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lunes, 10 de agosto de 2020

El país social versus el país político por @polis360



Por Piero Trepiccione


Venezuela pareciera estar bifurcada en dos mundos absolutamente disociados que conviven, pero no se entremezclan ni se comprenden. 

El país social, según cifras aportadas por la última Encovi, pero también expresadas por la Cepal, la ONU, FAO, Banco mundial, FMI, publicaciones especializadas en economía, diversos observatorios nacionales e internacionales, la OPEP, entre muchos otros; dan cuenta de un deterioro progresivo y reiterado que se fue agudizando durante los últimos cinco años. El resultado: una recesión sin parangón.

Las conocidas dificultades social

El deterioro interno del país ha sido inexorable, tanto en las condiciones de vida en términos multidimensionales como en la infraestructura de servicios públicos. Un panorama tan desolador que obligó, prácticamente, a cerca de cinco millones de venezolanos a marcharse a otros países para poder llevar la carga de la sobrevivencia de sí mismos y de sus familiares que quedaron en territorio nacional sometidos a extremas limitaciones.

Un retroceso sin igual en la historia republicana del país. Una creciente demanda de respuestas estatales que no se vislumbran bajo ninguna circunstancia, y agravada por una pandemia que al principio parecía pasar de lado de nuestras fronteras y que, de pronto, comenzó  a crecer a un ritmo vertiginoso. Nos llega con el sistema de salud colapsado y sin capacidad de responder adecuadamente.

Aunado a esto, lo ya conocido. Una ciudadanía quejándose de los cortes eléctricos, de la falta de agua, de gas doméstico, de la gasolina, de la inflación galopante, del déficit enorme en el transporte público, entre otras necesidades, cuya satisfacción pasa por un auténtico calvario. Un país social donde la pobreza aumentó desproporcionadamente durante los últimos años. Un país que no pudo hacer sustentable el desarrollo apenas comenzaron a descalabrarse los precios petroleros en el mercado internacional. Este es el país de la cotidianidad, el duro de vivir. Uno que no encuentra eco en el otro país.


Las dificultades políticas

El país político por su parte, avanza en otra dirección y hacia otros intereses. En primer lugar, un gobierno que se mira su ombligo sin creer en la alternabilidad del poder. Sus acciones reflejan un mantener el poder a toda costa, independientemente del descalabro económico que esto implique.

Un gobierno que piensa en elecciones no participativas sino cerradas a un club de amigos que garantice su permanencia en el poder, aun cuando alrededor de un 80% de la población manifieste abiertamente su descontento hacia él. En fin, un gobierno que bajo unos pocos argumentos que terminan culpabilizando siempre a otros de los males que nos aquejan, se nutre de esquemas propagandísticos que intentan desinformar a una población que ya no cree pero que está atada en sus libertades.

Pero en segundo lugar, nos encontramos con una serie de partidos cuyo objetivo central más que el país y sus necesidades, es conseguir el “control” de la oposición política con fines grupales y personales.

A estos partidos les interesa ir a elecciones no para lograr un cambio real en el poder, sino para asegurarse “cuotas” de representación que garanticen acceder a beneficios públicos. Se trata de una serie de partidos que ha sido mayoría en el segmento opositor y que han obtenido un respaldo importante de la comunidad internacional para promover el cambio político. Sin embargo, por sus ambiciones personales y egos desatados, se han perdido en el debate.

Nada fácil la situación de Venezuela en los actuales momentos. Un enemigo más peligroso que el otro. La pandemia con toda su furia acechando todo el territorio nacional y ahora, la fragmentación del liderazgo  que provoca una desconexión emocional del país social con el país político. Esa fractura puede traer consecuencias mucho más lamentables que las nefastas circunstancias a las cuales estamos sometidos. La sociedad civil tiene la palabra en esta hora donde los partidos se han aislado sin ninguna necesidad.

09-08-20




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