Por Luis Manuel Aguana, 10/072017
Ciertamente nadie se esperaba la
sorprendente “casa por cárcel” de Leopoldo López. El régimen en una inesperada
jugada de laboratorio que debemos analizar, ordenó al ex presidiario presidente
del TSJ a mejorar las condiciones de reclusión de su preso estrella, de quien
Diosdado Cabello dijo “Leopoldo, el monstruo de Ramo Verde no saldrá nunca de
ahí”. Las cosas deben estar muy mal en el régimen para que esto haya
sorprendido incluso al mismo carcelero (http://notitotal.com/2017/07/08/la-gran-arrechera-paso-diosdado-al-enterarse-la-medida-otorgada-leopoldo/).
Podríamos especular acerca de las
razones que llevaron al régimen a tomar esa decisión humanitaria a favor de
Leopoldo, pero el hecho cierto es que no lo hicieron porque respeten los
derechos humanos de este particular preso político o de ningún otro venezolano
preso o fuera de la cárcel, porque la libertad en Venezuela es algo que depende
del humor de quienes nos desgobiernan. El régimen de Nicolás Maduro nos ha
demostrado con ya casi 100 muertos a cuesta, que ese no es el tipo de razones
que los mueven.
El régimen está buscando
desesperadamente crear las condiciones para volver a tomar oxigeno a través de
la negociación política con la oposición, en un último intento de recuperar su
estabilidad perdida. Pero se ha encontrado que la cosa ahora no resulta tan
fácil como ocurrió en el 2014 con una oposición entregada, ni tan inmediata con
una Mesa de Diálogo vendida previamente como el 2016. Ahora es el propio pueblo
quien decide.
Pero ¿cómo hacer que la oposición
se siente a dialogar cuando la sola palabra “dialogo” esta tan satanizada en la
oposición de calle como la palabra “constituyente”? Al dirigente o partido que
encuentren dialogando en secreto con el régimen lo quemarán vivo en la hoguera
política. En conclusión, el juego está trancado y vamos a una evolución
sangrienta del conflicto.
El régimen entendió que la jugada
maestra de la oposición al convocar al pueblo a manifestar cívicamente su
voluntad de expresarse, opaca de manera considerable el llamado al fraude
constituyente del 30 de julio, poniéndolo en una situación clara de retirarlo.
Pero no lo harán gratis, y su primera muestra de acercamiento es la bandera
blanca de Leopoldo López en su casa. A López no se le dio la opción de aceptar
o no la medida, fue una decisión del TSJ. Así que bien pudieron meterlo en un
saco y llevárselo al Dorado o para su casa. Y eligieron esto último por
conveniencia política.
Entonces la siguiente movida esta
de este lado. De aquí en adelante el mensaje para la oposición es claro. Sin
embargo, el dialogo que espera el régimen no ocurrirá, al menos no en los
términos que ellos están esperando. Con todo lo que ha ocurrido en Venezuela no
podrían esperarlo. Han asesinado, violado, pisoteado y destruido los derechos
humanos de muchas personas. Sin embargo están armados y siguen amenazando a la
población. ¿Cómo se desactiva eso?
Lo primero que el régimen tiene
que comprender es que no son viables. Su posibilidad de seguir gobernando a
Venezuela es nula y deben entregarse. Si, entregarse. Porque llegará el momento
en que aquellos factores internos que hasta ahora los sostienen no los
defenderán más y no responderán por ellos, porque esos factores buscarán su
propia salvación y justificación en una nueva realidad política. El quiebre
vendrá más temprano que tarde, con lo cual la única vía de entendimiento no es
el diálogo, es la rendición. Lo que hay que discutir son los términos de esa
rendición.
Por otro lado, la oposición debe
entender que aunque la convocatoria del 30 de julio sea retirada por el régimen
en un intento de enfriar las calles y la consulta popular, esta última no puede
ser paralizada porque en ella están los elementos políticos que sustentarán la
siguiente decisión de convocar desde la Asamblea Nacional a un gobierno de
transición. Pero aunque la consulta sea mayoritaria a un mandato claro de los
militares para que respalden la decisión del pueblo soberano (segunda y tercera
pregunta), lo que nacerá será un gobierno de papel si no cuenta con un apoyo
previamente acordado con las Fuerzas Armadas a ese nuevo gobierno, y este no
saldrá sin una discusión clara de términos con quienes le dan sustento a este
régimen. Así que de todas-todas hay que hablar si no se desea un baño de sangre
en Venezuela.
Es claro que a ese nivel ya esa
discusión no podría llamarse “dialogo” como podría haberse llamado el año
pasado, sino algo así como “condiciones de abandono del poder” porque a los
militares no les quedará alternativa sino obedecer el mandato popular. A eso es
a lo que tendrían que enfrentarse los factores de la oposición democrática y
los factores del régimen saliente. Como se verá, allí no puede ir cualquiera en
representación de la oposición, ni mucho menos aquellos que vendieron el
dialogo del año pasado, sino aquellos que representen verdadera credibilidad y
honorabilidad en la oposición democrática. Bien podrían buscarse entre los
formuladores de la idea política que hizo posible esta gesta de consulta cívica
y democrática al pueblo venezolano a pesar de la incredulidad y el desdeño de
la dirigencia de la MUD.
Tal vez me adelante un poco a los
acontecimientos dando una opinión optimista a pesar de todo lo que ha pasado,
pero estoy seguro que saldremos de esta crisis. Al ver al Leopoldo López salir
de una mazmorra para reunirse con su familia, no pude evitar recordar una
escena muy sentida de la película dirigida por Steven Spielberg y protagonizada
por Tom Hanks, “Rescatando al soldado Ryan”, quien fuera rescatado en una
misión a un costo de numerosas vidas. Ya muriendo el protagonista, quien
encabezara el rescate, le dedicó sus últimas palabras al soldado Ryan: “James…
hágase usted digno de esto… merézcalo”, algo que quise interpretar como “haga
que valga la pena”.
Estoy seguro que Leopoldo López
tendrá en algún momento futuro la posibilidad de ser Presidente de la
República, y seguramente lo será. Lo trágico sería que lo fuera para que el
país vuelva a la forma tradicional de hacer política, causante real de esta
tragedia, de la que saldremos pronto con el favor de Dios, y de la que él mismo
ha sido su víctima más representativa. Con la alegría que nos da a todos este primer
paso para su libertad plena, este es el momento de los venezolanos para decirle
a López lo mismo que le dijeron al soldado Ryan, por todos los muertos que
costó su rescate y para que nunca lo olvide: Leopoldo, haz que valga la pena…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana
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