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sábado, 23 de septiembre de 2017

Vulnerabilidad por @teclalegre


Por Alberto Lovera


A  Alfredo Cilento

Quiso el azar de la naturaleza que un evento de análisis sobre los 50 años del terremoto de Caracas de 1967 se realizara un día después de un evento sísmico en México, sucedido a 32 años exactos del que impactó la capital mexicana.

Hasta ahora el conocimiento no nos permite predecir cuándo se producirá un sismo. Solo sabemos que cada cierto tiempo se hará presente sin que se anuncie previamente. Lo grave es estar desprotegidos ante estos eventos naturales que no podemos evitar, pero podríamos prepararnos para minimizar sus impactos.

Lo que nos transmitieron los especialistas que han analizado los efectos de la historia sismológica venezolana es que hay muchas cosas que podemos hacer para moderar sus impactos, pero lo grave es que no se están haciendo.
Lo alarmante es que si analizamos todas las fuentes de vulnerabilidad: sociales, económicas (82% de la población en pobreza, en primer lugar), ambientales, de accesibilidad, de preparación ciudadana, de fortalecimiento institucional, nos encontramos en una situación más precaria que hace 50 años.

La sociedad venezolana como un todo tiene que prepararse para mitigar los impactos de las catástrofes naturales que no avisan. Es por eso que se habla de eventos socio-naturales. No los podemos evitar, pero sí aminorar sus efectos.

La vulnerabilidad mayor está localizada en los barrios populares que en un porcentaje importante está ubicado en zonas de alto riesgo. El arquitecto Alfredo Cilento ha estimado que al menos 40.000 viviendas caraqueñas ubicadas en los barrios deben ser reubicadas. Propone un plan urgente al respecto, dado que se perdió la oportunidad al no haberse ejecutado el buen plan de habilitación de los barrios que se formuló en 1999, que no contó con la voluntad política del gobierno para llevarlo a cabo.


Las condiciones de nuestro país, tras casi dos décadas de destrucción de las fuerzas productivas, están en una situación de enorme debilidad ante diferentes eventos naturales, no sólo los sismos.

Tenemos el conocimiento necesario para orientar las acciones. Un importante libro ha sido publicado por la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, que se puede bajar como PDF desde el portal de la ANIH: “El terremoto de Caracas. Cincuenta años después”. Falta la voluntad política para emprender las iniciativas que reduzcan nuestra vulnerabilidad, que supone el trabajo conjunto de gobiernos nacionales, regionales y locales, empresas privadas, comunidades y organizaciones de la sociedad civil. No se puede esperar, es de inmediato que hay que actuar para empezar a reducir la vulnerabilidad, a riesgo en contrario de poner en peligro vidas humanas y el patrimonio construido.

Ojalá se escuchen las advertencias de los conocedores y se actúe en consecuencia para prepararnos ante eventos naturales que no avisan y nos ponen en enorme riesgo.


22-09-17




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