Por Ángel Monagas
No tengo dudas de que
la causa de la baja credibilidad en los factores políticos, sin excluir a
nadie, radica fundamentalmente en el hecho de que ninguno, o muy pocos de
ellos, hablan con la verdad. Para los políticos venezolanos no es un valor
decir lo que realmente sucede. Todo responde a la imagen que le da, en la
noche, la luz de su lámpara.
Algunos, como suele
suceder, prefieren seguir un juego midiendo costos políticos. Son meros calculistas.
Es falso que la política, en su acepción más simple, esté desligada del
ejercicio de la verdad.
La política nació
porque alguien debía regir el destino, el desarrollo de las ciudades. Prever su
futuro, su desarrollo, reglas y visiones. Lamentablemente, la sociedad la
vincula a la mentira, al engaño, y es que el modelaje en América,
fundamentalmente, no ha sido el mejor.
Diálogo y líderes
Lejos de analizar a
profundidad las propuestas, el análisis debe enfocarse en la cuestión de ¿por
qué los altos niveles de rechazo de Guaidó, López y Capriles?
Los tres, para mayor
paradoja, son aspirantes a la presidencia, la real, la auténtica y no la
interina, que pudo haber sido y no fue.
En Venezuela los
«presidenciables» de los contrarios al chavismo —a mi juicio, mal llamados
«opositores»— son tan rechazados como los «presidenciables» del chavismo o
fuerzas de la oscuridad. Que a Maduro, Diosdado, Jorge, Tarek y Tareck no los
quiera nadie, o muy poca gente simpatice con ellos, es absolutamente normal. No
nos sorprende. Lo grave es que los «alternativos» tampoco tengan nada que
buscar.
Maduro está
acostumbrado a nadar contra corriente. Guaidó y sus acólitos del G4-MUD se
molestan, no lo aceptan, y a los que hacemos análisis críticos nos ofenden, nos
insultan, sencillamente porque somos «caiga quien caiga» y no jugamos a la
verdad, la decimos pura y tajante. Duélale a quien le duela.
Maduro, muy a pesar de
mi gusto, ha superado cada prueba, cada batalla, y se ha mantenido en el poder.
Pocos pudieron haber
aguantado tantos ataques, planes, etc. La Unión Europea, Estados Unidos, la
OEA, el Grupo de Lima y pare usted de contar. No han podido sacarlo del poder.
Esto no puede ser
interpretado como una defensa de Nicolás. Nada que ver. Hay muchas razones para
estar contra Maduro y su gobierno, su socialismo y su comunismo.
El asunto es ¿por qué
los más grandes cerebros de la MUD-G4 no han podido? Han manejado grandes
capitales, fortunas, apoyos y para desdicha del pueblo venezolano Maduro sigue
allí. Se ríe. Se burla. Goza una y parte de la otra, y hasta lo propicia con
aquellas campañas donde lo califican de «burro», de «animal» (con el respeto de
las mascotas), de engendro, de todo, y él sigue allí.
¿Cómo una persona de su poca cultura, de su poca preparación, de su cuestionada moral y la de su familia, se mantiene en el poder?
Talibanes rojos,
naranjas, amarillos, blancos y azules
No hay nada más
parecido a esta «tragicomedia» que los talibanes. Ellos hablan de que llegó la
paz, el perdón y cuando los oí recordé inmediatamente a Nicolás. Sin embargo,
ellos también a pesar de enfrentarse al ejército más poderoso del mundo, a la
ONU, a los israelitas, y a quien más, qué se yo… ocuparon Afganistán. Ganaron
la guerra.
¿Quién es el culpable
de la pérdida de Afganistán? ¿Quién es el responsable de casi 23 años del
régimen chavista que, poderosamente, se acerca a la peor de las dictaduras del
mundo, la cubana? No por casualidad ellos son los conductores de nuestro
proceso.
Biden sufrirá las
consecuencias, no de haber sacado el Ejército de Estados Unidos de Afganistán.
No, señor. Eso fue pactado y acordado por Trump. Un error del gobierno del
republicano Bush.
Biden, a pesar de que
el 68% de los estadounidenses está de acuerdo en salir de esa guerra y de
todas, y de no participar en ninguna más, deberá responder por las pavorosas
escenas, por ver la desesperación de la gente, por observar cómo estos demonios
y fanáticos religiosos se apoderan de una nación, atropellan a las mujeres, a
los niños y simulan una paz, únicamente aparente. Las redes, las nuevas
tecnologías de la información son el verdugo de las acciones políticas.
Igual ocurre en
Venezuela. La diferencia es que los demócratas, el gobierno de Estados Unidos,
no salen a acusar y a censurar las redes.
La oposición MUD-G4, el
«gobierno de Internet», fracasó. Han sido derrotados una y otra vez por los
talibanes chavistas. Ellos lo niegan. Lo ocultan. Montan los laboratorios para
atacar a los que criticamos y hasta nos acusan con mil epítetos.
¿Podría ser distinto el
resultado del diálogo, del calificado por Guaidó Pacto de Salvación Nacional,
que me parece más de salvación personal? Ojalá. Por el bien del pueblo
venezolano, cuyas escenas diarias y padecimientos, tienen al país sin
liderazgo. Perdieron la conexión. La representación.
Guaidó celebra a
«destiempo» en un show absolutamente fuera de lugar e inexacto.
Ni una sola reunión se
ha dado en concreto. Firmas y poses es lo solitariamente logrado. Maduro
adelanta sus piezas blancas y anuncia que si siguen las sanciones no habrá
diálogo. Las elecciones del 21N y la participación opositora es una muestra de
«buena fe» (lo digo sarcásticamente) pues no forma parte de un diálogo, que en
la mejor circunstancia comenzará el 3 de septiembre y ya observamos toda una
campaña opositora por gobernaciones, alcaldías, legisladores y concejales.
Elecciones
presidenciales inmediatas no se discutirán. Ni tampoco referendo
De hecho los
«presidenciables» participarán para iniciar su campaña con la mirada puesta en
el 2024.
Por ahora, como diría el
charlatán del siglo, el régimen logró su objetivo: su reconocimiento y el
sometimiento opositor.
Guaidó, como diría uno
de los mayores críticos que ha conocido el siglo XX, Cantinflas, «no se me
adelante, pero tampoco se me atrase».
Si ese diálogo logra el
milagro de mejorar las condiciones de vida del venezolano, pues viva Dios, seré
el primero en reconocer sus méritos. Hasta el presente todo sigue igual.
Si la MUD-G4 logra
alguna gobernación o alcaldía para hacer un papel decoroso —y no el triste
papelón del gobernador de Nueva Esparta, de Anzoátegui, de Mérida, de Táchira—,
también me alegraré y con mucha humildad admitiré mi error.
De no ser así, de
permanecer la oposición con sus incoherencias, con la búsqueda de sus intereses
en Monómeros, en Citgo, en las ayudas que no ayudan y en mantener unas ONG que
más bien parecen unas vulgares organización para los que quieren gobernar OPG,
en desaprovechar las mejores oportunidades para presionar al régimen —como
cuando Cuba se levantó y en Venezuela prácticamente no motivaron nada— también
lo diremos.
No vuelvan a
equivocarse. En Venezuela una fuerza independiente crece, aumenta y no estoy
hablando del parapeto de Fuerza Vecinal, esos son muy similares a la MUD. Hablo
de la auténtica y real oposición.
Guaidó and
company tienen otra oportunidad. Que esta negociación no se convierta en
otro negocio.
Ángel Monagas es abogado y
comunicador.
20-08-21
https://talcualdigital.com/los-talibanes-de-la-negociacion-por-angel-monagas/
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