Por Santiago Clavijo, 12/06/2016
El comentario de la semana.
Pertenezco al grupo que todavía se sorprende y reacciona negativamente
ante la magnitud del cinismo presente en las muestras discursivas
de algunos representantes connotados del oficialismo.
Las declaraciones de los ministros que niegan las fallas notables de
alimentos, medicinas y otros insumos, las de los responsables de la seguridad
ciudadana que siempre encuentran en otros la culpa de sus errores, la de los
militares en el gobierno avalando guerras económicas y preparativos de invasión
por parte del imperio, siendo responsables de lo que pasa, las del alcalde
metropolitano en su papel de árbitro electoral que defiende la “pureza” de los
procesos, son solo muestras casi diarias del accionar de un gobierno que no
gobierna, para distraer la atención de los ciudadanos, desconociendo que
podemos parecer bobos pero que no lo somos, o al menos no para siempre.
Me cuento entre los miles de venezolanos que firmamos solicitando la
realización de un revocatorio presidencial y que hoy, después de haber esperado
suspicazmente por el pronunciamiento de las rectoras, confirmo que mi solicitud
ciudadana no cuenta ya que “Esta cédula de identidad no se encuentran
firmando en el proceso de Validación de registro presentado por la MUD”, que
luego fue cambiado por “Esta Cédula de Identidad no se encuentra en la base de
datos de los registros presentados por el partido MUD”.
Para demostrar, si es que fuera necesario, la mala intención de las que
dirigen ese organismo, estos primeros mensajes fueron borrados y ahora
dice “El número de cédula ingresado no cumplió con uno o mas de los
criterios de validación aprobados por el CNE”, lo que deja al ciudadano solo
con una certeza; su solicitud no cuenta.
Esta última y tecnológicamente lacónica respuesta del cne da
por anulado un legítimo derecho constitucional, miemtras que las causas
dependeran del momento en el que leyó el mensaje en pantalla, sembrando aún más
dudas en el ciudadano.
Para confirmar lo del cinismo, el cne señala que existe un
“procedimiento de validación y exclusión” que le permite al firmante
“arrepentido” pedir que lo saquen de esa lista, pero que no nos da a los excluidos
por ese poder, la oportunidad de solicitar por la misma vía (una planilla) y en
el mismo momento, la ratificación de muestra petición de convocar un
revocatorio contra el presidente.
Decimos ratificar porque si consultamos la base de datos de marras, lo
hicimos esperando estar entre los que firmamos la solicitud, y al no
encontrarnos, sentimos que alguien y no nos queda duda de quién, cometió una
omisión que deseamos subsanar. No estamos hablando de una lotería en la que no
salió mi número; yo, al igual que muchos miles, presenté formalmente una
petición y pido que se me conceda el derecho de ratificarla, ante su supuesta
inexistencia.
Esto será inútil, dado que de concederse alguna posibilidad de enmienda
al abuso, solo sería para hacerlo aún mayor, retardando el proceso y mejorando
las posibilidades de que el referendo no se realice en el tiempo adecuado para
remover al presidente y tener que convocar a la elección de uno nuevo.
Con esta experiencia y de cara al próximo evento, ¿de qué sirva convocar
a firmar una solicitud, si al final, los “aceptados” tendrán que ir a ratificar
su voluntad, personalmente y contra su huella guardada electrónicamente, en
aquel sitio que determine el órgano electoral? ¿No es mucho más fácil y
adaptado al sistema electrónico electoral, convocar a los que quieren hacer una
solicitud, a que en un solo acto y momento manifiesten su deseo y se compruebe
electrónicamente la correspondencia entre la cédula mostrada y la huella del
solicitante? Por supuesto que sí, pero esto haría que los lapsos fueran menores
y eso es precisamente lo que no quiere el gobierno y sus adláteres.
Algunos dirán que eso pasa por esperar comportamientos democráticos de
quienes han demostrado reiteradamente no ser precisamente demócratas. La
interpretación debe ser otra; una vez más se demuestra, gracias el esfuerzo
ciudadano, que el régimen no puede mantenerse legalmente y que tiene que
recurrir a la trampa para prolongar su agonía, lo que no importaría si no fuera
porque es el futuro inmediato del país lo que se está poniendo en riesgo, sin
olvidar que en el presente, muchos venezolanos, la mayoría, estamos viviendo la
peor experiencia personal de nuestras vidas.
Esto tiene que cambiar, esto va a cambiar, y ojalá encontremos pronto
la mejor vía para hacerlo; por lo pronto, en números y voluntad, el
revocatorio está convocado, faltándonos solo por ver lo que inventaran las
rectoras para impedirlo, si es que las dejamos.
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