miércoles, 14 de abril de 2010
La última parada de la antipolítica
Por Alonso Moleiro
Acuerdos donde sea posible. Primarias donde sea necesario. El trecho andado por la Mesa de la Unidad para armar las planchas unitarias, que es apreciable, es el producto de un sensato y profesional mapa de navegación cuya articulación podemos atribuírsela a Ramón Guillermo Aveledo y a los partidos que integran esta plataforma política.
Estrategia mixta que, a mi entender, descansa sobre tres pilares fundamentales. 1) Es necesario acordar rápido y sin traumas. 2) No es posible gastar el dinero que no se tiene. 3) La articulación de los partidos y la formación de la Mesa deben estar orientadas a rescatar el músculo de los partidos políticos democráticos, botón de arranque del proceso de reconstitución institucional pendiente en este país.
El ruido que se ha producido en torno a los acuerdos definitivos de la Mesa es obra de un tesonero trabajo de sabotaje de mediana intensidad de un grupo de políticos que, a sabiendas de que lo antes expuesto es cierto, al corriente de que no es posible hacer llamados generales a primarias, al tanto de que éstas cuestan mucho dinero, y pertenecientes todos , por último, al hábitat de partidos que tanto denuestan, insisten en pararse al lado del arco a esperar la pelota y cazar güiro. Pellizcar egos en estado silvestre para que salgan a la calle a pedir eso que, si no es posible, es hoy harto cuesta arriba: más elecciones primarias.
El costado "teen" de la Mesa, ¬un amasijo de políticos de toda la vida que quiere hacerse pasar por independiente, acicateado por un curioso tropel de periodistas coleados cuyo papel en este trance este suscriptor no termina de comprender¬ la da continuidad al fenómeno antipolítico. Esa bacteria que tanto ha hecho para fomentar el asco a la comprensión del hecho público, renuente a que en Venezuela se fortalezcan las instituciones de intermediación social y los argumentos doctrinarios acabados, bajo el falaz argumento de que esto lo arreglan "los ciudadanos". Pamplinas: los ciudadanos solos no van a resolver nada y la nuestra no será otra vez una democracia sin partidos fuertes.
Por "ciudadanos" entendamos a "la gente chévere".
Los que andaban enloquecidos por precipitar el paro petrolero en todos los restaurantes y ovacionaron el retiro de las elecciones parlamentarias. Esos que trajinan sobre la voluntad de dirigentes sin filamento ideológico y que toman decisiones viendo encuestas.
¿Está Goicoechea molesto con los pactos? Pues bienvenido a la política: que se salga de su partido y se dedique a hacer aeromodelismo en Los Castores. Tiempo para ser diputado le sobra; si no puede comprender lo que está en juego no sirve para esto. ¿Quiere insistir Enrique Mendoza en provocar una dañina polémica pública promoviendo una consulta que violentaría todos los acuerdos anteriores? Debería tener más cuidado: no muy lejano está el recuerdo de sus disculpas gracias a sus anteriores metidas de pata.
Al país no le interesa si es Borges o Mendoza, Goicoechea o Marquina. Esa es la verdad. El país quiere planchas unitarias ya. Las primarias son un recurso y una excusa para apalancar la unidad nacional. Jamás al revés.
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