Alberto Veloz 28 de abril de 2021
@avgveloz
Soy la
arepa es el título de un libro, pero no es un libro cualquiera, sino un texto
diseñado por Ximena Montilla Arreaza para el aprendizaje del español dirigido a
niños venezolanos y demás latinos, que viven fuera de sus países de origen y
que corren el riesgo de perder su idioma madre
El
novedoso libro Soy la arepa es multifuncional, desde el punto
de vista de su versatilidad cultural, porque, además de su carácter pedagógico
para el lenguaje, también sirve para que los niños conozcan la historia del pan
diario del venezolano, la arepa, alimento común en América Latina y que se
presenta en preparaciones similares: pupusas en El Salvador, gorditas en
México, changas o tortillas asadas en Panamá.
Su
autora, Ximena Montilla Arreaza, es especialista en el área de la enseñanza de
idiomas, psicopedagoga bilingüe con énfasis en Educación Especial, mención
Trastornos del Desarrollo Intelectual y Dificultades en el Aprendizaje.
Lo que
llamó la atención a esta venezolana, investigadora de técnicas alternativas y
metodología de enseñanza del español como lengua afectiva. fue observar la
cantidad de “latinos” viviendo en diferentes partes del mundo, especialmente en
Estados Unidos, pero que no hablan español porque perdieron por completo su
idioma madre, lo que resulta preocupante.
Así
nació la idea de Soy la arepa como una forma de aprender el
español afectivamente. Ximena Montilla comenta que la enseñanza de un idioma
como lengua afectiva es fundamental para su aprendizaje y su memoria. Ha vivido
y puesto en práctica sus técnicas pedagógicas en España, Alemania y actualmente
reside en Atlanta, Estados Unidos.
¿Qué
es la lengua afectiva? Nuestra investigadora explica que es el idioma enseñado
a través de lo cotidiano en el hogar, del amor, de lo que se explica en el uso
diario de nuestras vidas. Cada vez que se haga una acción de este tipo debe ser
hablado y enseñado en español, en el caso de los infantes latinos.
“Debemos
enamorar al niño con el aprendizaje y esto se logra cuando se habla en español
al momento de transmitir afectos, caricias, el uso diario de los objetos en la
casa, esas palabras quedan grabadas y nunca más se olvidan. Los recuerdos de la
infancia se atesoran y quedan indelebles en la memoria. Esto es el aprendizaje
a través de la lengua afectiva”, explica Montilla y se emociona al conocer que
sus postulados se hacen realidad.
La
arepa se presenta
Soy la
arepa, soy coqueta.
me gusta la variedad,
asada, frita u horneada,
gordita, dulce o salada.
Soy
fresquita y redondita,
y me puedes rellenar,
o comerme así solita,
pues aquí, yo soy el pan.
A
través de Soy la arepa, su autora pone hablar a nuestro “pan de
cada día” en primera persona para contar en rima sus orígenes, diferencias,
tipos de elaboración, rellenos, cómo comerlas, lo que permite apreciar
lúdicamente la estrecha relación que guarda la memoria culinaria del venezolano
con la palabra ancestral “arepa” que no se limita a ser “una especie de pan de
forma circular hecho con maíz”, sino que también es infancia, familia, unión,
hogar, celebración, desayuno, almuerzo y cena, referencia de nuestro país.
Este
libro infantil cuenta el origen, y todo lo que se quiera saber de la arepa,
pero en verso. Dada su larga experiencia profesional en el diseño de materiales
educativos para la enseñanza del idioma español, este recurso resulta atractivo
y novedoso para los niños. Les brinda herramientas sencillas para facilitar el
aprendizaje y fijar en la memoria el idioma que se adquiere o se trata de no
olvidar, debido a la musicalidad de las palabras cuando riman en cada estrofa.
Xiomara
Montilla ha diseñado una línea de material educativo para la enseñanza del
español dirigida a hispanohablantes profesionales interesados en trabajar
enseñando el idioma como lengua extranjera y a familias de habla hispana que
quieren preservar la lengua materna en el seno del hogar.
Partida
de nacimiento de la arepa
Ante
la pregunta ineludible del lugar de nacimiento de la arepa, si es de Colombia o
Venezuela, esta pedagoga y consultora educativa en el área de bilingüismo
explica, de la manera más sencilla, que la arepa es colombo-venezolana o
venezolana-colombiana y que el orden no altera su partida de nacimiento.
“La
respuesta es que la arepa es tanto venezolana como colombiana. Hace más de 5
mil años los dos países eran un solo territorio, la misma tierra. Somos lo
mismo. Es una tontería decir y discutir si es de uno otro país”, comenta
enfáticamente Ximena Montilla.
Este
vasto territorio, donde no existían fronteras de ningún tipo, estaba ocupado
desde hace miles de años por poblaciones aborígenes de América. Los usos,
herramientas y costumbres alimentarios eran similares en toda el área que hoy
está dividida en dos países con tradiciones y rasgos comunes: Venezuela y
Colombia.
En
este sentido es imperativo remitirnos al libro “Colombia y Venezuela: Historia,
alimentación y saberes compartidos” de las sociólogos Esther Sánchez Botero y
Ocarina Castillo D´Imperio.
Esta
obra es la investigación más completa y exhaustiva de lo que comparten estas
dos naciones en el campo de la alimentación, por lo que es material de consulta
fundamental al momento de estudiar las despensas originarias de cada país, su
gastronomía y todo lo que comparten como el mismo territorio que son.
“Del
maíz y de la yuca -refiere el citado estudio- vienen nuestros panes
ancestrales, la arepa y el casabe. Resulta pertinente comentar el caso de la
arepa, originaria de nuestras sociedades aborígenes y cuyo proceso ha sido
ampliamente recogido y documentado en fuentes arqueológicas y etnohistóricas.
En ambos países, a partir del maíz se elaboran diferentes tipos de arepas, con
variaciones en función del color, forma y tamaño de sus granos y las técnicas
de preparación (desgranar, secar, desconchar, cocinar, triturar o utilizar
arena o cenizas en el momento de separar el grano de la cáscara)”.
“Dada
la importancia de la arepa en los imaginarios, representaciones y en el
patrimonio gastronómico, se plantean y debaten numerosas hipótesis e
interrogantes sobre su origen preguntándose a cuál de los dos países le
corresponde. En rigor a juzgar por los hallazgos arqueológicos de metates,
piedras de moler y morteros de piedra, por ejemplo, en el primer milenio a.C.,
en el sitio de Mamil (Bajo Sinú en Colombia) o en las poblaciones indígenas que
habitaban Camay, estado Lara-Venezuela, hacia 500 años antes de Cristo,
obviamente la arepa tiene una antigüedad no comparable con la existencia de la
sociedad colonial y menos aún con la republicana”.
“La
variedad y permanencia de la arepa -señalan las sociólogas Sánchez Botero y
Castillo D´Imperio- su versatilidad y apertura a las adaptaciones y cambios
experimentados a través del tiempo, así como el papel que ocupa históricamente
en los hábitos de consumo de los sectores populares, reafirman su carácter de
alimento entrañable en la cultura alimentaria de colombianos y venezolanos”.
Ximena
Montilla lo dice en verso
Fui
inventada hace mil años,
cuando no existían fronteras,
entre dos pueblos hermanos,
que me hicieron tradición:
de un lado colombianos,
el y otro, venezolanos.
El
colombiano me sirve
como gran acompañante,
de sus variados platillos,
que son ricos y abundantes.
Mientras
que el venezolano,
me sirve de guarnición,
o de plato principal,
según tenga la ocasión.
Soy
reina en su desayuno,
en el almuerzo y la cena,
siempre la estrella del show,
si me encuentro bien rellena.
Soy
símbolo y patrimonio,
parte de su identidad,
vengo a contar esa historia,
y es la vas a escuchar.
Dónde
comprarlo
Las
ilustraciones del libro Soy la arepa son de Laura Stagno y se
consigue impreso o digital a través de la red mundial Amazon, en el buscador Soy la arepa Ximena Montilla.
Para
más información se puede contactar directamente con la autora, Ximena Montilla
a través del correo xmontilla@claseslistas.com o por su teléfono +1 6782346407
Bibliografía
Ximena
Montilla. Soy la arepa. Clases Listas. Impreso en Amazon KDP. Columbia, Estados
Unidos, marzo 2021
Esther
Sánchez Botero y Ocarina Castillo D´Imperio. Colombia y Venezuela: Historia,
alimentación y saberes compartidos. Fundación Bigott y Fundación BAT Colombia.
Caracas, 2020.
Tomado
de: https://elestimulo.com/la-arepa-tambien-ensena-el-idioma-espanol/
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