Sumarium.com 23 de abril de 2020
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Venezuela padece la cuarta mayor crisis alimentaria
del mundo, con 9,3 millones de personas
en situación de inseguridad alimentaria aguda y necesitadas de asistencia
urgente, a tenor de los nuevos datos disponibles en 2019, que revela la ONU en
un documento.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte
que, si no se toman medidas, se pueden enfrentar múltiples hambrunas de
proporciones bíblicas en unos pocos meses en el mundo.
Por localización geográfica, más de la mitad
(alrededor de 73 millones), de los 135 millones de personas viven en África; 43
millones viven en Oriente Medio y Asia y 18,5 millones viven en América
Latina y el Caribe.
En los cuatro países del Corredor Seco centroamericano
(El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua), la sequía ha dejado a
3,2 millones pasando hambre, mientras que en Haití, la crisis política
y socioeconómica empeoró la inseguridad alimentaria extrema, con 3,7 millones
de personas afectadas.
Además, 1,2 millones de migrantes y refugiados
venezolanos en Colombia y Ecuador también sufren hambre aguda.
El mundo padece hambre
El informe, realizado por una alianza internacional de
organismos de las Naciones Unidas, gubernamentales y no gubernamentales que
trabajan para abordar las causas fundamentales del hambre extrema, también
indica que en ese medio centenar de naciones 75 millones de niños
sufrieron retraso en el crecimiento y 17 millones sufrieron
emaciación, o delgadez excesiva causada por la falta de alimentación.
Los principales factores que motivaron este
crecimiento fueron los conflictos (el
factor clave que empujó a 77 millones de personas a la inseguridad alimentaria
aguda) en particular la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur,
junto a los fenómenos meteorológicos extremos (34 millones de personas) y las
turbulencias económicas (24 millones) en Guatemala, Haití, Pakistán, Zambiay
Zimbabwe.
La COVID-19 lo puede empeorar todo
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos calcula
que el impacto económico del COVID-19 durante este año elevará a 265
millones el número de personas expuestas a inseguridad alimentaria
aguda. La cifra casi dobla los registros de 2019 cuando se contabilizaron 135
millones en esa situación.
Ante este espectacular aumento, esta agencia
humanitaria de la ONU destacó como “fundamental” la necesidad de mantener
los programas de asistencia alimentaria, entre ellos los propios de la
Organización, que sirven para ayudar a casi 100 millones de personas
vulnerables en todo el planeta.
Cifras clave:
- Unos 265 millones
de personas en los países de ingresos bajos y medios estarán en situación
de inseguridad alimentaria aguda a finales de 2020 de no adoptarse medidas
rápidas
- La mayoría de las
personas que padeció inseguridad alimentaria aguda en 2019 se encuentran
en países afectados por conflictos (77 millones), por el cambio climático
(34 millones) y por crisis económicas (24 millones de personas)
- Las peores crisis
alimentarias en 2019 se centraron en 10 países: Yemen, la República
Democrática del Congo, Afganistán, Venezuela, Etiopía, Sudán del Sur,
Siria, Sudán, Nigeria y Haití
- En 2019, el 61% de
la población de Sudán del Sur se encontraba en estado de crisis
alimentaria o peor. Otros seis países tenían al menos el 35% de su
población en estado de crisis alimentaria: Sudán, Yemen, República
Centroafricana, Zimbabwe, Afganistán, República Árabe Siria y Haití
- Estos diez países
representaban el 66% de la población total en, es decir, 88 millones de
personas
El informe a debate en el Consejo de seguridad
Coincidiendo con el lanzamiento del informe el Consejo
de Seguridad dedicó una sesión sobre la “Protección de los civiles contra el
hambre provocada por los conflictos”.
Durante el evento intervinieron el director general de
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación,
Qu Dongyu y el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David
Beasley.
Beasley subrayó que actualmente con la crisis de
COVID-19 “no sólo nos enfrentamos a una pandemia de salud mundial, sino
también a una catástrofe humanitaria mundial“.
El máximo responsable del PMA recordó que 821 millones
de personas se van a la cama con hambre cada noche en todo el mundo.
“Todavía no hay hambrunas, pero debo advertirles que,
si no nos preparamos ahora mismo para asegurar el acceso, evitar la falta de
financiación y las interrupciones, podríamos enfrentarnos a múltiples
hambrunas de proporciones bíblicas en unos pocos meses”, recalcó.
Cuatro prioridades de intervención del informe:
- Aumentar y
expandir los sistemas de vigilancia a distancia de la seguridad
alimentaria, casi en
tiempo real, que proporcionen información actualizada sobre los efectos
del brote en la seguridad alimentaria y en los medios de vida, la salud,
el acceso a los servicios, los mercados y las cadenas de suministro, entre
otros aspectos, para adoptar medidas inmediatas y de mitigación
- Mantener la
asistencia humanitaria crítica en forma de alimentos, medios de subsistencia y nutrición para los
grupos vulnerables -adaptada a los posibles efectos de COVID-19- que
garanticen la satisfacción plena de las necesidades
- Reforzar y ampliar
los sistemas de protección social para garantizar que los más
vulnerables, que se encuentren afectados por el COVID-19 o corran un alto
riesgo de padecerlo, puedan seguir teniendo acceso a los alimentos
- Aumentar el apoyo
a la elaboración de alimentos, al transporte y a los mercados locales de
productos, y fomentar la apertura de los corredores comerciales que
garanticen el funcionamiento continuo de la cadena de suministro de
alimentos y los sistemas agroalimentarios esenciales en los países con
crisis alimentarias
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