NewsPaper On 04 de marzo de 2019
“¡Aquí
está mi pasaporte, sano y salvo!”, exclamó el opositor Juan Guaidó para
demostrar ante miles de seguidores cómo ni siquiera le fue retirado ese
documento a su regreso a Venezuela este lunes, cuando muchos temían que fuera
detenido.
Exhibiendo
el documento, Guaidó se mostró victorioso ante la multitud que le rindió
tributo, disipando su inquietud de que terminara preso por violar una
prohibición de salida del país que le impuso la justicia, tras proclamarse
presidente encargado con el reconocimiento de más de 50 países.
Gritos
de júbilo y el cántico “¡Guaidó, Guaidó, Guaidó!” inundaron la plaza Alfredo
Sadel, en Caracas, cuando el jefe parlamentario de 35 años apareció en una
tarima vestido con blazer y camisa clara junto a su joven esposa.
“Aquí
está su presidente encargado”, lanzó el político con la mano en el pecho,
mientras los partidarios, de varias generaciones y a quienes convocó para
acompañar su retorno luego de una gira por cinco países suramericanos, se
esforzaban por fotografiarlo con sus teléfonos.
“¡Qué
emoción!”, gritó una mujer; “¡Y dizque lo iban a meter preso”!, ironizó su
acompañante con una honda carcajada, aludiendo a advertencias del presidente
Nicolás Maduro de que el diputado debe enfrentar a la justicia por burlar la
prohibición.
– “Sí se puede” –
Guaidó,
quien tiene inmunidad parlamentaria, no dejó ver ningún temor en su viaje de
retorno desde Bogotá. Siempre se mostró sonriente.
En el
avión comercial que lo llevó de vuelta tomó incluso el intercomunicador para
hablarles a los venezolanos que viajaban con él, según videos difundidos en
redes sociales.
“¿Se
puede o no se puede?” preguntó. Los pasajeros respondieron emocionados: ¡Sí se
puede!”, refiriéndose a la posibilidad de sacar del poder a Maduro, a quien
Guaidó tilda de “usurpador” por haber asumido para un segundo mandato fruto de
“elecciones fraudulentas”.
Muchos
lo grabaron y fotografiaron con sus celulares. “Dios te bendiga!¡Te apoyamos!”,
expresaron algunos.
Guaidó
se mostró más que sereno frente al oficial de migración que le selló el pasaporte.
“Bienvenido, presidente, eso me dijeron los funcionarios de migración”, contó
luego a periodistas.
En la
zona de arribo de pasajeros del aeropuerto de Maiquetía -que sirve a Caracas y
es controlado por la militar Guardia Nacional- el legislador fue ovacionado por
simpatizantes.
Allí
lo aguardaban un grupo de diplomáticos europeos. Ya en las afueras del
terminal, invadido por la emoción, subió al techo de una camioneta para arengar
a opositores que lo esperaban con banderas y gorras tricolor.
– “¿Qué más van a esperar?” –
Guaidó
se trasladó luego en caravana diplomática hasta la plaza donde había citado a
sus simpatizantes. “Hay un ápice de miedo?”.”Nooo”, respondió la gente, a lo
que él añadió: “No va a ser a través de la amenaza que nos van a detener”.
En un
discurso de unos 40 minutos, bajo un sol que derretía, Guaidó no ocultó su
desazón por no haber logrado el ingreso de donaciones de alimentos y medicinas
enviados principalmente por Estados Unidos el pasado 23 de febrero, pero prometió
que la ayuda llegará tarde o temprano para paliar la escasez.
Se
burló de Maduro afirmando que su banda presidencial solo era un disfraz por ser
época de carnaval, llamó a nuevas movilizaciones y volvió a retar a los
militares para que, sin más dilaciones, rompan con el gobernante socialista.
“¿Qué
más van a esperar? Ya no hay más ‘por ahora’; es ahora”, conminó a los altos
mandos, quienes se mantienen leales a Maduro en medio del cerco diplomático que
lidera Estados Unidos, que no descarta una acción armada en Venezuela e impuso
un bloqueo financiero.
Poco
después, cuando los asistentes cantaban el himno nacional, un helicóptero
militar circundó la plaza.
Tras
su discurso, en una suerte de paroxismo, Guaidó trepó por un andamio de la
tarima para alentar a la multitud, que no paraba de repetir su nombre, y luego
se marchó en una camioneta en medio de una calle de honor.
“Que
Guaidó esté aquí y no lo hayan detenido es la demostración de que perdieron el
poder. Guaidó es el gobierno; este es el hombre, nuestro presidente, y vamos a
salir de esto pronto”, afirmó a la AFP Nátali Aponte, ama de casa de 48 años,
mientras despedía a su líder.
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