Ismael Pérez Vigil,
11 de marzo de 2017
Me aparto,
relativamente, de los temas políticos, para incursionar en el mundo de la
“cinematografía”, aunque no me voy a referir a la entrega de los Oscars ni haré
de crítico de cine; pero no puedo pasar por alto sin hacer algún comentario a
la visita a Venezuela del actor Danny Glover. De las anteriores visitas sacó 18
millones de dólares, para filmar una película que nunca realizó y sin rendirle
cuentas a nadie, ¿Qué habrá obtenido esta vez?
Con motivo de esta
nueva visita a Venezuela, si tuviera la oportunidad, le diría al Sr. Danny
Glover –y al resto de personas que lo acompañaron en el encuentro de la
“Red de Intelectuales”, con los gastos pagados por el Gobierno– que si bien en
sus pasados viajes ya descubrió que en Venezuela también hay “afro descendientes”
(ahora es mala educación –no polite– decir minorías negras o simplemente,
negros) hoy en día estos están en peores condiciones que la última vez que nos
visitó y que en efecto, como en la mayoría de los países del mundo, la pobreza
en Venezuela también afecta de manera proporcionalmente más elevada a negros y
mestizos.
De allí pasaría a
describirle, con lujo de detalles, algunas estadísticas e indicadores y de cómo
estos han empeorado con el desempeño gubernamental durante los últimos años del
Gobierno de Nicolás Maduro. Por ejemplo, que el desempleo ha llegado a ser el
porcentaje más alto de toda la historia de Venezuela –aunque el INE disfrace
las cifras y el BCV no las dé a conocer–; que se ha incrementando el sub-empleo
y la buhonería, que llega al 75% de la población económicamente activa; que
tenemos una inflación estratosférica que ni siquiera sabemos con exactitud su
magnitud, pues no hay cifras oficiales, pero que las extraoficiales la sitúan
alrededor del 900% en 2016; que se ha incrementando el porcentaje de personas
que viven en pobreza y aumentado el número de familias en pobreza extrema; que
los niveles de corrupción en el país, registrados por agencias internacionales,
en todos los sectores llegan a extremos inusitados con evidencias todos los
días de que hay total impunidad frente a la corrupción pública, pues el poder
ejecutivo controla el resto de los poderes del estado y a los que no controla,
como al Legislativo, los desconoce.
Pero estoy seguro
que el Sr. Glover y sus acompañantes ya saben todas estas cosas y si no lo
saben, son felices ignorándolas. Su viaje tenía otro propósito, seguramente es
lo que nosotros llamamos propaganda y ellos “publicity”. Así que, no me voy a
hacer mala sangre y me dedicaré a comentar las películas del Sr. Glover, que es
mucho más entretenido.
Ya sabemos que
Danny Glover, es un artista de Hollywood, co-protagonista de las películas Arma
Mortal (Lethal Weapon), con Mel Gibson y que son la clase de películas que no
se puede perder alguien que, como yo, ve películas fundamentalmente para
di-vertirse o escapar de la realidad y no para sufrir, pues con la realidad
cotidiana ya tenemos suficiente. Tampoco soy capaz de ir a verlas a una sala de
cine, por causa de la inseguridad, solo por cable. Estas, como Arma Mortal, son
la clase de acción inverosímil y entretenida que me encanta, miles de disparos
y golpes, en la que uno jamás se explica cómo puede quedar nadie vivo; además
los “malos” disparan con ametralladoras y nunca aciertan, mientras que los
“buenos” solo tienen unas pistolitas mágicas a las que no se les acaban nunca
las balas o los cargadores, excepto en el momento crítico en que el “malo” los
apunta con su arma y dispara; pero no importa, porque en ese momento alguien,
la en su momento bellísima Rene Russo por ejemplo, le mete una bala al malo, o
recibe ella la destinada al protagonista. En fin, son el tipo de cosas que uno
espera de una película de acción.
Lo que no sabía era
que el Sr. Glover al momento de filmar esas películas –no se ahora, ni pienso
averiguarlo– era militante de un grupo denominado Transafrica Forum, que
defienden a las minorías, afro americanas. Jamás lo hubiera sospechado por el
papel de “negro tonto” que hace junto a Mel Gibson, cuyo personaje se burla
constantemente de él y le gasta todo tipo de bromas pesadas. Uno hubiera
supuesto que la militancia política del Sr. Glover haría que rechazara ese tipo
de papel. Pero… business is business.
Sin embargo,
recuerdo al Sr. Glover en otra película anterior a esta serie, en Testigo en Peligro
(Witness), de 1985. Allí el Sr. Glover es el anti héroe y la película trata de
un niño Amish que es testigo de un asesinato, cometido por el personaje que
representaba Danny Glover, un corrupto detective de la División de Narcóticos.
El personaje que representa Harrison Ford, es el detective “bueno”, que protege
al niño Amish.
La trama va más
allá de la tradicional lucha del bien y el mal, donde al final el bien triunfa;
es un suspenso detectivesco bien montado y que tiene como atractivo adicional
que nos presenta escenas de la vida de los Amish, secta religiosa Menonita, de
origen holandés que viven en varios estados de los Estados Unidos y Canadá. Uno
de los grupos más famosos de los Amish, en este caso de origen alemán, está muy
cerca de Pennsylvania, en donde se desarrolla la trama, y se caracterizan
porque aun conservan muchos de los usos y costumbres del siglo XIX, pues parte
de sus creencias religiosas es el aislamiento y separación del mundo moderno.
En esta película,
obviamente el Sr. Glover no era aun tan famoso como lo es hoy, y esa debe ser
la razón por la que aceptó este modesto papel, de asesino, contrafigura de
Ford. Lo digo porque no deja de ser significativo que lo haya aceptado, si es
que en esa época ya era militante del grupo “afro americano” mencionado, pues
es uno de los pocos personajes “afro americanos” de la película y además, el
villano; al otro agente “afro americano”, el “bueno”, compañero de Ford, lo
matan. Claro que al ver el argumento uno se da cuenta de que el Sr. Glover no
hubiera cuadrado en el papel de héroe, pues no hubiera sido fácil ocultarlo
entre los Amish, rubios descendientes de alemanes, para que pasara
desapercibido, como Harrison Ford, mientras protegía al testigo y atrapaba al
criminal.
La película tiene
una escena particularmente bizarra, que la recuerdo de manera muy particular.
El “bueno”, Ford, desarmado, se enfrenta a los “malos” en un granero, entre
vacas e implementos de labranza; de pronto el personaje de Glover se descuida y
–escopeta en mano– pisa una bosta de vaca, exclamando de inmediato el apropiado
nombre de la misma: ¡ shit !, que naturalmente en inglés, resulta más elegante
y menos ofensivo a los oídos hispanos. La verdad es que es un detalle muy
extraño dentro de una escena tan dramática, que espero no haya sido
premonitorio. ¿Por qué no la pudo pisar el otro personaje, igualmente “malo” y
cómplice, pero “catirito”? Bueno, cosas del Director australiano, Peter Weir,
que hay que soportarle a cambio de que nos obsequie con películas como esa,
como Gallipoli, como El Año en que Vivimos en Peligro, The Truman Show o La
Sociedad de los Poetas Muertos, entre otras.
Pero, no puedo
dejar de hacer una reflexión final y como se que el Sr. Glover nunca va a leer
este artículo –que pretensión la mía– si alguien tiene la oportunidad, díganle
lo siguiente:
Yes, Mr. Glover,
there are Afro American people in Venezuela, and many and too much of them are
very, very poor people, with no hope, not able neither in dreams to travel in
first class, like you did. It seems to me that the Chavez Frías-Maduro
government is fighting against this situation, with very peculiars results:
because poor people are suffering starvation, no medical assistance and nonstop
personal violence… and without discrimination. Thanks for your help and
patronage.
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