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lunes, 13 de marzo de 2017

Venezuela economía socialista gatopardiana, @JesusAlexisGon10



Por Jesús Alexis González, 12/03/2017

Formular un análisis coherente sobre las perspectivas económicas de Venezuela 2017 apegado a la ortodoxia, supone estar en capacidad de visualizar en el horizonte inmediato un punto de inflexión en el agotado “pensamiento” (¿?) socialista-comunista, y muy especialmente en la etapa del actual mal gobierno, con miras a evaluar la potencialidad de   una reversión hacia la instrumentación de algún modelo económico de probado éxito en la generación de Bienestar; en el entendido que ello les exigiría sacrificar (renunciar) al deseo soterrado que persiguen de permanecer “eternamente” en el poder, para lo cual han venido procurando una escalada antidemocrática y por ende anticonstitucional, al extremo que en el presente están, por una parte,  en complicidad con otros “poderes” (como el judicial y el electoral), impulsando estrategias en pro de suspender indefinidamente todo tipo de elección popular que permita al pueblo expresar su voluntad, y por otra parte con su aspiración de “construir” un partido único (armonizando con entes encubiertos), previa “invalidación” del resto de las instituciones partidistas. Siendo así, y asumiendo como en efecto es, que la incertidumbre es el mayor enemigo de la inversión nacional y extranjera, cabe preguntarse si con las dificultades fiscales de Venezuela aunado al terco empeño del chavismo-madurismo de continuarinmersos en su modelo de economía socialista gatopardiana, ¿será posible desviarse de la irreversible  hecatombe socioeconómica?

El gatopardismo en el contexto político-económico venezolano, hace referencia a una apariencia de cambio en “revolución” con la intención soterrada de auspiciarque todo permanezca inalterable, hasta enfilar su actuación hacia propugnar una modificación de nombres que no persigue en esencia transformar la realidad como p.ej. “Democracia corrupta e ineficiente por Socialismo del siglo XXI” o “Puntofijismo oligárquico por En Venezuela manda el pueblo”; adornando su mentirosa propuesta con una vulgar substitución del histórico norte constitucional de nuestra democracia por una engañosa “Democracia participativa y protagónica, como una sutil diferenciación en pro de capturar la esperanza del pueblo bajo el criterio según el cual “Si la esperanza es el camino de la felicidad, vivir no es más que estar en camino” (J. Selgas); lapidaria afirmación que a decir de ciertos connotados analistas (que enteramente compartimos) explica en mucho que los pueblos sean como los riachuelos, mansos y tranquilos al extremo de no representar peligro alguno, hecho que facilita se les trate mal e inclusive se les ofenda atropellando su dignidad. En lo que a Venezuela se refiere, se continua, con manifiesto cinismo, haciendo uso del enfoque gatopardiano iniciado por H. Chávez quien en temeraria comparación con el ilustre Simón Bolívar se atrevió a señalar que el proceso socialista que estaba adelantando se correspondía con lo expresado por el Libertador al momento del Discurso de Angostura (15/02/1819): “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.

A la luz del presente, resulta una perogrullada afirmar  que el desastre de país al cual nos ha llevado el socialismo-comunismo “revolucionario”, que entre otros hechos, ha inducido una brusca caída del PIB ante una persistente recesión que ya abarca 12 trimestres consecutivos  a sabiendas que una recesión que supere los 3 trimestres consecutivos equivale a entrar en el umbral de colapso que experimentó EEUU en la denominada Gran Depresión de 1929. En nuestro caso, es el resultado dela aplicación de un enfoque ideológico obsoleto y de ineficiencia demostrada, que permanentemente intentan “ocultar”  bajo un continuo gatopardiano;  al extremo que la presunta revolución chavista-madurista ha conducido a Venezuela hasta la mayor crisis experimentada en la historia republicana, al punto de haberla “arrastrado” a la peor ubicación en los principales indicadores internacionales. En tal sentido, resulta pertinente citar al Fondo Monetario Internacional quien afirmó que las economías de América Latina y el Caribe se expandirán un 1,2% en 2017 y un 2,1% en 2018, con excepción de Venezuela que continuará sumida en una profunda crisis económica en camino hacia la hiperinflación, impulsada dicha crisis por una contracción de la actividad económica que pudiera ubicarse en –6% en 2017 hasta inducir un crecimiento negativo acumulado superior al 30%.

Tan indeseable comportamiento, es en mucho producto del aumento del tamaño del Estado dentro del contexto económico que “encendió sus motores” en un momento (que pensaron infinito) cuando el precio promedio de nuestro crudo oscilaba unos $ 132/barril en 2008 el cual descendió hasta $ 49/barril desde mediados del 2015para una caída del 169,3 % que puso al “descubierto” la debilidad e imperfección del modelo socialista populista profundamente gatopardiano que nunca fue orientado a suplantar el perfil rentista de la economía (¡y de la población extensivo hasta gran parte del sector empresarial!); y muy por el contrario se amplió el radio de acción de la dependencia hacia el Estado y un mal gobierno. Vale acotar, que de las 511 “empresas” que en la actualidad son propiedad del Estado, 359 de ellas (70,2%) fueron creadas o expropiadas entre 2001-2016, siendo que en el lapso 2006-2010 187 (52,1%) de esas 359 surgieron en esa etapa de recrudecimiento del socialismo-comunismo; y de igual modo 370 de ellas (72,4%) ¡¡generaron pérdidas durante 2016!! por un monto superior a Bs 1.290.000 millones al tiempo de haber recibido más de Bs 500 millardos por concepto de Transferencias, en conjunto con un financiamiento del BCV a PDVSA que superó los 5 billones de bolívares; escenario que facilita “comprender” algunas de las múltiples formas como el “proceso revolucionario” ha dilapidado más de $ 900.000 millones en su nefasta, corrupta y gatopardiana  gestión.

En fin, ha de quedarnos suficientemente claro que la sobrevivencia de Venezueladepende exclusivamentede una salida constitucional del actual “equipo de gobierno” impulsada por una masiva y continua presión de calle. En tal sentido, alcanzar el logro dependerá tanto de una superación de la sumisión ciudadana, como que la reestructurada MUD no haga galas de un desenvolvimiento gatopardiano.


Economista Jesús Alexis González
@JesusAlexisGon10
jagp611@gmail.com

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