Fernando Camino Peñalver 12 de marzo de 2018
@fernandocaminop
Al
finalizar la Conferencia regional de la FAO de América Latina y el Caribe su
director general encargado del área, reconoció que nuestro país se enfrenta a
una hiperinflación. Al señalar también que “una economía totalmente controlada
es difícilmente eficiente”, se supone que quiso decir que esa ineficiencia es
una de las causas de la hiperinflación que padecemos y que el régimen, de
seguir manteniendo los controles a la producción privada, seguirá generando el
acelerado aumento de los alimentos.
Luego
de reconocer el proceso hiperinflacionario que azota a nuestra población y
señalar una de sus causas, admite que: “el hambre continuó subiendo en
Venezuela en 2017”. Admite ya el alto funcionario, probablemente por las cifras
que seguramente le han enviado las instituciones y ONGs que se ocupan de
evaluar el crecimiento de la emergencia humanitaria, que la pobreza extrema ya
suma cerca de dos tercios de nuestra población.
Desde
el año 2011, alertamos públicamente a los representantes de la FAO en nuestro
país, del acelerado proceso de destrucción del sector privado productor de
alimentos por parte del régimen y del peligro de una hambruna, en caso de
ocurrir una caída del ingreso de divisas que impidiera la importación. En ese
momento la delegación en nuestro país, deslumbrada por las cifras del aumento
del consumo aportadas por el régimen, recomendó, irónicamente digámoslo ahora,
se le otorgara un reconocimiento al gobierno por la disminución de la población
afectada por el hambre.
No
reconoció en ese momento la delegación de la FAO en nuestro país, que el
aumento del consumo era generado básicamente por la importación de alimentos.
También se obvió que en los objetivos estratégicos de la institución para
contribuir a la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y la
malnutrición, la FAO “debe promover la creación de un entorno propicio para el
establecimiento de sistemas agrícolas y alimentarios más integradores y
eficientes a nivel local y nacional para garantizar la seguridad alimentaria”.
En
2015 el régimen recibió de la FAO otro “reconocimiento por garantizar la
seguridad alimentaria” de nuestro país. Para ese momento, el gobierno
continuaba con la destrucción de las unidades de producción primaria, ya había
monopolizado el agrocomercio y se había apoderado de gran parte de la
agroindustria. De esta forma acabaría con casi todo lo que se producía en el
país e igualmente con la generación de alimentos de la agroindustria.
Ese
año el gobierno mantenía en funcionamiento su maquinaria de fabricar pobres. El
alto costo de los alimentos y los bajos ingresos de la población, condenaron a
siete millones de compatriotas a comer menos de tres veces al día. El costo de
la canasta alimentaria de mayo de 2015 superó cuatro veces el salario mínimo y
la crisis agroalimentaria continuaba causando graves problemas de nutrición.
Nuestro país pasó a ocupar el lugar número 22 de América Latina y el Caribe, en
cuanto al suministro de energía alimentaria.
En ese
momento denunciamos que el reconocimiento de la FAO al régimen a pesar de la
aplicación de su nefasta política agroalimentaria y su indolencia ante la
creciente desnutrición de nuestra población, pisoteaba todos los principios de
la Seguridad Alimentaria, que son la razón de la existencia de esa importante
institución internacional.
En
2017 instituciones de carácter profesional, académico, gremial y político
revelamos que las delegaciones de la FAO y UNICEF, habían constatado que en
nuestro país no existía Seguridad Alimentaria, sin embargo habían escondido la
verdadera situación alegando en sus informes “no tener acceso a datos”. Ya para
este año, la unidad de los sectores políticos, académicos, fundaciones y ONGs,
hemos logrado que casi todos los gobiernos del mundo, la Unión Europea, la ONU,
la OEA, la Cruz Roja y la mayoría de las ONGs internacionales dedicadas a la
protección de los derechos humanos, nos estén apoyando para denunciar y
participar en la solución de la emergencia humanitaria que azota a nuestra
población.
Ahora
le corresponde a la FAO cumplir en nuestro país con La Declaración de Roma
sobre la alimentación y la nutrición, la cual consagra: “el derecho de toda
persona a tener acceso a alimentos inocuos, suficientes y nutritivos y
compromete a los gobiernos a prevenir la malnutrición en todas sus formas”.
Este es el principio de la Seguridad Alimentaria adquirido por todas las
naciones del mundo.
Es
hora de parar el atentado que se está cometiendo contra la población
venezolana, que ya alcanza el calificativo de crimen de lesa humanidad.
Fernando
Camino Peñalver
@fernandocaminop
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