Por Oscar Bastidas Delgado
La Economía Social está
integrada por las asociaciones, las cooperativas y las mutuales, adquiriendo
ellas, según el país, diversas formas y denominaciones. Las mutuales y el
mutualismo o movimiento sinérgico por ellas generado al integrar sus acciones, son
tan antiguos como las cooperativas y al igual que éstas, poseen un cuerpo
integrado de poseen un conjunto de valores y principios que les conceden
fisonomía propia diferenciándolas de las empresas de seguro capitalistas y
públicas: sus principios son: adhesión voluntaria; organización democrática;
neutralidad institucional: política, religiosa, racial y gremial; contribución
acorde con los servicios a recibir; capitalización social de los excedentes;
educación y capacitación social y mutual; integración para el desarrollo.
También son dirigidas por
sus asociados, se estructuran con base en la doble dimensión asociación –
empresa, pero se diferencian en que focalizan sus actividades en previsión
social y salud tales clínicas, farmacias sociales, servicios auto–
administrados de salud, accidentes y riesgos, planes de previsión, retiro,
vivienda y créditos hipotecarios, turismo y uso del tiempo libre y otras
actividades focalizadas en la calidad de la vida y el trabajo de sus asociados.
Las asociaciones mutuales se
han desarrollado en variados países, solo en Europa más de cien millones de
personas pertenecen a alguna.
Un aspecto a destacar es que
el número de beneficiarios es mayor que el de sus asociados debido a que sus
servicios se extienden a los familiares.
En Bélgica no existe un
Instituto Belga de Seguridad Social sino un conjunto de mutuales que protege su
población desde 1864. En Francia cubren casi 40 millones de personas gracias a
sus más de 2.000 puntos de atención; en ese país todo universitario debe
afiliarse a una mutual, desde 1948 hasta el año 2000 existió la Mutuelle
nationale des etudiants de France (MNEF) que llegó a tener 677.000
asociados. En Canadá, USA, Argentina, Colombia, Perú, Chile y algunos países
africanos se promueve el mutualismo desde hace decenios.
El mutualismo como
movimiento apunta a una cobertura mundial gracias a organismos de integración
como la Asociación Internacional de la Mutualidad con sede en Suiza (AIM,
1950), la Federación Internacional de Cooperativas y Mutuales de Seguros
(ICMIF), la Organización de Entidades Mutuales de las Américas (ODEMA), la Alianza
del Mutualismo de América (AMA) y la Unión Africana de la Mutualidad (UAM) que
representa 21 países de ese continente.
En Venezuela esta fórmula
social continúa secuestrada por una Ley de Seguros a favor de grandes empresas
y no de comunidades organizadas a pesar de que, en la actual Constitución
Nacional con motivo de la Constituyente de 1999, las mutuales fueron
incorporadas junto al término Economía Social gracias a movilizaciones de
la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave) y de las federaciones
nacionales de transporte y de servicios: Fecotrave y Fecoseven.
Rescatar esta figura debe
ser tarea perentoria del cooperativismo venezolano, con la pandemia del
coronavirus ese recate cobra mayor importancia.
Liberar esa figura del
secuestro de las grandes empresas de seguro, tanto privadas como estatizadas,
pudiera impulsar interesantes impactos en los movimientos sindicales así como
en organizaciones de trabajadores autónomos y microempresarios como los
afiliados a la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios
(ATRAEM); también las comunidades pueden buscar salidas mutualistas a sus
problemas.
Con la figura de mutuales
pudiesen restructurarse debidamente los servicios médicos y farmacéuticos de
los institutos de previsión del profesorado de las universidades autónomas, el
Servicio de Protección Social de Ceconave que es el mayor funerario del país
con más de medio millón de beneficiarios y otras opciones de previsión que
adquirirían fisonomía propia y operatividad.
Esa figura también
redimensionaría el funcionamiento de actuales clínicas, farmacia, servicios
auto-administrados de seguro y salud y cooperativas de seguros al oxigenar con
participación y aportes dinerarios asociativos algunas deficiencias financieras
además de acercar de mejor forma a estas organizaciones a sus relacionados
agregando al sentido de pertenencia el sentido de propiedad,
La constitución de mutuales,
apoyada en una ley especial formulada participativamente por organizaciones de
la Economía Social, comunitarias y otras junto a la legítima Asamblea Nacional,
generaría servicios con ética, numerosos puestos de trabajo, y abriría caminos
contra la exclusión, el Servicio Médico de la Central Cooperativa de Lara
(Cecosesola), es claro ejemplo del empoderamiento ciudadano en asuntos de salud
y previsión social.
Claro, ni pensar que estas
iniciativas democráticas – participativas pueden prosperar bajo el yugo
militarista del dúo Cabello/Maduro.
24-04-20
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