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martes, 15 de septiembre de 2015

2016: ¿hacia una precaria economía mundial?, @jesusalexis2020



Por Jesús Alexis González, 14/09/2015

En la crisis mundial (colapso del sistema financiero) de mediados del 2008 (la mayor en los últimos 80 años), se rompió el obligante vínculo entre la masa financiera circulante y el PIB al punto de acabar con la ilusión de armonía entre el desenvolvimiento de la economía real---industrias, fabricas, comercio, agricultura, explotación de materias primas, combinación de trabajo y capital---y el comportamiento de la economía financiera (virtual)---papeles comerciales, bonos, acciones,

títulos valores, etc---sustentada dicha armonía en un mercado real (riqueza existente) que abrigaba la fe en el crecimiento sostenido de la demanda y en un mercado financiero (la riqueza por venir) que creció desorbitadamente ante la “arrogancia” de ganancias “infinitas” apoyándose en la expansión inmobiliaria apuntalada por hipotecas otorgadas a millones de personas (mayoritariamente de bajos ingresos y sin garantías) induciendo al alza en el precio de las viviendas,  estimulando al propio tiempo la esperanza en una revalorización que hiciera posible ¡refinanciar continuamente la deuda! garantizando la operación con ¡hipotecas incobrables! Al tiempo, y como sucede con toda burbuja especulativa, esta también explotó impulsando un colapso que puso fin a la llamada “economía de casino”; equivalente a señalar que se apostó con fichas(hipotecas) garantizadas por un mismo inmueble vendido en “trocitos” (titulización) miles de veces en pro de obtener altos beneficios; lo cual inevitablemente indujo que al momento de aspirar cambiar dichas fichas (cobrar las hipotecas) no había dinero de verdad ni suficientes deudores con posibilidad de honrar el compromiso adquirido; configurándose un perder-perder tanto por el lado del deudor---pérdida del inmueble---como por el lado bancario  ya que su misión no es “quedarse” con  viviendas ya que esteriliza la liquidez como fuente crediticia.

En los últimos años, y muy especialmente en 2015, se ha venido generando un menor nivel de crecimiento en el mercado financiero que se ha traducido en una obvia reducción de la cartera crediticia y por ende en una baja del comercio, la demanda y la inversión con efecto sobre la desestabilización y asfixia de la economía real, al extremo de estimarse que el crecimiento económico mundial 2016 difícilmente supere el ¡2,1%!, en simultaneidad con caídas bursátiles en razón al principio ortodoxo según el cual no se debe participar en la bolsa  en momentos de estancamiento de la demanda e inversión. Tal acontecer, ha impulsado una política de dinero barato por parte de los principales bancos centrales del mundo con la finalidad de sostener la economía virtual en aras de intentar afectar positivamente el crecimiento de la economía real mundial, con el propósito de revertir el panorama que se vislumbra a partir del 2016 donde la mayoría de las principales economías del mundo pudieren entrar en un largo periodo de tasas de crecimiento reducidas (el FMI prevé un 1,6% anual hasta 2020) con prevalencia del binomio alto desempleo---menor consumo; especulación prospectiva que se  fundamenta en el decrecimiento tendencial del PIB mundial en los últimos 4 años: 4,1% en 2011, 3,4% en 2012, 2,6% en 2013 y 2,5% en 2014; al igual que en los resultados económicos 2014 y pronósticos de desempeño 2015 y 2016 en las principales economías del mundo: EEUU: 2,4%, 2,8 y 3,2; Eurozona: 0,8%, 1,8 y -1,7; Japón: 0,4%, 1,2 y 1,1; Brasil: 0,3%, 1,5 y 1,6; Rusia: 0,6%, -3 y 1,2; India: 5,9%, 6,3 y 6,8; China: 7,4%, 7,1 y 6,8; Suráfrica: 1,4%, 2,3 y 2,4 (los 5 últimos conforman el BRICS).

En lo especifico de China, su Gobernador del Banco Central señaló recientemente que la burbuja financiera China había estallado luego de haber crecido a tasas de dos dígitos durante unos 30 años hasta convertirse en la segunda mayor economía del planeta, llegando a representar en 2014 el 15% del PIB mundial. A tenor de ello, queda nuevamente demostrado que los sistemas financieros “optimistas”en su momento de euforia hacen crecer la economía a un ritmo más rápido en relación a su capacidad, con el implícito agravante que al desacelerarse (y reducirse) los rendimientos en la economía virtual  de igual modo seafecta negativamente la economía real.

Dentro del campo de la obviedad, se infiere que la inestabilidad económica en los países  industrializados originará una desaceleración económica en los países emergentes—en vías de desarrollo que comienzan a crecer con su propio (aún incipiente) nivel de producción industrial, con mediana presencia en el comercio internacional y un mercado interno que crece moderadamente en contextos de incertidumbre, riesgo e inestabilidad política---ante la potencial caída de sus exportaciones de materia prima (básicamente hacia China) hasta propiciar una caída en el crecimiento promedio de la producción desde el 6,5% anual reflejado en el periodo 2008-2014 hasta un 5% anual en el futuro cercano; con relevancia del petróleo que durante el 2015 pudiera alcanzar un precio promedio de US$ 59/b y mantenerse así por un tiempo largo, condicionado no solo por el potencial estancamiento de economía occidental sino también por la participación de EEUU en el mercado como exportador mediante el fracking, al tiempo de la existencia de un marco de intención (¡!) con Arabia Saudita en manifiesta “guerra del petróleo”.

Finalmente, y asumiendo como en efecto es, que la economía real a nivel mundial se estima creará en 2015 una riqueza (PIB) cercana a los US$ 60 billones, al tiempo que la economía virtual podría mover en sus mercados un valor superior a los US$ 4.000 billones; se hace obligante tender a reducir tan abismal diferencia ya que en caso contrario puede darse la indeseable situación que las nuevas generaciones vivan en forma más precaria que sus padres.


Economista Jesús Alexis González
@jesusalexis2020

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