Papa Francisco 15 de abril de 2017
Evangelio
según San Mateo 28,1-10
La
Resurrección de Jesús: "Pasado el sábado, al amanecer
del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar
el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Angel del
Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella.
Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la
nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como
muertos. El Angel dijo a las mujeres: "No teman, yo sé que ustedes
buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo
había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a
decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes
que ustedes a Galilea: allí lo verán". Esto es lo que tenía que
decirles". Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se
alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los
discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo:
"Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron
delante de él. Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que
vayan a Galilea, y allí me verán". Palabra del Señor
Reflexión
del Papa Francisco:
Las
mujeres tienen un papel primario, fundamental. Aquí podemos identificar un
elemento a favor de la historicidad de la Resurrección: si hubiera sido un
hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo no habría estado vinculado al
testimonio de las mujeres.
Los
evangelistas en cambio narran sencillamente lo sucedido: las mujeres
son las primeras testigos. Esto dice que Dios no elige según los criterios
humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente
sencilla y humilde; las primeras testigos de la Resurrección son las
mujeres. Y esto es bello.
Y esto
es en cierto sentido la misión de las mujeres: de las madres, de las mujeres. Dar
testimonio a los hijos, a los nietos, de que Jesús está vivo, es el
viviente, ha resucitado. Madres y mujeres, ¡adelante con este testimonio!
Para
Dios cuenta el corazón, lo abiertos que estamos a Él, si somos como niños que
confían. Pero esto nos hace reflexionar también sobre cómo las mujeres, en la
Iglesia y en el camino de fe, han tenido y tienen también hoy un papel especial
en abrir las puertas al Señor, seguirle y comunicar su Rostro, porque la mirada
de fe siempre necesita de la mirada sencilla y profunda del amor.
Los
Apóstoles y los discípulos encuentran mayor dificultad para creer. La mujeres,
no. Pedro corre al sepulcro, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe
tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús.
También
en nuestro camino de fe es importante saber y sentir que Dios nos ama, no
tener miedo de amarle: la fe se profesa con la boca y con el corazón, con la
palabra y con el amor. (Catequesis Plaza de San Pedro, 03 de Abril de
2013)
Oración
de Sanación
Mi
Señor resucitado, al comenzar este día quiero darte gracias por tu gran
misterio de amor y te suplico que me regales un poco de la fuerza de tu
Espíritu y lléname de la alegría de tu presencia.
Quiero
vivir alegre celebrando el día de tu triunfo glorioso sobre las tinieblas. El
día en que destruiste la muerte, fueron rotas todas las ataduras y la luz
emergió victoriosa entre las penumbras
Dame
la valentía y la fuerza necesaria para aceptar tu voluntad y poder ser así un
verdadero testigo de tu amor y de tu resurrección, comunicando al mundo que la
oscuridad y la muerte han sido vencidas en Ti
Aquellas
lágrimas derramadas a los pies de tu cruz, hoy se convierten en gozo. Tu
historia de salvación se hizo eterna. Nos has abierto las puertas del Cielo con
esta perfecta obra de amor de la que me hiciste parte.
Puedo
decir con entera satisfacción que no he amado a una persona muerta, sino que
sigo amando a un corazón vivo y que sigue derramando su misericordia y perdón a
todos los que quieran volver sus rostros a Ti.
Oh
Señor, no permitas que la llama de la fe y el poder de tu cruz se disminuya en
mí y termine apagándose, por el contrario, ayúdame a mantenerla viva con la
esperanza puesta en tu amor
Tú
eres mi refugio y consuelo, por eso, sabiéndote vivo y presente, recurro al
poder reconciliador de tu amistad para que repongas mis fuerzas
Ayuda
ahora mi corazón a que salga de la oscuridad de sus vicios y resucite a una
nueva vida haciéndote mi Señor, mi Rey y mi Salvador. Amén
Propósito
para hoy
Hoy,
rezaré 1 Padrenuestro y 3 Ave María, por las personas que no creen en Cristo y
por aquellas que no conocen a Dios todavía.
Frase
de reflexión
"¿Son
grandes tus pecados? Di al Señor: Perdóname, ayúdame a levantarme de nuevo,
convierte mi corazón". Papa Francisco
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