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lunes, 27 de abril de 2020

Guarde este artículo, léalo otra vez cuando el coronavirus sea un recuerdo y vea si estas profecías se cumplieron, por @periodistajcz




Juan Carlos Zapata 26 de abril de 2020
@periodistajcz

Cuánto y cuántos nos han dicho de los cambios que dejará el coronavirus en el mundo. Se habla de cambios en la geopolítica. Que el capitalismo está en quiebra. Que se impondrá la vigilancia tecnológica. Que seremos mejores, y más solidarios. Que la democracia está moribunda. Que la globalización en riesgo. Qué no se ha dicho. Lea lo que dicen estos filósofos, historiadores, analistas, empresarios, expertos y hasta un artista y un creador de moda y su hija. Quizá tengan razón. O quizá ninguna de estas profecías termina por cumplirse.

No agrego nada a lo que ellos dicen. Las citas son textuales. Pero bien vale la pena repasarlas y mirar este presente de un mundo infectado por un virus y echar la mirada también hacia el futuro. Quizá los síntomas del cambio ya están aquí. Y algunos los detectan con mayor claridad. Y de eso se trata este ejercicio. Que los más adelantados nos orienten. Ya veremos con el paso de años si tuvieron razón.

“Hay quien habla del fin del mito racionalista del progreso y esto me parece altamente peligroso. Al contrario, se necesita aun más racionalismo: sin progreso, ¿cómo se alimenta el planeta?...La democracia continuará existiendo en medio de situaciones que nos van a obligar más y más a estados de emergencia, lo que conducirá a un decrecimiento del poder legislativo en aras de un ejecutivo reforzado que gobernará con decretos. Y todo, a costa de la seguridad”.

Gilles Lipovetsky. Filósofo.
En Fuera de Serie.

“Los países de Europa van a estar mejor. Seguirá la paz en Europa, una realidad sin precedentes porque hasta ahora no ha hecho la gente otra cosa que entrematarse”.

Mario Vargas Llosa.
En El País.

¿Qué pasará tras el coronavirus?

Adolfo. Lo que queremos que suceda. Si somos inteligentes, lo tomaremos como una catástrofe natural o como una guerra. Y tomaremos medidas entre todos.

Adriana. Es una lección de vida con muchos costes, una lección que nos enseña que estamos interconectados y que, más que nunca, hay que aplicar el lema clásico ‘uno para todos y todos para uno’”.

Adolfo Domínguez y su hija Adriana.
En Mujer Hoy.

“Sí, creo que existe ese rebrote del nacionalismo y que tratarán de frenar una globalización que está permitiendo a los países pobres quemar etapas y alcanzar el desarrollo de una manera muy veloz en comparación con el pasado”.

Mario Vargas Llosa.
En Papel.

“Esta crisis tendrá muchas consecuencias inesperadas. Quizá una de ellas sea una fuerte reacción contra los gobernantes pequeños y la llegada de líderes que estén a la altura de los grandes problemas que tenemos”.

Moisés Naim.
En El País.

“Esta epidemia la vamos a superar. La inmensa mayoría de nosotros sobreviviremos. La economía volverá a ponerse en marcha. Sin embargo, podríamos despertarnos en un mundo diferente. Algunas de las decisiones que los poderosos están tomando estos días podrían acompañarnos durante años. En mi país, Israel, se ha empezado a controlar de forma constante a la población mediante datos de geolocalización de sus móviles”.

Yuval Nohal Harari.
En XL Semanal.

“Muchas compañías tendrán que reforzar sus modelos de negocio y reconstruir sus cadenas de suministro de forma que sean más resilientes y colaborativas, teniendo que reforzar sus sistemas de gestión de riesgos ante los diferentes escenarios potenciales; buscar nuevas maneras de producir y hacer llegar sus productos y servicios, impulsar aun más sus capacidades digitales, sus sistemas de teletrabajo y sus planes de continuidad”.

Hilario Albarracín. KPMG.
En ABC.

“La máquina económica volverá a su ritmo anterior, quizá más rápido por el deseo de ponerse al día. Por supuesto, habrá cambios en los mercados: por ejemplo, se desarrollarán robots, porque no se ponen enfermos; las industrias esenciales regresarán a Europa desde China; determinadas actividades como viajes o conferencias se sustituirán por reuniones virtuales”.

Guy Sorman.
En ABC.
“El capitalismo ha llegado a su fin. No puede continuar desarrollándose moral y éticamente. Hace daño a las naciones pequeñas, se apodera de los recursos del planeta, saquea sin freno. China alimenta los intereses de las grandes empresas occidentales y estas han hecho que China sea cada vez más poderosa”.

Ai Weiwei.
En Ideas.

“Seguiremos apostando por el progreso, en lugar de reconocer que, en términos de la inteligencia, la sabiduría y la moralidad humana, es ilusorio. Volveremos a reconocer la preponderancia de la economía y a practicar los excesos del capitalismo. Seguiremos envenenando el planeta. No haremos caso a las enfermedades infecciosas que todos los años acaban con las vidas de miles de viejos, a veces muchísimos miles, sin suscitar el grado de indignación del COVID-19. Mantendremos el abuso de las drogas, del sexo y de la comida, las causas de algunas de las auténticas epidemias de nuestros días”.

Felipe Fernández-Armesto. Historiador.
En ABC Cultural.

“Esta crisis empujará hacia arriba la categoría de los cuidadores: no pueden seguir estando mal pagados. Al mismo tiempo, con esta crisis hay posibilidades de que un choque económico produzca reacciones que llamo de tipo fascista. Pero no me gustaría hablar demasiado del futuro, prefiero concentrarme en el presente”.

Alain Touraine.
En Ideas.

“El virus ni vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte”.

Byung-Chul Han.
En Ideas.

En las multinacionales “el impacto inmediato va a ser doble. Por un lado, y dado que van a tener que despedir a mucha gente y a establecer sistemas de teletrabajo, van a tener que buscar maneras de ser más eficientes y de automatizar sus operaciones. Eso significa el uso más efectivo de la tecnología, más eficiencia, menos costes y, a cambio, menos empleo. Por otro, van a tener que abandonar la idea de una cadena de suministros just in time (es decir, sin apenas inventarios o stocks). Eso significa más localización, es decir, más producción local, y menos deslocalización, y cadenas de suministros más resistentes a las disrupciones”.

Ian Bremer de Eurasia Group.
En Papel.

“Pero la hiperglobalización de las últimas décadas tampoco va a volver. El virus ha dejado al descubierto puntos débiles fatales del sistema económico parcheado tras la crisis financiera de 2008. El capitalismo liberal está en quiebra”.

John Gray.
En Ideas.

“Me abstendré de aventurar profecías. Creo que, efectivamente, habrá un antes y un después económico y social de la actual pandemia si esta se prolonga en el tiempo. Mi gran temor es que si dura mucho se rompa el pacto social y afloren comportamientos dictados por el afán crudo de supervivencia. Espero que no lleguemos a tales extremos. No descarto que la catástrofe le arree una sacudida brutal al canon cultural. Ahora mismo ya se percibe la poca importancia que empieza a tener lo que ayer todavía nos deslumbraba”.

Fernando Aramburu.
En La Vanguardia.

“Depende de cuánto dure la pandemia. Si se consiguen una vacuna y una cura en los próximos meses es probable que en pocos años ya no haya mayores transformaciones en nuestras vidas como resultado de esta crisis. Pero un cambio que va a perdurar es el número de personas que trabajan desde sus hogares. Muchos de estos arreglos laborales, que ahora son transitorios, se harán permanentes y, a su vez, motivarán ajustes en las estructuras de las organizaciones y su manera de trabajar”.

Moisés Naim.
En La Vanguardia.



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