Primero de Mayo desde el barrio (ó así se pudre un país)

Por Radar de Los Barrios

Así se ve Caracas desde el barrio donde vive y trabaja “El Gato Volador”. El es un compatriota que lucha en la parte más alta del Barrio San Miguel, donde termina El Cementerio y comienza Puente Hierro, al lado de Roca Tarpeya. Fue deportista cuando muchacho. Eso lo salvó de la droga y otros malos pasos. Hoy, pasada hace rato la treintena, se gana la vida subiendo al cerro lo que los vecinos le pidan: ¿Bolsas de mercado o mercancía para vender? ¿Bloques o arena para remendar el rancho? ¿Bombonas de gas para la cocina? ¿Gaveras de aquello para vender y “redondearse”? Como el protagonista de la película “El Transportador”, nuestro amigo “El Gato Volador” tiene una tarifa para cada carga, cada altura y cada ruta. Se gana la vida a pulso, día a día. El no sabe que es eso de “seguridad social”, “cesta-tikets”, “cesantía” o “antigüedad”. No sabe tampoco que es lo que los expertos llaman “empleo precario”. Sólo sabe una cosa: “Yo hampón no soy, y mantenido del gobierno tampoco”. Para él la fecha del Primero de Mayo es sólo un feriado más, “y este año no sirve ni para eso, porque cae sábado…”

Así, como un colador gracias a los impactos de bala, se ven las rejas del ambulatorio que queda en la entrada del barrio donde José Ruiz es conocido como “El Gato Volador” por su habilidad para trepar el cerro velozmente. Por cierto,el no es el único que piensa en el Primero de Mayo como un día en el que no hay mucho de que alegrarse porque... ¿Cómo “celebrar” el Día del Trabajador en un país en que más de un tercio de las empresas ha cerrado en los últimos once años; Un país en que el Estado no crea nuevos empleos sino que “estatiza” o destruye los que ya existen; Un país en que la mitad de la población esta en el “rebusque” informal y de la otra mitad casi 80 % gana apenas salario mínimo, es decir, una tercera parte de lo que cuesta la canasta alimentaria? ¿Cómo celebrar el “Día del Trabajador” en un país en que los sindicatos son ignorados, divididos, reprimidos o comprados por el patrón más poderoso, el Estado; donde los contratos colectivos son desconocidos y donde los problemas que surgen en las relaciones laborales ya no se resuelven discutiendo pliegos conciliadores o conflictivos en la Inspectoría del Trabajo sino a tiro limpio, en las calles o en los portones de las fábricas, en desiguales confrontaciones entre obreros y mafias de sicarios?

Esta es Venezuela hoy, más allá de los discursos del gobierno o de la propaganda de la oposición. Esa es la realidad del venezolano de a pie, como usted, como yo. ¿Qué pasa entonces, en una situación como esta? Pues que el país se empieza a podrir. Si, así como lo lee: A podrirse, a corromperse, a descomponerse como se pudre un cadáver en una cuneta, con el paso de los días. ¿Qué es sino lo que esta ocurriendo frente a nuestros ojos? Crímenes horrendos cometidos por carajitos que todavía deberían estar en la escuela o el liceo; policías que secuestran gente en vez de protegerla; “chivos” del gobierno que “ponen la torta” y en vez de ser castigados los colocan en nuevos puestos, con más dinero y más poder, síntomas todos no de un país “en revolución” sino de una nación en descomposición…

¡Por eso, yo celebraré el Primero de Mayo el 26 de septiembre, cuando todos los que queremos una Venezuela mejor empecemos a construir la VI República! ¡Pa’ que sean serios!

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