Miguel González Marregot 12 de diciembre de 2023
@migonzalezm
Para
el próximo jueves 14 de diciembre, se ha anunciado un encuentro entre Nicolás
Maduro (Venezuela) y Mohamed Irfaan Alí (Guyana) en San Vicente y Las
Granadinas. En el encuentro auspiciado por el CELAC y CARICOM se tratará el
tema del territorio Esequibo, que como sabemos, es una zona bajo legítima reclamación
por parte de nuestro país. No cabe duda que, sobre la reunión recaen una serie
de expectativas que apuntan hacia la apertura de un diálogo constructivo entre
ambas naciones, aunque en estos momentos pareciera difícil.
En
realidad, las circunstancias actuales donde se desarrolla el diferendo
limítrofe entre Venezuela y la República Cooperativa de Guyana son muy
complicadas. Maduro enfrenta un complicado escenario internacional que implica
una investigación en la Corte Penal Internacional. Irfaan Alí se encuentra bajo
la enorme presión de pasar a la historia como un mandatario que perdió dos
tercios del territorio de su nación, si acaso no llega a algún acuerdo
compensatorio con Venezuela.
Venezuela,
por otra parte, mantiene un crisis económico-social de grandes proporciones con
una tasa nominal de inflación en alimentos que alcanza un 414% con base a
estimaciones del mes de julio de 2023 (siendo la mayor del mundo, según el
Banco Mundial). Además, la migración de venezolanos hacia el exterior supera ya
los siete millones de personas y las condiciones de precariedad social
continúan invariables.
Guyana
es una nación sobre la cual los venezolanos de a pie, conocemos poco. Al
respecto, algunos datos: único país anglófono en Suramérica, posee una
superficie de 214.969 km2 con 808.726 habitantes lo cual lo convierte en
un territorio despoblado. Guyana se define en su marco constitucional como una
nación en “transición del capitalismo hacia el socialismo”. Es un Estado
unitario y de naturaleza parlamentaria con un presidente electo en segundo
grado por el parlamento unicameral. La estructura vertical de gobierno de
Guyana comprende al presidente de la República, la Asamblea Nacional (con 65
miembros), el Congreso de los Gobiernos Locales, los Consejos Regionales (uno
por cada región) y, por último, un nivel territorial conformado por los
Consejos Vecinales, los Concejos Municipales y los Consejos de Villa de
Amerindios. El territorio guyanés está dividido en diez regiones, encontrándose
la mayoría de ellas ubicadas en la zona en reclamación (de norte a sur: Barima
Waini, Islas Esequibo-Demerara Occidental,
Pomerón Supenaam, Cuyuní Mazaruni, Potato Siparuni y Alto Tucutú Alto Esequibo)[i].
A
primera vista, la estructura gubernamental regional y sobre todo local de
Guyana se basa en una red de consejos que nos recuerda a la propuesta comunal
del PSUV.
En
general, el análisis de los expertos se centra en los recursos naturales que
existen en el territorio Esequibo tanto en tierra como en la plataforma
continental y, en efecto, son los intereses económicos el principal motor del
diferendo, además de los argumentos históricos y políticos. La existencia de
grandes reservas de petróleo y gas en la plataforma continental y las minas de
oro en tierra firme, constituyen un claro incentivo en la disputa entre dos
naciones del Tercer Mundo, que sirven de campo para la inversión capitalista de
empresas chinas, estadounidenses, españolas, etc.
El
diferendo podría constituir una disputa asimétrica entre ambas naciones por la
enorme diferencia entre Venezuela y Guyana en materia de recursos militares
tanto humanos como materiales. ¿Pero podría haber un enfrentamiento armado
entre Venezuela y Guyana? Sin ser un experto, considero que no habría
posibilidades, pues tocaría una enorme madeja de intereses no sólo de las
multinacionales que tienen inversiones en la zona, sino fundamentalmente por la
incidencia política del mosaico de los países de la región latinoamericana y
caribeña. Además, un enfrentamiento
bélico requiere sostenibilidad en el tiempo y esa cualidad no la tienen ni
Venezuela ni Guyana.
Uno de
los aspectos más delicados en el desarrollo del diferendo Venezuela-Guyana
radica en el componente humano y sus naturales diferencias histórico-culturales.
De este asunto crucial se ha hablado y se ha escrito poco, quizá por lo
dominante de la óptica capitalista en el tratamiento del asunto. Juguemos con
la imaginación: ¿Es posible la integración de estos dos pueblos cercanos en el
plano geográfico, pero lejanos en su desarrollo social y cultural? ¿Cuánto
tiempo transcurriría para una aceptación mutua años, lustros, décadas? Al
margen del diferendo, ¿cómo se perciben venezolanos y guyaneses mutuamente? Sin
lugar a dudas, se trata de un asunto humano muy complicado y con más incertidumbres
que respuestas.
En
Venezuela, la gestión de Maduro tomó al menos formalmente una serie de medidas
institucionales (unas más simbólicas que otras) orientadas a emprender en el
terreno de los hechos la disputa por el Esequibo. Una de ellas, fue la creación
de una comisión nacional conformada por tres instancias constitucionales como
son el Consejo de Defensa de la Nación (CRBV, 236) el Consejo Federal de
Gobierno (CFG, 185) y el Consejo de Estado (CRBV, 251). Estas dependencias tendrían
la responsabilidad de fijar estrategias institucionales para avanzar en la
recuperación del territorio Esequibo.
Otra
medida administrativa fue la creación de las divisiones de PDVSA y CVG
destinadas a tramitar las concesiones y los negocios relacionadas con los
recursos naturales de la zona en reclamación. Ambas divisiones tendrían que
esperar los resultados de las acciones emprendidas contra las empresas que
actualmente operan en esa subregión y que tendrían que suspender sus
actividades en los próximos tres meses. ¿Atenderá Chevron el llamado de
atención formulado desde Venezuela? ¿Existe capacidad en PDVSA y la CVG para
asumir las asociaciones estratégicas que implicarían la explotación de
petróleo, gas y oro en el Esequibo?
Una
medida muy particular, fue la creación de una Zona de Defensa Integral (ZODI)
dentro de la Región de Defensa Integral Guayana (REDI) para atender los asuntos
de la zona en reclamación, desde la ciudad de Tumeremo ubicada en el municipio
Sifontes del estado Bolívar. De esta manera el gobierno nacional busca dar
cuerpo al nuevo estado Guayana Esequiba, que comprendería toda la zona en
diferendo. La ZODI de Tumeremo estará al mando del General Cabello Ramírez.
Este
conjunto de medidas produjo quejas y reacciones en el gobierno guyanés que se
dirigió tanto a la Organización de las Naciones Unidas como a la propia
Organización de Estados Americanos (OEA), así como también solicitó el apoyo de
los Estados Unidos de Norteamérica y de Cuba.
Venezuela
está en la obligación de presentar ante la Corte Internacional de Justicia
(CIJ), en fecha 8 de abril de 2024 su contra memoria o el descargo de sus
argumentos en contra de los recursos presentados por la República Cooperativa
de Guyana. No cumplir con este requisito colocaría al país en franca desventaja
ante el sistema internacional de justicia y, podría obstaculizar la aplicación
del Acuerdo de Ginebra de 1966. Lo adecuado desde nuestro punto de vista, es
impulsar la aplicación de este Acuerdo y buscar mediante las negociaciones
directas, la asociación y la participación de nuestro país en los
emprendimientos multinacionales en las costas guyanesas y en zonas marítimas no
definidas. Se trata de un proceso de negociación largo y quizá tedioso pero
indefectible, por el cual se tendrá que transitar.
Miguel González Marregot
@migonzalezm
[i]
Las otras regiones administrativas de la República Cooperativa de
Guyana son:
Demerara-Mahaica, Mahaica-Berbice, Berbice Oriental-Corentyne, y
Demerara-Berbice.
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