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sábado, 23 de octubre de 2021

Lealtad compartida, por @Rafaelvelozg


Rafael Veloz García 22 de octubre de 2021

@Rafaelvelozg

En los últimos días hemos sido testigos, junto a todos los venezolanos, de importantes hechos públicos, notorios y comunicacionales, como han sido una serie de pronunciamientos realizados por trabajadores, profesionales y técnicos del país, en los cuales han ratificado su más irrestricto apoyo al Presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, Juan Guaidó, y a los parlamentarios de oposición de la Asamblea Nacional (AN) electos en 2015, que se han mantenido firmes contra el régimen dictatorial de Nicolás Maduro.

El leitmotiv ha sido unirse a la lucha en forma más unitaria en torno al Acuerdo de Salvación Nacional y todo lo que derive de esta propuesta de Juan Guaidó que está en marcha, como por ejemplo la mesa de negociación de Ciudad de México, que tiene como principales objetivos concretar la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias, libres, transparentes y verificables, así como el urgente ingreso de la ayuda humanitaria al país y la liberación de todos los presos políticos.

Esas manifestaciones trascendieron los espacios en que se realizaron, porque miles de venezolanos hicieron uso de los recursos comunicacionales del que disponen, como son los canales que brindan las redes sociales, para sumarse de manera abierta, mayoritaria y absoluta a los planteamientos de los sectores que se dirigieron al país para exponer su posición ante el momento político actual. Fue, en otras palabras, un sonoro eco de democracia y libertad. Y no es simple retórica lo que afirmamos aquí, porque lo que decimos es por entero comprobable.

¿Qué implica todo lo anterior para el Presidente (E) de Venezuela y para los parlamentarios de oposición electos en 2015? La respuesta se simplifica en dos palabras: más compromiso.

No se puede ignorar lo que los ciudadanos reclaman a aquellos que fueron electos por su voluntad para que los representen. Por lo tanto, demandan no desmayar, sino seguir en la lucha con todo.

La tarea no ha sido nada fácil ni lo será, pero renunciar a ella no es una opción, porque sería abandonar a los ciudadanos y eso, tengan la seguridad, no lo van a hacer.

Es muy grande la complejidad de esta lucha frente a una dictadura no convencional y criminal como lo es la de Nicolás Maduro, la cual ha originado la profunda crisis que agobia a los venezolanos, cuya raíz es política y su solución tiene que ser política, como bien expresó Leopoldo López en una carta que dirigió a los venezolanos desde la cárcel de Ramo Verde en 2014.

Se han cometido errores, es cierto, pero de mucho han servido en el plano de la experiencia, lo cual ha permitido construir un paradigma para hallar respuestas y lograr los objetivos. Y en ese sentido se avanza con más energía y determinación que siempre.

De por sí la política es muy compleja hasta en los más conspicuos escenarios democráticos del mundo. Esto queda reflejado en las palabras del Primer Ministro del Reino Unido durante la II Guerra Mundial, Sir Winston Churchill, quien dijo: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que él predijo”.

Churchill se refería a lo difícil del ejercicio del político y a lo impredecible que puede ser la política, porque en ella recae todo el peso de lo imponderable. La política es además muy dinámica y cambiante, por lo que la toma de decisiones en circunstancias tan terribles y con múltiples factores en contra como es el caso venezolano, obligan a realizar esfuerzos realmente titánicos, sobre todos aquellos que permitan lograr una mayor fortaleza para encarar a la dictadura.

Es precisamente en ese sentido donde con más ahínco ha puesto el foco el presidente Juan Guaidó, quien a su vez es el presidente de la legítima Asamblea Nacional. Se ha centrado en fortalecer el factor unitario y, conjuntamente con los diputados que lo acompañan en la AN, en explicar a los ciudadanos del país lo que significa y los alcances del Acuerdo de Salvación Nacional en estas instancias de lucha.

Esta propuesta emerge de la Consulta Popular promovida desde la Asamblea Nacional por el Presidente (E) Juan Guaidó y que se realizó del 5 al 12 de diciembre del 2020, y en concreto para dar efectiva respuesta a la tercera pregunta, en la que los venezolanos dentro y fuera del país, aprobaron “ordenar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”.

Bajo el amparo del artículo 233 constitucional. tanto el presidente Guaidó como los diputados de la Asamblea Nacional, se mantienen en la primera línea de batalla contra el régimen y blindados con El Estatuto que rige la Transición a la democracia para restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual es un acto en ejecución directa e inmediata del artículo 333 de la Carta Magna. “Su propósito es volver a la Constitución desde la propia Constitución para ofrecer un cauce ordenado y racional al inédito e inminente proceso de cambio político que ha comenzado en el país. Se trata de una iniciativa normativa de la Asamblea Nacional que aspira a preservar la Constitución de 1999 como pacto de convivencia para la vida cívica de los venezolanos y como fundamento de la transición democrática”, como se estableció cuando fue aprobado.

Por lo tanto, hoy resultan muy significativas las recientes manifestaciones de irrestricto apoyo que han recibido el presidente Guaidó y los diputados democráticos de la Asamblea Nacional electa en 2015, pues los mantienen vigentes como fieles depositarios de la lealtad de los venezolanos, por la cual no se apartarán de la lucha, sino todo lo contrario, se mantendrán en ella con más convicción de que el cambio será una realidad muy pronto, pero para que sea así hay que hacer valer la mayoría y estar unidos.

Podemos decir incluso que existe un pacto de leltad no escrito y de un valor incalculable, porque se trata de una lealtad que es compartida, pues Guaidó y los parlamentarios de la AN a su vez han depositado la suya en el pueblo venezolano, lo que da mayor sentido a continuar adelante con más brío en el irrenunciable compromiso de recuperar la democracia y la libertad.

Rafael Veloz

@Rafaelvelozg

  

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