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sábado, 18 de junio de 2016

Que el pueblo decida


Por Alberto Lovera


La camarilla gobernante sigue en un ruta suicida ignorando los datos contundentes de la realidad. Actúan como si nuestro país se hubiera detenido en los cada vez más lejanos años donde contaban con el favor popular y una plétora de recursos que derrocharon.

El problema no es que se empeñen en inmolarse como opción política, lo grave es que en esa operación para tratar de perpetuarse en el poder a cualquier precio parece no importarle sacrificar al pueblo venezolano, sometiéndolo a enormes penurias con tal no desdecirse de su modelo que no puede esconder su fracaso.


Actúan como si las innumerables unidades productivas que confiscaron no se encontraran en estado ruinoso, muy lejos de lo que prometieron, mientras siguen acosando a los emprendedores particulares.

Buscan culpar a quienes se empeñan en seguir ofreciendo bienes y servicios, a pesar del entorno adverso, en vez de tenderles la mano, con lo cual agravan la situación de escasez.

Se niegan a aceptar que la crisis que estamos sufriendo ha sido el resultado de sus políticas, buscando achacarla a otros, lo cual cada vez menos le creen.
Como si no hubieran estado en el poder por largos años, quieren evadir que la inflación, la escasez, la ampliación de la pobreza, la inseguridad, la precariedad de la salud, son su responsabilidad.

Cuando todos estos signos de deterioro de la vida nacional se manifiestan y la cúpula gobernante no puede revertirlos, es el momento de apelar al pueblo soberano. Tenemos un instrumento constitucional y estamos en los tiempos para activarlo. Ante la crisis nacional, si el gobierno no cambia, hay que cambiar el gobierno, haciendo uso de los instrumentos constitucionales, pacíficos y electorales de que disponemos.

Nuestro país está en estado de turbulencia y de estallido social por la caída abrupta de nuestra calidad de vida y la incompetencia de la cúpula gobernante de emprender un cambio de rumbo indispensable. Es el momento de apelar a los mecanismos constitucionales para darle un rumbo pacífico a esta encrucijada.

Si la camarilla que detenta un poder cada vez más desgastado no entiende que tiene que someterse al veredicto popular, nos arriesgamos a eventos insospechados y de alto costo social.

Ojalá entiendan que el poder que aún detentan en los órganos del poder público que siguen sus directrices ya no son suficientes para perpetuarse. Que si creen que tienen quienes los apoyen, que se sometan al veredicto popular. Lo contrario es arriesgar la convivencia de los venezolanos en paz.

No se engañen, como si nada hubiera pasado. Tuvieron el favor popular y lo perdieron. Muchos años el poder, pero ahora les toca someterse de nuevo a su veredicto. Sométanse a él pero sin trampas y triquiñuelas. Que le pueblo decida.


17-06-16




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