CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ 10 de septiembre de 2015
Aunque
gran parte de las economías actuales son industriales o agrarias, en otras se
impone a toda marcha: el saber. Y la educación en las naciones democráticas
experimenta hoy una hiper-revolución por los cambios tecnológicos y
científicos. El conocimiento se transmite en la escuela y la universidad, y la
socialización en el contacto con sus semejantes, la familia, los medios de
comunicación y la vida cotidiana. Estamos rodeados de datos, un caos que parece
carente de sentido: amenazas de Norcorea, terrorismo infernal de Isis,
deportaciones en Venezuela, plataformas en el espacio, elecciones en Guatemala,
hambrunas, violencia en África y Asia y migraciones a Europa. Por eso la
educación avanzada quiere hacer individuos capaces para el ejercicio crítico,
que aprendan a contextualizar los hechos, y establecer relaciones entre los
fenómenos.
Países
rezagados conservan patrones tradicionales, memorísticos o acríticos,
desactualizados. Y donde el cambio se detuvo, retroceden al desastre. En el
siglo XX se quebró la idea de que el mundo se comporta en con pautas
previsibles. Ahora la intuición y la imaginación se usan cada vez más para
investigar y educar donde fallan explicaciones racionales. Se sabe que gran
parte de las enfermedades que derrotan al organismo humano lo logran por
razones emocionales y no físicas y se documentan innumerables casos de personas
que derrotaron enfermedades mortales gracias a la voluntad y la autoconciencia.
Sin embargo muchos médicos con frecuencia se niegan a explorar tales recursos.
Superada la actitud medieval, lo que se consideraba milagroso o diabólico y
podía conducir a alguien a la santidad o la hoguera- curar una enfermedad con
yerbas- hoy es un hecho normal porque el saber avanzó sobre lo desconocido.
La ciencia atónita
Henry
Ford dijo una vez que cualquier vehículo que superara la velocidad 20 Kms/h, conduciría a un desastre. En la
Universidad de Stanford, por ejemplo, mientras realizaban experimentos en
aceleración de partículas a velocidades cercanas a la luz, se descubrieron unas
extrañas que no tenían por qué estar ahí. Después de extenuantes cavilaciones
sobre su origen, descubrieron que eran partículas de pensamiento de los mismos
investigadores. Para estupefacción de la comunidad científica resulta que
posiblemente el pensamiento es materia lo que podría contribuir a explicar la
comunicación telepática, que dos personas unidas afectivamente pero distantes
puedan “presentir” lo que ocurre a alguna de ellas. Surgen las llamadas
“herramientas K”, confluencias de multimedia, Web, telefonía celular,
microvideo, supercomputadoras y súper software, capaces de hacer la “biografía”
de un garbanzo, seguir el desarrollo de sus estructuras internas desde que nace
hasta que lo cocinan.
Freud
dijo que el hombre era “un dios con prótesis”, todopoderoso por obra de la
tecnología. Investigadores de los Países Bajos y Francia construyeron un
microfoco de luz estroboscópica (como las de discotecas) sólo que sus
oscilaciones lumínicas se realizan a la velocidad de doscientos attosegundos
(fracción equivalente 250 mil millonésimas de una milmillonésima de segundo
para estudiar los electrones). La tecnociencia forma las estructuras mentales
de los jóvenes, más “inteligentes”, más rápidas para el razonamiento y manejo
de tecnologías. Por eso el conocimiento anticuado o tradicional los aburre y la
escuela debe revolucionarse para promover la capacidad crítica y de
contextualización del mundo petaflops, velocidad de la súper computadora de la
serie SX de NEC tiene una velocidad de 65 teraflops (65 billones de operaciones
por segundo)
Donde desalojan a Newton
Un
Premio Nobel de Física dedicó varias obras a demostrar -entre ellas el Tao de
la Física – que fuera del mundo de los “grandes cuerpos”, las leyes de la
física racional de Newton no tienen validez y la razón es impotente para
entender. Se han descubierto en túneles súper aceleradores de partículas que
existen unas de vida tan efímera que desaparecen antes de haber aparecido, algo
incomprensible para la mente humana. El mundo subatómico es tan paradójico e
irracional que sólo puede expresarse en lenguajes taoísta o poético, explicar
por la intuición. Cuando Neruda escribe que… “pasan días iguales
persiguiéndose… día que has sido niño inútil, que naciste desnudo, las leguas
de tu marcha caminan sobre tus doce extremidades”, es mil veces más expresivo
que una larga reláfica sobre un día tedioso.
Los
cambios institucionales no pueden ser tan rápidos como los de la tecnociencia,
y las escuelas y universidades tienden al anacronismo. La obsolescencia afecta
la institución académica, (sin que ello lleve a conclusiones como “la muerte de
la escuela” o de la universidad, exageradas y equivocadas). Algunos países de
África, Latinoamérica, Asia, van en la anticivilidad y la barbarie. En ciertas
naciones islámicas, a más de doscientos años de la Declaración de los Derechos
del Hombre, se les enseña a los niños en madrazas (escuelas) en que tienen que
odiar y matar a otros por ser blancos, mestizos o no creer en Mahoma. En Cuba o
Corea del Norte la “educación” fomenta el culto a un tirano, el servilismo y la
delación. En Irán una sicopatía que quiere borrar Israel de la faz de la
tierra.
Tomado
de: http://americomartin.com/casi-un-dios/
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