Américo Martín 03 de marzo de 2019
@AmericoMartin
La
avasallante mayoría democrática, su natural relación con la libertad, la
sociedad civil, estamentos, gremios, etnias, religiones, oficios, explican el
universal afecto que lo rodea y protege. Registra bajas graves: inhabilitados,
encarcelados, torturados, fallecidos, medios desaparecidos, violación crónica
de derechos humanos. La población es diezmada por el hambre y la emergencia
humanitaria. El sistema dejó atrás la sombría dictadura de Pérez Jiménez.
El
peso de factores propios de nuestra época como la planetaria defensa de los
derechos humanos y el papel de las redes en la filtración de noticias y
denuncias anti represivas no atenúan aquel juicio porque no son del activo del
régimen. Además, la vocación totalitaria está al acecho para volver a la carga
al menor parpadeo. Lo acabamos de padecer con impresionante fiereza en las
fronteras para el infeliz propósito de destruir la ayuda humanitaria y
ensañarse incluso como nadie contra el pueblo Pemón y otras etnias. ¡Caso bien
singular por cierto! Con su vacía retórica acerca de la soberanía indígena y su
tonto ensañamiento contra Cristóbal Colón, prueba de nuevo su verdadera índole
con esta exhibición de odio desalmado contra las etnias en Guayana, Delta,
Amazonas, Zulia y donde quiera levanten voces de protesta.
La
vasta amplitud opositora, acostumbrada a sumar descontentos e inconformidades,
es lógica y sanamente heterogénea, pero el hecho de serlo le restaba
efectividad a la unidad plural, unidad de lo diverso. Pero como la necesidad
crea el órgano, al renovarse el 5E la AN, se dio un salto de gigante en la
asignatura pendiente. Desde entonces el país y el mundo acompañan el eficaz eje
unitario Guaidó-Asamblea Nacional, y la solidaridad universal ha sabido
encontrarse con una sólida dirigencia opositora en el momento más necesario.
Los
venezolanos tienen que acostumbrarse a domeñar sus pasiones. Conquistada la
amplia y militante simpatía mundial, algunos emiten juicios ligeros contra
países que simpatizan con nosotros con un generosísimo sentido de entrega, que
debemos agradecer. Conservan, como es natural, su propio criterio y no son
dados, con razón, a invadir a las primeras. Téngalo en cuenta el Poder para que
mida bien sus pasos. Sus acostumbradas acciones lo conducen a fatalidades
volcánicas. Lo que debería comprender adicionalmente es que si bien el margen
para negociaciones amplias se ha reducido, precisamente porque ustedes lo han
aprovechado para otros fines, aún podrías hacerte a un lado y conservar tus
derechos ciudadanos y constitucionales.
Por lo
demás, el abigarrado número de países solidarios con la democracia venezolana
se inclina a llegar a acuerdos de esta tesitura, aprovechando la muy
inteligente Amnistía dictada por la Asamblea Nacional.
Tres
factores pueden ser decisivos para el destino democrático de Venezuela. 1) La
muy mayoritaria alternativa democrática encabezada por el presidente Juan
Guaidó 2) la poderosa y auxiliar solidaridad mundial 3) la Fuerza Armada. El
primero sigue ahí, alerta y plagado de iniciativas racionales que la violencia
del régimen quisiera detonar. El segundo insiste en la ayuda humanitaria, que
ya fue detonada infructuosamente en estos días. Y el tercero crece con
deserciones que se unen a los muchos militares exiliados.
Se les
pide que no disparen contra sus compatriotas o que exijan la renuncia pacífica
y negociada de Maduro.
Prometeo:
(…) Espera a saber lo que te aguarda
Coro:
(…) Cuéntame, sí. Para el enfermo es dulce saber el mal que ha de sufrir
Maduro
tiene su futuro en las manos, pero no ha descubierto lo que más le conviene.
Convendría que más vale retirarse pacíficamente al abrigo constitucional que
desaparecer en medio de agitadas turbamultas.
Américo
Martín
@AmericoMartin
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