David Alandete 15 de abril de 2020
@alandete
La
empresa que canjea el crudo de Venezuela por gasolina no figura en la lista
autorizada de exportaciones de combustibles del Gobierno mexicano
El Gobierno de Estados Unidos investiga ya a las
empresas mexicanas que, según reveló ABC, están dando salida al petróleo venezolano para distribuirlo en
mercados internacionales, sobre todo en Asia, según fuentes oficiales en
Washington consultadas ayer por este diario. La Casa Blanca pedirá información
al Gobierno mexicano, y espera que este le ayude a esclarecer si las tres
empresas, incluida la distribuidora Jomadi, están vulnerando las
sanciones impuestas por el presidente Donald Trump sobre el
sector petrolífero de Venezuela, del que Nicolás Maduro se
vale para sostener la estructura de su régimen. Es más: el último contrato
entre una empresa mexicana y el régimen de Maduro no podrá cumplirse si no da
su permiso el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que
incluye la exportación de gasolina a Venezuela.
La empresa mexicana Jomadi, que el pasado 17 de marzo
acordó con el régimen de Maduro la extracción de cinco millones de barriles de
crudo de Venezuela a precio de saldo, no figura en la lista aprobada de
exportaciones de hidrocarburos del Gobierno de México. En virtud del
acuerdo al que tuvo acceso ABC, esa empresa mexicana, Jomadi, recibirá el
petróleo crudo venezolano en puertos de Turquía a cambio de una cantidad de
litros de gasolina de 95 octanos que se decidirá a futuro y se depositará en
buques en aguas costeras venezolanas.
Un portavoz de la Subsecretaría de Estado para Asuntos
del Hemisferio Americano de EE.UU. dijo ayer a ABC que «el departamento de
Estado y el departamento del Tesoro siguen de cerca los esfuerzos del antiguo
régimen de Maduro de evadir las sanciones de EE.UU. y sumar a otros a esas
estratagemas. El gobierno de EE.UU. investigará activamente todos los esfuerzos
de Maduro y sus subalternos para eludir las sanciones de EEUU. y tomará
medidas contra aquellos que estén violando sus sanciones».
Sin permisos
No figura la empresa Jomadi en el listado oficial de
los permisos otorgados por la Secretaría de Energía de México para la
exportación de petrolíferos e hidrocarburos, que estaba vigente y actualizado
al 2 de abril de 2020. Sí estuvo Jomadi en años anteriores, hasta 2019, en el
listado de permisos para cuantiosas importaciones de gasolina de
diverso octanaje, diésel y turbosina, un queroseno proveniente del destilado
intermedio del petróleo, que es usado como combustible para aviones, jets y
helicópteros.
Al 31 de marzo de 2020, según la Secretaría de Energía
mexicana se encuentran vigentes 216 permisos de importación y 32 permisos de
exportación. En ninguno de ellos figura Jomadi, a pesar de que esa empresa en
teoría debe canjear el petróleo de ofrece Maduro a precio de saldo para
conseguir liquidez por una cantidad a determinar de gasolina de 95 octanos. El
plazo del contrato con Pdvsa, la petrolera estatal venezolana, es desde el 25
de marzo al 25 de julio.
En varias comunicaciones oficiales y licitaciones,
Jomadi se describe como «distribuidor de Pemex». Esta última es la
empresa estatal productora, transportista, refinadora y comercializadora de
petróleo y gas natural de México. La prioridad ahora de la Administración Trump
es asegurarse de que combustible de la empresa pública mexicana no acaba en
manos del régimen de Maduro. Desde diciembre, la Casa Blanca ha advertido a las
últimas empresas internacionales que canjean combustible como gasolina o diesel
por crudo venezolano -la india Reliance, la italiana Eni y la española Repsol-
de que se arriesgan a sanciones secundarias si no ponen fin a esta práctica.
Pemex, por su parte, tiene un grave problema de
pérdida de combustible, sobre todo por robo. Reducir esas pérdidas ha sido una
de las prioridades de López Obrador, en el cargo desde el 1 de diciembre de
2018. En enero el director de Pemex, Octavio Romero, reveló en conferencia de
prensa que en 2019 la empresa pública sufrió perdidas de 1,8 millones
de barriles, en su mayoría por robo, frente a los 20 millones de barriles
extraviados un año antes.
La Casa Blanca aprobó el año pasado varias rondas de
sanciones contra el petróleo venezolano para cortarle al régimen de
Maduro las últimas vías de ingresos y liquidez que tenía. Trump
incluso tomó la medida sin precedentes de dictar un embargo y prohibir las
importaciones a EE.UU. En consecuencia, Maduro ofreció su petróleo a precio
rebajado a la petrolera estatal rusa, Rosneft, que en diciembre llegó a
comercializar dos tercios de todo el crudo venezolano. Pronto, Trump sancionó a
dos filiales de Rosneft implicadas en esos negocios. Ante la presión, el
Kremlin acabó de cobrar la deuda de Maduro y se salió completamente del mercado
venezolano.
Las últimas petroleras que quedan haciendo negocios en
Venezuela, como Eni o Repsol, están cobrando deuda. La estadounidense Chevron
cuenta también con una licencia otorgada por la Casa Blanca para operar en
Venezuela exclusivamente para el cobro de deuda y hasta el 22 de abril. Tras
esa fecha, Trump debe decidir si prorroga las licencias o corta de forma
definitiva el acceso de Maduro a los mercados petrolíferos internacionales.
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