miércoles, 4 de enero de 2017

Venezuela entraría en una espiral hiperinflacionaria si no se toman medidas urgentes por @contrapuntovzla


Por Adelaida Padrón


Para Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, la inflación se ubicaría en 850%, el economista Orlando Arocha la estima en 1.000%, mientras el FMI la ubica en 1.660%, cifras que significan todo un reto para la sobrevivencia de los ciudadanos

Desde la óptica de la población, uno de los problemas más graves de la economía es la inflación, pues deteriora rápidamente su calidad de vida y pulveriza el ingreso que percibe por su trabajo. Los economistas suelen recurrir a una frase que es atribuida a muchos personajes de la historia para ejemplificar lo que ocurre en ambientes inflacionarios, ya que refleja con claridad la realidad: “Los precios suben por el ascensor y los sueldos bajan por la escalera”.

Ante el aumento sostenido de los bienes y servicios –aun cuando en el país existe un control de precios desde febrero de 2003–, el Gobierno ha venido decretando ajustes periódicos del salario. La medida ha intentado compensar a la población ante el deterioro de su poder adquisitivo, pero al no atacar las causas que originan la inflación, tales aumentos han terminado envueltos en un ciclo perverso de mayor aceleración de precios y una mayor y más acelerada pérdida del poder de compra.

Actualmente el salario mínimo es de 27.092 bolívares y llega a los 90.812 bolívares con el ticket de alimentación, algo que las autoridades destacan al hacer un balance de 2016. En este sentido, el presidente Nicolás Maduro acaba de afirmar que este año autorizó cuatro aumentos para “un total de 454% de incremento".


                                             Foto: Ivonne Morales

No obstante, este ajuste ha sido arropado por el aumento de los precios. En la actualidad no se dispone de cifras oficiales para medir la inflación, pues el Banco Central de Venezuela no emite esa información desde el cierre de 2015, pero varios organismos y economistas hacen sus cálculos propios.

Estudios de Latin America Consensus Forecasts la ubican en 515,4% y Ecoanalítica la calcula en 511%, mientras que el Fondo Monetario Internacional la estimó en 475,8%, aunque proyectó que anualizada puede ser de 720% al cierre del período.

Otro alcance de la evolución de la inflación lo aporta el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas) que mensualmente hace mediciones del costo de los alimentos y otros servicios. Esta organización sostiene que entre noviembre de 2015 e igual mes de 2016, el costo de la Canasta Básica Familiar experimentó un aumento de 412,5%, para ubicarse en 624.544,78 bolívares.

Otros cálculos son más pesimistas al evaluar el alza de los precios en rubros sensibles como los alimentos. El economista Miguel Ángel Santos, por ejemplo, señala que este año los alimentos han tenido un aumento de 1.390%, mientras que el salario ha sido aumentado en 454%. Esto muestra que en 2016 hubo una caída de 63% del poder del salario para comprar comida.

Fuera de control

Este proceso en el cual los precios suben de forma acelerada, generando la pérdida de valor del dinero, es algo que vienen padeciendo los venezolanos desde hace tres décadas, por lo que la inflación no es algo ajeno a la cotidianidad ciudadana. No obstante, se ha acentuado de forma vertiginosa recientemente y el impacto social ha sido muy alto.

Recientes datos aportados por la Universidad Católica Andrés Bello dan cuenta de este impacto en los venezolanos, luego de haber hecho una encuesta donde siete de cada diez personas dijo haber tenido que pedir dinero para completar el mercado, un 30% dijo haber recibido comida de amigos o familiares para alimentarse y 8% admitió haber consumido alimentos desechados.

Hace tan solo dos años, es decir, en 2014, la inflación anual trepó a 68,5%, y ya se trataba de un nivel que encendía las alarmas y por el cual Venezuela despuntaba en el mundo por experimentar una de las más elevadas aceleraciones de precios. Un año más tarde la inflación general había escalado a 180,9% y, lo más grave, la reportada en alimentos llegó a 315%.

                                           Foto: Ángel Dejesús

Lo ocurrido recientemente con los billetes es una muestra más del efecto inflacionario que se vive, el cual terminó por hacer más costoso el material o soporte del dinero que su valor nominal como pieza monetaria. De hecho, el nuevo cono de monedas y billetes anunciado por el Gobierno, que recién comienza a circular parcialmente, muestran una inflación implícita de 17.011% con respecto a las piezas monetarias lanzadas en 2008.

El Gobierno estima que se han adoptado medidas contundentes para contener la inflación, a través de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y el accionar de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en conjunto con la Superintendencia de Precios (Sundde), medidas que serán reforzadas de cara al nuevo año como parte del Plan de la Patria “Campaña Carabobo” 2017-2018. Incluso el ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, sostiene que la inflación ha entrado ya en una fase de declive.

No obstante, los analistas advierten sobre lo que está por venir, porque no se han aplicado los correctivos necesarios para impedir que la inflación siga disparada.

                                             Foto: Jonathan Lanza

Razones de fondo

El desbalance en las cuentas es uno de los puntos que más alerta sobre la inflación venidera, ya que el Gobierno ha recurrido de forma reiterada a una política de cubrir los huecos fiscales emitiendo dinero. Es precisamente esta práctica una de las causas del fuerte proceso inflacionario de los últimos años.
La monetización del déficit implica inyectar un dinero a la economía que no está respaldado por ninguna actividad productiva, dinero que suele, entre otros efectos perniciosos, generar presión sobre el dólar paralelo.

Para el economista Pedro Palma si bien es cierto que la monetización del déficit no es la única causa de la inflación en un país con tantas complejidades como es Venezuela, sin duda es uno de sus principales detonantes. De allí que sienta gran preocupación por los efectos inflacionarios que están por venir debido a la práctica de financiar gasto deficitario a través del financiamiento que el Banco Central de Venezuela le da a Pdvsa.

Por esta vía, según sus estimaciones, en el segundo semestre de 2016 ha habido una masiva creación de dinero sin respaldo, al punto de que la deuda neta de Pdvsa con el BCV ha aumentado 4,25 veces en este período hasta alcanzar los 4,56 billones de bolívares. Esto, a su juicio, es altamente inflacionario.

                                               Foto: Jonathan Lanza

Las perspectivas

Para varios analistas el desbalance en las cuentas externas de la nación que se proyecta para 2017 estará en el orden de los 11 millardos de dólares, tras descontar las necesidades básicas de la economía y lo requerido para cumplir los compromisos de pago de la nación, considerando un escenario de precios petroleros sobre los 40 dólares.

Ecoanalítica calcula que para cerrar la brecha externa en 2017 el país necesita que la cesta petrolera promedie 62 por barril, algo que parece estar lejos de las proyecciones que se hacen del mercado de hidrocarburos en general y que ubican la cesta petrolera venezolana en un promedio de 45 dólares.

Esta es una peligrosa señal tomando en cuenta la indisciplina fiscal del Ejecutivo y sus prácticas recientes, así como las limitadas opciones de financiamiento que tiene la nación, por lo que se teme que en 2017 la inflación sea mayor a la vivida durante este año en un contexto de fuertes distorsiones.
Para Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, las perspectivas para 2017 no son optimistas. A su juicio, la inflación puede ubicarse en alrededor de 850% si todo sigue como hasta ahora. El FMI calcula la inflación del próximo año en 1.660% en su mejor escenario.

El economista Orlando Ochoa, por su parte, cree que la inflación anualizada antes de que cierre el primer trimestre del 2017, puede colocarse por encima de 1.000% debido, precisamente, a la fuerte presión monetaria que se viene ejerciendo como parte de la política fiscal del Gobierno.

Dado el escenario, algunos analistas creen que el país está a punto de entrar en una espiral de hiperinflación, lo que eleva los retos de los ciudadanos para tratar de proteger su patrimonio mientras aguantan el paso de la crisis.

03-01-17




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