domingo, 20 de marzo de 2011
Miedo y Libertad
Por Ana Julia Jatar
Perderle miedo al miedo es el arma más poderosa contra la tiranía, porque la tiranía del miedo es la peor de todas.
Y no hablo sólo de las tiranías externas, sino sobre todo de aquellas impuestas por nosotros mismos, porque, al final, esas son las verdaderas.
Los dictadores nos infunden miedo porque nos amenazan con perder el trabajo, la libertad, la vida o la de nuestros seres queridos. Por eso, cuando un pueblo se subleva contra su dictador, lo hace luego de ganarles la batalla a sus propios demonios.
Esta valentía es el problema más grave para un tirano, no pasa desapercibida por nadie e inspira a todos.
Mientras escribo estas líneas, en el Medio Oriente, en países con historias medidas en cuatro dígitos, cientos de miles de personas salen a la calle y ponen en riesgo sus vidas para ser libres. Egipto será un ejemplo a seguir por el resto del mundo árabe.
Y es que la libertad está en el ADN humano, por eso el totalitarismo en todas sus formas siempre sale derrotado en la historia.
Estamos viendo hoy lo que hace un mes era impensable: una generación que no acepta el contrato social firmado por sus padres y que se organiza con la ayuda de Internet para desafiar tanto al totalitario en el poder como a la sombra del fundamentalismo que amenaza con llevar al mundo a lo peor del siglo XIV.
La característica que más ha sorprendido de este movimiento es su compromiso con la no violencia. Estos jóvenes que se han ganado el respeto del mundo, están inspirados no por un terrorista suicida sino por un vendedor de frutas que se inmola en Túnez, conceptos de “heroísmo” muy distintos.
Esta erupción del Medio Oriente no responde al anunciado “choque de civilizaciones” entre Oriente y Occidente, tal como anunciaba Huntington, sino entre libertad y opresión, entre tolerancia y fundamentalismo, es decir, una lucha entre el bien y el mal en el corazón ideológico del mundo musulmán.
Franklin Delano Roosevelt en su famosa frase: “A lo único que debemos temer es al miedo mismo” logró expresar lo que ha permitido a la raza humana sobrevivir desde la época de las cavernas. Y es que la historia nos enseña que nadie ha logrado el éxito en ninguna dimensión de la vida si carga con el miedo en sus alforjas.
Los valientes sienten miedo pero se sobreponen a él. Tal como lo hicieron hombres como Mahatma Gandhi, Martin Luther King o Nelson Mandela, pero la historia de la libertad jamás se hubiese escrito sin que miles de héroes anónimos diesen sus vidas en las calles.
Lo que ha aportado Internet a este sentimiento arquetípico no es solamente coordinación, es la posibilidad de lograr el efecto psicológico de no sentirse solo en la interpretación del bien y el mal y de ser participe desde su propia individualidad en un objetivo global compartido.
Por esta misma línea creo que viene un cambio en la política exterior norteamericana, porque se avizora una ruptura con el miedo dejado por el 11 de septiembre de 2001. Una política exterior que sustituirá la guerra contra el terror de Bush por una alianza para la democracia. Son dos paradigmas muy distintos con actores muy diferentes.
Obama ya lo dijo: “Sigamos el ejemplo de Egipto y no el de Irán”.
Creo que vienen buenos tiempos para la libertad y muy malos para el fundamentalismo islámico.
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http://www.anajuliajatar.com/index.php/2011/02/19/miedo-y-libertad?blog=5
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