Por Demetrio Boersner
El partido Acción
Democrática formalmente celebra el 74º aniversario de su fundación, ya que en
1941 fue legalizado con ese nombre, pero su verdadero nacimiento tuvo lugar
diez años antes, en 1931, cuando un grupo de revolucionarios venezolanos
redactó e hizo circular el Plan de Barranquilla, breve esbozo de un análisis
marxista de la realidad venezolana y de programa socialdemócrata para la
transformación del país.
Tiene razón mi fraternal
amigo Carlos Canache Mata cuando escribe que AD no es “marxista” en el sentido
dogmático y autoritario que los comunistas le han dado a ese concepto. Sin
embargo, sí lo ha sido desde sus clandestinos orígenes en cuanto al método de
análisis que utiliza, y que es fiel al legado intelectual de aquel genio
judeo-alemán que fue el creador esencial de la ciencia social de nuestro
tiempo, así como lo fue Darwin de la biología, Freud de la psicología y
Einstein de la física contemporáneas. El método de Marx consiste en
interpretar la realidad sobre la base de un análisis de la interacción y
correlación de las grandes fuerzas sociales que se mueven bajo la superficie
del acontecer cotidiano y en apoyar aquellas que ayudan al avance hacia una
mayor libertad humana. Además de ello, Marx se distinguió por su apasionada
defensa de la democracia y por su espíritu autocrítico y antidogmático que
exige constantes revisiones de su propio pensamiento a la luz de nuevas
realidades objetivas. La socialdemocracia acoge la metodología de Marx,
mientras rechaza toda tergiversación dictatorial o antidemocrática de su
doctrina.
Los primeros diez años de la
socialdemocracia venezolana fueron de lucha clandestina, primero bajo la
tiranía de Gómez y después bajo el paternalismo aperturista de López Contreras.
La legalización, con el nombre de Acción Democrática, se efectuó en 1941 bajo
el gobierno de Medina Angarita, ya liberal y sensible a las corrientes renovadoras
que agitaban al mundo.
El “trienio adeco” de 1945
al 48 marcó un hito decisivo en el establecimiento, por la primera vez en la
historia de Venezuela, de una plena democracia política fundamentada en el
sufragio universal directo y secreto y la incorporación de todo el pueblo,
hasta en sus sectores más pobres y atrasados, al proceso político. Además
produjo un avance radical hacia la “segunda independencia”, básicamente
económica y petrolera, dio pasos hacia una mayor igualdad y justicia social
efectivas y planteó una política exterior de solidaridad democrática y
antidictatorial.
Después vino la década
tremenda y heroica de la resistencia contra la dictadura de Pérez Jiménez. Como
el partido más perseguido, AD dio el mayor número de mártires y emergió de la
dura prueba con un merecido prestigio que hizo que en 1958 las mayorías
campesinas, obreras y de clase media democrática eligieran como presidente
constitucional a Rómulo, Betancourt, a quien le seguirían posteriormente Raúl
Leoni, Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi como grandes gobernantes
democráticos y progresistas de la tolda
adeca.
Hubo también etapas de
retroceso y de vacilación, pero siempre volvió a surgir la mística de la
liberación nacional y la democracia social, inextinguible en el alma de aquel
partido. Hoy ocupa un puesto destacado en la Mesa de Unidad Democrática en
lucha contra la autocracia chavista y jugará un papel importante en la victoria
electoral opositora del 6 de diciembre. Planea renovar sus autoridades internas
el año próximo. Aprobará una Tesis Política actualizada. Juega un papel
estelar en la centroizquierda venezolana. Es un partido con vigencia siempre
renovable y por ello inextinguible. Feliz aniversario, Acción
Democrática.
10-09-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico