Por Margarita López Maya
En medio de eventos
nacionales y mundiales marcados por tragedias como el éxodo masivo de sirios y
afganos, la destitución por corrupción de autoridades guatemaltecas, los
desplazamientos forzosos en nuestra frontera y la condena a López, tomaron en
días pasados por asalto las redes sociales fotos de Cilia Flores y Delcy
Rodríguez en China. Estaban allí por un viaje oficial, ambas portando carteras
que aparecen en los catálogos de la reconocida casa de modas Chanel. Según
informaciones, no desmentidas por el oficialismo, las carteras costarían la
friolera de $4.500 y $6.250 respectivamente, montos muy por encima de los cupos
anuales que otorga Cadivi a tasa de Sicad 1 a venezolanos de a pie. Y a años
luz del salario mínimo.
Detalles como este revelan
los niveles de desconexión de la casta política chavista con la realidad
cotidiana de la mayoría de los venezolanos, incluyendo sus propios seguidores.
También plantea la pérdida de ética que parece haber alcanzado a las ayer
aguerridas talibanas del socialismo o muerte, camaradas.
De acuerdo con una
investigación de la UCV-Ucab-USB del año pasado, 48% de las familias de nuestro
país volvieron a la pobreza. En marzo, Datanálisis informó que la escasez de
alimentos llegaba en promedio a 57%, mientras la Federación de Farmacias
situaba la de medicinas en 60%. La inflación engulló aumentos del salario
mínimo, como también mezquinas alzas salariales en el sector público. Así, la
vida diaria se ha convertido para casi todos nosotros en una cola sin fin para
buscar productos básicos a precios regulados.
Mientras tanto, Maduro y sus
combatientes viajan a todo trapo con extensa comitiva, incluyendo familiares, y
parecen no tener restricciones en viáticos para gastos. Se pasan cinco días por
allá buscando real -dicen- y regresan con las manos casi vacías.
Quizás piensen que gracias
al control que hoy ejerce el Gobierno sobre medios de comunicación la gente no
se enterará de su insensibilidad ante el sufrimiento social del país, pues
ciertamente menos de la mitad de la población accede a Internet. Pero se
equivocan, chismes y chistes de las combatientes Chanel circulan de boca en
boca por doquier. Castas en declive no suelen darse cuenta de sus ofensivos
actos.
14-09-2015
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