Por Juan Fernández
Sigue siendo el cambio
en estos tiempos lo permanente, razón por la cual nos preguntamos: ¿cómo hacer
de los hidrocarburos un elemento reactivador de la economía, considerando el
fracaso del modelo económico de la supuesta revolución y las condiciones de
transformación por las cuales pasa el sector energético?
Las reflexiones en este
artículo exponen ideas compartidas sobre tan medular tema y se desarrollan en
cuatro puntos: primero, los aspectos claves del proceso de transformación
energética; en segundo lugar, las acciones del lado de la supuesta revolución;
como tercer elemento, la propuesta del lado opositor; y por último, el marco
para el cambio.
1.Transformación
energética
Lo primero que hay que
tomar en cuenta para el análisis es el proceso de transformación energética,
cuyo ritmo de cambio se acelera por efectos de la pandemia. La exigencia social
de energías más limpias, renovables, la descarbonización, ha influenciado la
agenda política de los países y representa la oportunidad de diversificar el
portafolio energético. Lo anterior se traduce en los paquetes de estímulo para
aumentar el empleo, financiamiento accesible y barato al emprendimiento, y dar
los pasos para disminuir la dependencia del petróleo importado dándole salida a
la crisis de la economía mundial.
Todos observamos cómo
diferentes empresas petroleras se transforman e integran la generación
eléctrica como parte de su negocio medular. La industrialización de corrientes
de productos transformará el sector refinación, el ejemplo del hidrógeno azul
es cada vez más notorio, los hidrocarburos tienen una oportunidad importante de
ser fuente para este tipo de combustible, y de paso amigable con el ambiente.
El Acuerdo de París
marca un camino para poner límites al aumento de la temperatura del planeta,
para lo cual es necesario la reducción de emisiones de CO2, lo cual se
traducirá en más y mayores exigencias al sector petrolero. De hecho, el mercado
financiero tratará los recursos para el sector de los hidrocarburos, será cada
vez más restrictivo, con mayores condiciones para los financiamientos a las
petroleras. Hoy tenemos instituciones financieras que han decidido minimizar su
exposición al petróleo.
También los gobiernos
de los países consumidores podrían a los efectos de las emisiones netas cero,
utilizar mecanismos fiscales, para regular y afectar el consumo de
petróleo, vía de impuestos a las emisiones de CO2, hoy una discusión entre los
grandes consumidores y países desarrollados.
La ciencia y tecnología
también tienen un rol clave en el proceso de cambio, vemos cómo la industria
petrolera busca adaptarse a los nuevos tiempos tanto por la vía de esquemas
para minimizar emisiones de CO2 que incluso incrementen la productividad en la
producción de hidrocarburos. Como para la producción de hidrógeno ya se
comienzan a utilizar en Canadá pozos abandonados con producción in situ de
hidrógeno, sin duda una alternativa de recuperar valor económico del abandono.
No obstante lo
anterior, es importante señalar que este proceso de cambio del portafolio
energético será gradual para algunos con un pico en la demanda en 2040 y de
allí comenzaría a caer la demanda y se verá cómo las energías alternativas,
renovables y más amigables con el ambiente van desplazando al petróleo como lo
conocemos hoy en día.
Una de las consecuencias de lo anterior es tener claro que la competencia en el mercado energético será para aquellos productores con menores costos. Para nuestro país es un asunto de importancia vital y en donde el consenso es imprescindible para definir cómo aprovechamos al máximo la ventana de oportunidad con un nuevo modelo económico.
La supuesta revolución
Es evidente para todos
cómo el modelo económico de la supuesta revolución es un fracaso, todos saben
desde Miraflores cómo la falta de capacidad económico/financiera, operativa,
comercial y de capital humano, producto del proceso de continuo deterioro desde
2002, lleno de mediocridad, corrupción, etc., nos ha traído a esta lamentable
situación, llevando al país a su mayor crisis desde que somos república.
Dicho esto, el régimen
viene hablando sobre la modificación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos
para flexibilizar la participación de privados en el negocio, incluso se conoce
de reuniones con el sector privado nacional para tal propósito. La invitación a
inversionistas internacionales, incluidas propuestas a los acreedores de la
deuda de la república. La tendencia se concretaría con la aplicación del modelo
chino, es decir: un país, dos sistemas, el económico liberal y el político
autoritario controlado por el partido dominante y antidemocrático.
De lo anterior, el
capital nacional a los efectos de los recursos financieros requeridos para
participar en reactivar la industria lo tiene difícil y más aún cuando hay
propuestas cuyo racional económico no se justifica, como por ejemplo las
minirefinerías, lo cual indica de nuevo la falta de conocimiento sobre la industria
o quizás se asume que los recursos del Estado (inexistentes) servirán para
apalancar aventuras empresariales.
En cuanto a los
inversionistas internacionales, los podemos clasificar en dos grupos: aquellos
capitales especulativos, buscando altos retornos al ejercer la compra de
activos a precios de gallina flaca, en un proceso lleno de opacidad; y, por
otro lado, los enchufados, buscando refugio en Venezuela para los recursos cuyo
origen es dudoso, con el fin de protegerlos. En cuanto a los inversionistas
serios, descartarán hacer negocios por las prácticas de corrupción, la falta de
seguridad jurídica, la inestabilidad del modelo económico, y además evaluarán
otras opciones, incluidos los vecinos Colombia, Brasil, Guyana, con mejores
condiciones, y por ende no jerarquizarán invertir recursos en Venezuela.
Las opciones del
régimen de corto plazo o inmediatas se centrarán posiblemente en los socios de
Pdvsa, que obviamente con las condiciones actuales no les resulta atractivo y
por ende exigirán cambios para buscar mayor control del negocio y disminuir la
carga fiscal, pero su factibilidad depende también de las restricciones
derivadas de las sanciones por la situación política de no reconocimiento de
Maduro.
Potencialmente
aspirarán desde Miraflores a los socios geopolíticos: Cuba, Rusia, Irán,
Turquía y China. Sin embargo, la realidad nos dice que hasta la fecha no
garantizan efectivamente inversiones en el sector, comprobable sus resultados a
lo largo de estos 20 años.
No obstante, la apuesta
del régimen requiere aliviar el suministro al mercado interno. Sabe que, luego
de tantos años de crisis, cualquier mejora económica –por mínima que sea– la
manipulará a su conveniencia. Aun cuando todos sabemos claramente que solo el
cambio de modelo político y económico será la solución.
3.El lado opositor
Hay un común
denominador del lado opositor sobre la necesidad del cambio político y del
modelo económico. Sobre el modelo político la democracia es la aspiración de
todos, en lo económico hay diferencias en cuanto al grado de cambio estructural
requerido, pero una economía de mercado es común denominador.
Por lo tanto, para el
nuevo modelo económico será necesario implementar reformas estructurales, con
la indispensable participación del sector privado nacional como internacional.
El Estado no dispondrá de recursos para la inversión en esas empresas y este
será el caso de Pdvsa. Consideremos, además, el tinglado de leyes actuales del
régimen con las reglas del modelo económico del fracaso. Por ende, deberán ser
modificadas, y reemplazadas a los fines de tener una economía productiva y
creadora de valor, cuyo bien común es un estado de bienestar aceptable para el
ciudadano.
La recuperación y su
transformación tiene como una prioridad implícita, para el sector de los
hidrocarburos, un cambio radical del enfoque, pasar del estado en exclusiva de
colector de renta petrolera a uno de creación y multiplicador de valor en la
economía, en el que la actividad de los hidrocarburos sea el centro del paquete
de estímulo económico para el crecimiento interno.
Prioritaria es la
atención al mercado doméstico, tanto por la vía del suministro de combustibles
como de la industrialización de los hidrocarburos, en especial la gasificación
del país. Una estimación conservadora nos dice que el mercado interno
necesitará más de 1 millón de barriles diarios equivalentes de petróleo. Es
decir, no hay cliente de mayor potencial, más significativo del sector, y en
donde tenemos todas las ventajas con precios competitivos y de mercado. Adicionalmente,
este enfoque con su efecto multiplicador conlleva la industrialización del gas,
su integración con diversos sectores industriales manufacturero y eléctrico,
gasificación de ciudades, modificación y adaptación del patrón de refinación
para desarrollo del sector petroquímico interno, incluido el cambio de los
monopolios del mercado interno para transformarlos al libre mercado.
Todo lo anterior
contribuirá a revertir la caída del PIB y llevarlo a terreno positivo,
generando miles de empleos, necesarios para aumentar el ingreso familiar y
reactivar el consumo, cuyo resultado se reflejará en un aumento del estado del
bienestar, esto solo por el lado de la economía doméstica.
Por otro lado, la
siempre significativa e importante actividad exportadora de petróleo y gas
requiere de una estructura para atraer la inversión, bajo condiciones
transparentes, con criterios técnicos y económicos para la asignación de
áreas a través de la creación de entes profesionales para su manejo, como por
ejemplo la Agencia Venezolana de Hidrocarburos y el Servicio Autónomo de Gas.
Muy probablemente, el aumento de producción de crudo livianos y medianos
serán prioridad dadas las condiciones del mercado. No obstante, para el
petróleo extrapesado de la faja, la primera opción será por la vía de los
socios petroleros y requerirá transferir la participación mayoritaria o total
de la asociación. Venezuela deberá recuperar sus mercados naturales, teniendo a
la par una estrategia comercial para la presencia en los mercados en crecimiento
del Asia, en especial China y la India. Nuevamente, el gas con alta
potencialidad y con opciones tipo las oportunidades de negocio en Trinidad,
Aruba, Colombia, etc.
Para ser competitivos
en el nuevo modelo económico es necesario el desarrollo de un marco
fiscal adecuado, simple, flexible, actuando como palanca para jerarquizar mejor
al país versus sus competidores.
Este proceso de cambio
de modelo deberá incluir opciones derivadas de la restructuración de la deuda,
como el intercambio (swap) de deuda a condiciones de mercado por participación
para las oportunidades de negocio, del sector incluyendo esquemas para la
participación de la oferta pública de acciones, en donde los ciudadanos
directamente puedan participar.
4.El marco del cambio
La visión sobre el
sector descrita anteriormente se desarrolló en la Nueva Ley Orgánica de
Hidrocarburos, que reposa en la AN legítima. Su aprobación significaría un
hecho trascendental de ser aprobada, siendo la visión de mayor consenso para
canalizar al sector energético. Políticamente, además, sería un claro mensaje a
todos que la alternativa está hecha para contribuir a una solución
eficiente y eficaz.
Otro aspecto que he de
mencionar es el de los planes, como por ejemplo el llamado Plan País. Las
diferentes áreas que lo conforman requieren de una revisión y adaptación a las
condiciones actuales; además, como ejercicio de planificación, el esquema de
los escenarios sería el más adecuado para no perder vigencia.
Todos los que hemos
contribuido con esta visión de recuperación económica e hidrocarburos estamos
convencidos de su necesidad como guía para el modelo económico de país que nos
merecemos y por ello seguiremos insistiendo y promoviendo la necesidad de su
aprobación.
06-04-21
https://www.elnacional.com/opinion/recuperacion-economica-e-hidrocarburos/
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