Paulina Gamus 29 de septiembre de 2024
«Yo
me hundí hasta los hombros en el Mar de Occidente
Yo me
hundí hasta los hombros en el Mar de Colón»
Andrés
Eloy Blanco,” Canto a España”. Primer Premio en Juegos Florales de Santander.
1923.
Antes de entrar en el tema de las actuales relaciones entre Venezuela y España no puedo pasar por alto el desaire que el gobierno mexicano le hace a España al no invitar a su rey Felipe VI a la toma de posesión de la presidenta electa Claudia Sheinbaum. La indignación azteca con los españoles del siglo XV, léase los reyes Isabel y Fernando, comenzó con un presidente llamado Andrés Manuel López Obrador, mejor conocido como AMLO y radica en que 532 años después de que Cristóbal Colon pisara tierras americanas, los españoles de ahora no han pedido disculpas por las atrocidades cometidas contra los aborígenes por los españoles de hace más de cinco siglos.
Se me
ocurrió indagar quiénes han sido los presidentes mexicanos desde 1876 hasta la
fecha. Todos blanquitos, unos más que otros. Y todos corruptos unos y otros
también. Para 2018, con la primera presidencia de AMLO, el nivel de pobreza de
la población indígena mexicana era del 69.5%. En 2024 no ha mejorado mucho y
hay que agregarle que buena parte de ese gran país está en manos de mafias que
desarrollan la más cruel y bárbara de las violencias. No es necesario
aclarar a quiénes corresponde pedir perdón.
Ahora
venimos a Venezuela donde la relaciones con España están al rojo vivo. Las amenazas
de ruptura suben de tono mientras en una acalorada alocución, como corresponde
al personaje, el diputado Diosdado Cabello ha aseverado que «nuestra Madre
Patria no es España sino África». Recuerdo que en 1999, la Comisión del
Senado que yo presidía, citó a Diosdado Cabello, entonces presidente de
Conatel. Fue la única vez que pude verlo frente a frente y me parece que tenía
los ojos azules. Cosa rara en un africano. De los 53 presidentes que ha tenido
Venezuela en su historia republicana, solo uno, Hugo Chávez, tenía en sus venas
una mezcla de sangre indígena, africana y española. Todos los otros blanquitos.
En el
caso específico de Nicolás Maduro habría que aclarar, si tomamos en cuenta que
lleva un apellido absolutamente judeo-sefardí, que el rey Juan Carlos (el ahora
Emérito) nos pidió perdón a los descendientes de los judíos expulsados de
España en 1492 por la Inquisición y por decisión de los mismos Isabel y
Fernando. Lo hizo al ofrecernos en 1992 la opción de optar a la nacionalidad
española no sin antes cumplir engorrosos y costosos trámites.
Así
que los berrinches anti hispanos nada tienen que ver con los colonizadores ni
con sus víctimas indígenas de Venezuela. Desde el gobierno de Hugo Chávez hasta
el presente, nunca les había ido peor.
Sufren
en condiciones más precarias las mismas calamidades: hambre, problemas de
salud, educación y desempleo, que el resto de la población. Los más afectados
son los de la región amazónica por causa de la minería ilegal. ¿Es culpa de
España?
Quien
tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga y quien tenga capacidad de
discernimiento que piense y concluya.
Paulina
Gamus
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico