Rafael Veloz 15 de abril de 2021
@Rafaelvelozg
La
propagación del COVID-19 arrastró consigo los sistemas sociales, económicos y
políticos que han conducido al mundo moderno a un confinamiento extremo,
redireccionando el curso de las actividades que mueven a la sociedad, y peor
aún, esta pandemia declarada formalmente por la Organización Mundial de la
Salud el 11 de marzo de 2020, ha provocado la muerte de más 2,9 millones
de personas en el mundo y más de 137,4 millones personas infectadas (Datos
oficiales OMS abril 2021), ocasionando aflicción, sufrimiento y agonía a
millones de personas que directa o indirectamente se han visto afectadas por
dicha tragedia mundial.
Por su
parte, en el caso de Venezuela, no solamente ha tenido que lidiar con la llegada
de esta pandemia, a los venezolanos (especialmente a quienes siguen en
territorio nacional) les ha tocado sufrir las consecuencias de la Emergencia
Humanitaria Compleja (declarada por la ONU en 2016), la cual se ha agravado por
la criminalidad de quienes hoy en día se mantienen en el poder ilegítimamente,
puesto que sus actos irresponsables han llevado a la debacle el sistema de
salud venezolano: médicos, enfermeros y otros profesionales y trabajadores de
este sector están saturados haciendo esfuerzos sobrehumanos para lograr atender
dignamente y con el protocolo debido dentro de sus posibilidades, a los miles
de casos de COVID que se estiman a nivel nacional.
Con
las apariciones de diversas vacunas en diciembre de 2020, la esperanza de
retomar la vida social normal moderna se ha ido recobrando progresivamente, sin
embargo, para Venezuela, la llegada de vacunas que cumplan con factores como
que sean económicas, seguras, de alta calidad y con certificado internacional
confiable se ha vuelto una espera agónica.
El
Gobierno interino del presidente (E) Juan Guaidó, ha ratificado su compromiso
en continuar con las tareas que se ha venido realizando desde el comienzo de la
pandemia, se ha desempeñado un trabajo permanente e integral de monitoreo,
organización y atención de un gran plan que ha abarcado diversos programas como
el “bono a los héroes de la salud”, la “atención psico-emocional a distancia
para los venezolanos dentro o fuera del país afectados por la pandemia” entre
otros programas.
La
vacunación es el próximo paso a seguir, por lo cual se ha hecho las gestiones
pertinentes y necesarias para garantizar a la población venezolana la llegada y
el acceso efectivo a la vacuna, mismas que deberán ser aquellas que ya cuenten
con las certificaciones internacionales de organismos que cuenta con la
legitimidad de sus países miembros y con la credibilidad que los acompaña en su
historia como la OMS o la OPS.
Por
ello, a partir de la aprobación formal de algunas vacunas lanzadas al mercado
mundial, el Gobierno interino con la Mesa Técnica Nacional y en conjunto con
sectores de la sociedad civil organizada, como gremios, academias, sindicales,
ONG y otros, han ejecutado acciones y mecanismos de acercamiento y
conversaciones a diversas organizaciones nacionales e internacionales que se
encuentran actualmente desarrollando programas humanitarios enfocados en áreas
de salud, seguridad alimentaria, nutrición, agua y protección, mismas que a su
vez notifican constantemente a la ONU, sirviendo de apoyo a los programas propios
de la ONU a atender a poblaciones en situaciones críticas y de urgencia.
Este
trabajo de exploración y valoración de las diversas opciones viables para el
acceso de las vacunas, ha llevado a la Mesa Técnica Nacional y al Gobierno
interino a enfocar su empeño y afán en que sea el COVAX, mecanismo emprendido
por la Alianza GAVI, como el proceso más efectivo a implementarse en Venezuela
para que toda la población sea vacunada, donde su distribución se lleve a cabo
bajo un Plan de Vacunación Nacional que cumpla con los principios humanitarios
de universalidad, humanidad, neutralidad e independencia operativa, sin la
intervención política y con la total transparencia bajo el seguimiento y
contraloría por las organizaciones de la sociedad civil, garantizando la
eficiencia y efectividad de la ejecución del plan.
Este
proceso hacia la ruta del plan de vacunación ha sido una tarea titánica, la
cual se ha venido logrando con éxito paso a paso con la actuación proactiva de
organizaciones de la sociedad civil, organismos humanitarios, gremios,
sindicatos y diputados de la legítima Asamblea Nacional, actores que bajo la
articulación de acciones de denuncia y presión, han conseguido que el régimen
pagara a la Alianza GAVI el equivalente al 50% del costo de las vacunas que se
destinarán próximamente a Venezuela. Este hecho es producto de trabajo
constante y unitario como factor clave en la consolidación de los objetivos
establecidos por el Gobierno interino y la Mesa Técnica Nacional. Ahora es el
momento en que la sociedad civil venezolana se implique activamente en los
próximos pasos que sucederán al Plan de Vacunación en Venezuela, el cual
necesitará el aporte de cada actor de la sociedad para cumplir con la
inmunización de la ciudadanía y así evitar la continuidad de una pandemia que
inevitablemente ha agravado el modo de supervivencia del venezolano, y que este
sea el inicio de retomar no la normalidad, más bien de retomar la lucha del
rescate de nuestra Venezuela.
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
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