Julio César Pineda 07 de mayo de 2016
La diáspora
venezolana en los últimos quince años puede alcanzar 1.500.000 mujeres y
hombres repartidos por el planeta, especialmente jóvenes y profesionales. Todos
se enmarcan en lo que se denomina el “Exilio” que desde siempre ha sido un
fenómeno político en América Latina.
El
emigrar, es una de las actividades más comunes y naturales del ser humano y su
diferencia con el exilio radica en que este último se produce de manera
forzada. En muchos casos por razones políticas, pero también por causas
económicas o fundamentalmente por la inseguridad que el país representa.
En
América Latina el exilio siempre estuvo vinculado a las dictaduras de derecha o
de izquierda, así como la búsqueda de mejores condiciones de vida. Toda salida
del país no sólo implica un cambio de ambiente sino de hábitos, cultura, y un
rompimiento afectivo con su geografía y su historia.
La
fuga de cerebros, tiene un costo incalculable y otros Estados lo han sabido
aprovechar, incluso con incentivos profesionales y económicos, es el caso de
Ecuador con aquellas personas que tienen títulos de postgrado a quienes se les
da las mayores facilidades.
En cifras
En
España se estima que hay más de 150.000, cifra que puede ser igual en Italia,
Portugal, Francia y en otros países de la Unión Europea. A Estados Unidos medio
millón de profesionales y sus familias han emigrado. Varios miles han llegado a
Uruguay, Chile, Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina e islas del Caribe. Es
difícil estimar el número de compatriotas en el Medio Oriente, África y Asia.
Recientemente
pudimos encontrarnos con un centenar de ingenieros petroleros en el Emirato de
Kuwait. Más de 20.000 especialistas en petróleo están presentes en naciones que
producen y procesan los hidrocarburos. Hemos sido contactados por la
Universidad Nacional de Costa Rica para formar parte de un equipo de
profesionales del Derecho, Sociología, Relaciones Internacionales, y Economía
que están adelantando un amplio estudio sobre las migraciones en nuestro
continente y sobre el exilio. Trabajan particularmente con los casos del exilio
chileno, argentino y brasileño, producto de las dictaduras militares en Chile
(1973 – 1990), en Argentina (1976 – 1983) y Brasil (1964 – 1985). Consideran
también los casos de la guerrilla y las guerras civiles en Centroamérica, sin
dejar afuera el caso del exilio cubano. En muchas situaciones, estos exiliados,
representaban altas calificaciones en las áreas de la Ciencia, la Literatura,
el Arte y la Política. Se interesan en el caso venezolano.
Reuniones
En
países en situaciones similares a la de Venezuela se han creado legislaciones y
mecanismos de protección de sus ciudadanos en el extranjero, facilitando el
conocimiento de este fenómeno tanto para eliminar las causas como para su
futura reincorporación.
En
reuniones a las cuales hemos asistido en varias ciudades de Europa y de América
Latina se ha planteado permanentemente la necesidad de contar con una ley
especial para la protección de los venezolanos en el extranjero, con las
obligaciones que el Estado y la sociedad civil de los que se quedaron en el
país tienen para con ellos.
En su
gran mayoría siempre quieren regresar cuando las condiciones cambien, en París
y la isla de Curaçao, nos lo ratificaron compatriotas que por diferentes
razones estudian, trabajan, han solicitado junto a otras exigencias, en lo
político y ante la actual coyuntura nacional, algo parecido a la Ley Italiana
del 27 de diciembre del 2001, para facilitarles la participación política ya
que manteniendo la ciudadanía puedan ejercer todos los derechos y obligaciones.
Como
en Italia podrían elegir y ser elegidos, teniendo una representación en la
Asamblea Nacional.
Votar
Así
podrían inscribirse en las listas electorales y votar en la circunscripción
para las elecciones para Presidente de la República y de la Asamblea Nacional y
para los referendos (consultivos, revocatorios y aprobatorio y abrogatorio). El
ejercicio del voto se realizaría en la sede de las embajadas, consulados y
oficinas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) determine y podrían tener una
representación parlamentaria como los italianos con circunscripciones
geográficas.
Las
embajadas y consulados están obligados por la ley italiana a facilitar esta
participación política y así debería ser para los venezolanos.
Colaboraremos
con la Asamblea Nacional para el Proyecto de Ley de la Protección y Defensa de
la Diáspora venezolana y para su posible retorno.
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