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jueves, 16 de junio de 2016

¿Por qué rechazar la Ayuda Humanitaria?, por @morellaaranda



Morella Aranda Guzmán 15 de junio de 2016
@morellaaranda

La ayuda humanitaria es un recurso de cooperación que tienen los países para recibir ayuda internacional cuando sus ciudadanos están en crisis y han sido vulnerados sus derechos básicos de alimentación, medicinas, ropa, agua, vivienda…


El Proyecto Esfera es una iniciativa voluntaria que agrupa a muchas organizaciones humanitarias internacionales cuyo objetivo común es mejorar la calidad de la asistencia humanitaria y la rendición de cuentas de los actores humanitarios frente a sus miembros, a los donantes y a la población afectada. Disponen de un manual que recoge las normas básicas y un conjunto de principios comunes universales que guían su acción, que  debe seguir los principios de imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia operacional.

Sin embargo, esa imparcialidad y neutralidad se refiere a las condiciones operativas de la entrega de la ayuda, difícilmente enmarcada en deseos intervencionistas por parte de los demás países y las organizaciones humanitarias internacionales. Dicho argumento se sustenta en una posición, a la que posiblemente subyacen algunos de los siguientes elementos:

1.   Un déficit de sensibilidad y empatía hacia los ciudadanos y sus necesidades de alimentación, salud, educación, justicia, seguridad.

2.   La aceptación de la ayuda podría significar también tener que aceptar la crisis de los ciudadanos, la vulneración de sus derechos básicos, reconocer ante los propios ciudadanos y el resto del mundo la crisis humanitaria que amerita esa ayuda humanitaria, pero más importante aun tener que “hacer” conciencia: dejar de culpar a otros (imperio, guerra económica, empresarios, oligarcas) por la situación, colocarse en el lugar de las víctimas de la situación (pobrezacrítica/pobreza), reconocer las responsabilidades, asumirlas y rectificar, es decir cambiar las propias actitudes y los comportamientos.

3.   Una percepción de amenaza a la propia gestión política: aceptar la crisis también podría significar reconocer que la gestión actual tiene serias debilidades y contradicciones en su modelo económico y político, establecer relaciones causales entre la gestión y la actual crisis.

4.   Un conflicto de intereses: el deseo de permanecer en el poder es mayor que el interés por el bienestar colectivo (bien común). De modo que queda evidenciada la escala de valores/principios del gobierno y de sus principales colaboradores.

5.   La evasión y negación de una realidad que se visibiliza de manera dramática en nuestra cotidianidad, que ha sido progresiva y creciente y, que además ha generado un éxodo migratorio masivo del recurso humano profesional y los jóvenes del país.

Esperemos que esta crisis nos lleve a una evaluación e interpretación crítica de la historia, en términos de poderes e institucionalidad, libertades, descentralización, democracia, ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil, derechos humanos, participación, educación ciudadana, trabajo, productividad y empresa privada, que nos permitan la construcción de un imaginario colectivo que logre superar los errores del pasado y nos guie en la reconstrucción del país que los ciudadanos venezolanos “nos merecemos”.

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