos los ciudadanos. Al hacer la extensión de estos territorios visibles, un sentido de urgencia por su mejoramiento se instala al igual que la búsqueda de soluciones factibles que puedan satisfacer la demanda de vivienda. Las acciones dirigidas hacia atender estos temas tienen implicaciones territoriales que están registrados de forma explícita en los mapas de CABA. Es decir, los mapas ponen en evidencia el camino para orientar una ruta de actuación apropiadamente escalada. Corner lo resume así: “Al describir y visualizar hechos escondidos, los mapas preparan el escenario para trabajos futuros. El mapeo ya es un proyecto en proceso de construcción”.[8]

♦♦♦

Notas:
[1]Créditos de libro: Proyecto y patrocinio: Máximo Sacchini, Grupo SSA / Investigación: Enlace Arquitectura. Principales: Elisa Silva, Valentina Caradonna, Odette Galavia / Colaboradores: Roselys Acosta, Francisco Aguilar, Jeniree Calderón, Ray Coello, Sergio Dos Santos, Alberto Tovar / Autores de textos: Henry Vicente Garrido, Lorenzo González Casas, Orlando Marín, Liliana Amundaraín, Elisa Silva, Valentina Caradonna / Fotografías aéreas: Aérea Estudio / Cartografía: Tranarg Consultores C.A. / Editorial: Fundación Espacio / Impresión: Intenso Offset – Grupo Intenso / Fecha publicación: 2015
[2] Las Unidades de Planificación Física UPF y las Unidades Aisladas fueron definidas por el Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios, establecido por el CONAVI en 1999, como una herramienta de nomenclatura y definición del territorio que permitiera la sistematización de información y la elaboración de estudios y proyectos para cada sector.
[3] El mundo alcanzó una población urbana de 50% en el año 2007. “The Economist. Mayo 2007. “The World goes to Town”.
[4] CABA Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014 muestra que en 50 años los barrios se cuadriplicaron, mientras que las áreas formales crecieron por un factor de 2.
[5] En el año 2000 un nuevo mapa de la ciudad documentó los cambios físicos producidos por la tragedia de Vargas en 1999 que registra digitalmente las áreas formales e informales con precisión.
[6] Las imágenes de Google Earth del 2014 fueron utilizadas para actualizar el mapa del 2000.
[7] Solo se tiene una población por cada UPF en 1990 que forma parte de la documentación delPlan de Habilitación Física de Barrios. A través del crecimiento en el número de estructuras y el promedio de habitantes por estructura se hace una proyección de la población en el año 2000 y 2014.
[8] Corner, James. “The Agency of Mapping.” En Mapping. P. 250

17-06-16

http://prodavinci.com/2016/06/17/ciudad/mapeo-de-los-barrios-de-caracas-por-elisa-silva/


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