Lester Toledo 05 de agosto de 2020
@LesterToledo
Hospitales
centinelas, moteles y hoteles, gimnasios verticales, CDI, el Poliedro, todos
estos espacios improvisados de confinamiento en Venezuela se han convertido en
campos de concentración, o como también se les denominó en la Alemania Nazi, en
campos de la muerte.
Los
enfermos y sospechosos de COVID-19 están siendo recluidos en esos espacios, en
total aislamiento e incomunicación, pero además de ello en total desatención y
condiciones infrahumanas. Sin agua, sin alimentos, sin medicamentos, ni
controles y mucho menos debida atención.
Mueren
primero y su diagnóstico llega semanas después. Hay pánico entre los ciudadanos
reconocerse algún síntoma y más pánico aún les causa reportarse ante una
institución médica para pedir auxilio, pues en las actuales condiciones implica
firmar su propia acta de defunción, pues sabe que implica recluirse y someterse
a las condiciones más paupérrimas e indignas que ningún ser humano merece.
Muchos
han preferido huir de los hospitales y de estos campos de concentración, para
morir dignamente, en su casa y rodeados del amor de los suyos.
Testimonios
de enfermos de COVID-19 que han sido recluidos en estos espacios dan cuenta de
las condiciones de hacinamiento, y lo peor, que a muchos les ha tocado
compartir su habitación o área con los cuerpos de aquellos que han sucumbido a
la enfermedad, yacen allí, horas y días, sin que haya personal que los retire.
Y
no hemos referido a la situación de extremo riesgo e indefensión del personal
sanitario que está en la primera línea de atención de los enfermos de este
terrible virus, de los cuales, y en lo referente al estado Zulia, estamos
hablando de 22 médicos que han perdido la vida por esta enfermedad, sin contar
al personal de enfermería, camilleros, ascensoristas, personal de seguridad,
recepcionistas, todo el personal que opera en nuestros hospitales y en estos
espacios improvisados destinados a la atención de enfermos y sospechosos de
portar la sepa COVID-19, personal que no son debidamente dotados con trajes,
máscaras, lentes, guantes, gel antibacterial, ni siquiera cubre bocas
adecuados, suficientes o idóneos para resguardar sus vidas.
Nos
atreveríamos a asegurar que con mejores equipos de protección y cupos
asegurados para su atención en clínicas privadas, cuentan los usurpadores del
régimen, sus familias y hasta sus amantes, porque poco les importa el destino o
riesgos que corre el personal sanitario que es sometido a extensas y
extenuantes guardias sin velar por su descanso, resguardo y en mucho de los
casos, ni por su alimentación o transporte.
Hablamos
de una terrible y fatal cifra de seres humanos y profesionales de la medicina,
nuestros héroes caídos, muchos de ellos en esos campos de concentración
socialistas. A este lunes 3 de agosto, van 22 médicos solo en el estado Zulia.
Y de seguir en este esquema de improvisación y mentiras, ya pronto serán 40
médicos y más en el Zulia, ya no se hablará de 20 mil casos de contagios sino
el doble, si acaso el triple.
Porque
si hay algo que nos ha demostrado Nicolás Maduro es el profundo desprecio que
siente hacia los venezolanos. La sola designación de un “bate quebrao” como el
Potro Álvarez, un funcionario del régimen que ni el nombre se le conoce, y
mucho menos sus méritos o logros, como responsable de un “hospital de campaña”
que estará operando desde el Poliedro, es la mejor evidencia de ese desprecio.
Un
sujeto con una responsabilidad, muy por encima de sus competencias, que de
paso, dificultamos que tenga alguna.
Y
ni hablar de las patéticas declaraciones de otro funcionario del Zulia a quien
se le ocurrió decir que el desabastecimiento de gasolina y el caos que han
generado con ello, fue algo “planificado y adrede” para prevenir más contagios.
Alguien que se atreva a decir tal dislate, debe renunciar o ser destituido de
inmediato.
La
triste realidad es que el venezolano hoy solo cuenta con sus oraciones al buen
Dios y a sus santos. Toda la corte celestial está obrando con sobretiempo en
Venezuela debido a la incompetencia, incapacidad y desprecio a la humanidad
demostrada por Nicolás Maduro y su combo de serviles, corruptos y cómplices del
exterminio en toda nuestro país, convertido en el más grande campo de
concentración del continente.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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