Olgalinda Pimentel R. 07 de abril de 2020
Con
su característico verbo claro y preciso, el Padre Luis Ugalde, ex rector de la
UCAB, conversó con La Gran Aldea, y sus palabras fueron así de contundentes:
“¿Puede Maduro responder a la desesperación creciente de la población? Esa es
la pregunta. (…) Cuando tú llegas a la conclusión de que esto no tiene salida
es cuando de verdad se negocia. (…) ¿Cómo levantas tú el ánimo ofreciendo solo
parlamentarias? No, hay que poner en el centro la batalla por las
presidenciales. Lo único que puede movilizar a la población no estrictamente
chavista es la presidencial, pero tú no puedes defender solo la presidencial.
(…) Con los 26 millones que estamos dentro de Venezuela se puede hacer todo”.
El sacerdote jesuita Luis María Ugalde cree
que en Venezuela solo la negociación política entre chavistas
y opositores puede sacarla de la crisis. Aunque no se toleren,
deben entenderse porque, después de todo, “el país es un condominio”. Y porque,
en materia electoral, es el mejor momento.
“Cuando tú llegas a la conclusión de que esto no tiene
salida es cuando de verdad se negocia”, afirma el filósofo, teólogo,
historiador, ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)
entre 1990 y 2010, y poseedor de una enjundiosa visión de la realidad política
y social del país. Lo expresa un día antes del anuncio gubernamental de dos
casos de la pandemia del coronavirus (Covid-19)
que esboza la crisis venezolana de 2016, pero ahora con menos agua y energía
eléctrica.
“Este es el gran momento para que el país al fin
entienda que su riqueza está aquí, en su cabeza. Y hay que presionar para que
las elecciones parlamentarias y presidenciales sean este año”. Y con Juan
Guaidó, a quien define “lo más cercano al milagro”.
“Aunque no hubiese ninguna oposición, si no hay agua,
si no hay luz, no hay comida, y eso está peor que hace un año, ese es el tema
central y la oposición tiene que tomarlo en serio”
Luis Ugalde
¿Qué llama usted la necesaria negociación política en
el contexto actual?
-No puede haber democracia en
Venezuela ni hoy ni mañana sin pacto social, es el ABC de la política. Hay unas
reglas del juego y contrariamente a eso hay un dictador que no obedece a ningún
pacto, ordena, manda y se acabó; esa es la primera idea fundamental. La
segunda: Ni el chavismo ni los chavistas pueden eliminar a los demócratas, ni
los demócratas opositores pueden eliminar a los chavistas. Hay que convencerse
de eso. En la Venezuela del mañana, los chavistas de una u
otra manera van a estar aquí, y hay que poner reglas de juego porque si yo le
impongo al chavista que la salida es la cárcel, no sabemos si fuera del país o
dentro del país se va a resistir. Yo chavista, si no tengo más alternativa que
la muerte, me voy a resistir. Ahora, sí decimos: “Ni yo le voy eliminar a usted
ni usted a mí, entendámonos; no es que yo lo quiera, pero nos entendemos”, allí
hay una convivencia, como si nos cruzamos en el ascensor y nos
saludamos fríamente, como ocurre en un condominio. El país es un condominio.
-¿Usted cree eso será posible en el caso del Comité de
Postulaciones para el CNE?
-Vienen, entonces, las negociaciones, hay que negociar
la película completa. El negociador principal del Gobierno, Jorge Rodríguez, ha
demostrado hasta ahora negociar parte, negociar con trampitas, y dar la idea de
que vamos en serio pero que no íbamos en serio a los seis meses, y ese tipo de
cosas. Cuando tú llegas a la conclusión de que esto no tiene salida es cuando
de verdad se negocia.
-¿Qué quiere decir?
-¿Por qué negoció Vietnam con los Estados Unidos y los
Estados Unidos con Vietnam? No porque eran hermanos del alma, sino porque los
Estados Unidos se iban a desangrar allá y no iban a acabar con los vietnamitas;
y estos dicen, bueno, mejor será que los Estados Unidos se
vayan. Entonces, no es porque se quieran, sino porque por pragmatismo negocian.
En El Salvador hubo el intento de la toma de la capital. Creía el Farabundo
Martí que podía tomar el poder, y el Gobierno que podía acabar con la
guerrilla, y cuando vieron que no, dijeron aquí podemos seguir matándonos
durante 20 años más, así que vamos a negociar. Tú vas a existir y yo voy
existir. El Salvador tiene otros problemas, pero después de la negociación el
alcalde de la capital fue uno de la derecha, en la elección, en otra de
izquierda, y en otra de la derecha. Es decir, existimos. ¿Al chavismo qué le
sale? Tiene que recrearse y para eso necesita salir unos años del poder, salir
de la inmensa corrupción en la que han caído, y que están convencidos además de
que es así.
-¿Es posible negociar a pesar de la violación de los
Derechos Humanos?
-Es la única vía posible. También en El Salvador y en
Vietnam se violaron los Derechos Humanos. Eso va por su camino en los
tribunales, etcétera, pero otra cosa es la población: Yo me tengo que entender
con el chavista, no lo quiero, su política fue un desastre, pero sé que no se
van a ir del país; ellos son millones que están desengañados, no van a dar la
vida por Maduro, y son millones. Luego, está el Consejo Nacional
Electoral que, por la Constitución, tiene que nombrar
la Asamblea Nacional. Se necesitan 2/3, pero nadie tiene los 2/3.
Los tenía la oposición, pero entre los que saltaron y los que se fueron ya no
los tienen, y no queda más remedio que negociar. Si no negocian, el Tribunal
Supremo dirá ‘como no se pusieron de acuerdo yo los nombro’. Eso es lo peor que
le puede pasar al país, hay que evitar que eso.
-¿Cree que de esa manera es posible conseguir que el
nuevo CNE sea un cuerpo respetable, equilibrado?
-Puede ser o no ser. Si será equilibrado y respetable
se verá a posteriori. Eso es como el matrimonio, ¿será posible vivir juntos 40
años? Antes no se puede saber. Aquí no estamos diciendo que va a ser el ideal,
no, no, no, pero no hay otro camino, y por tanto pongan el empeño en entenderse
y en hacerlo bien, porque si no la población va a decir “yo con esas reglas no
juego”.
-¿Ve posible realizar en este 2020 unas elecciones
parlamentarias y presidenciales?
-Si le pregunta al Gobierno le dice “antes solo las
parlamentarias, antes me mata usted, yo no voy a aceptar las presidenciales”,
porque eso sería aceptar que Maduro no es Presidente, lo cual es la verdad
según la Constitución; no es Presidente demócrata, será un dictador porque lo
es el que no respeta la Constitución, pero ¿puede Maduro responder a la desesperación
creciente de la población? Esa es la pregunta.
-La pregunta puede responderla la realidad del país:
No hay agua, no hay luz, no hay transporte y cada vez menos comunicaciones.
-Aunque no hubiese ninguna oposición, sino hay agua,
sino hay luz, no hay comida, y eso está peor que hace un año, ese es el tema
central y la oposición tiene que tomarlo en serio. Si no
salimos de este régimen el país no tiene salida. Entonces, la negociación es
decir “mire, usted opina una cosa y yo opino otra, allí está la Constitución,
vamos a unas votaciones”. Nosotros decimos tienen que haber elecciones
parlamentarias que están en la Constitución y la presidencial que nos la deben,
que no se dio como lo dice la Constitución. ¿Y cuándo? Bueno, hay que presionar
para que sea este año. Juntas sería ideal.
-¿Y es posible?
-Posible es si tú obligas; libremente no va ni cierta
oposición, ni el Gobierno a ninguna elección, va obligado.
-Pareciera imprescindible una forma de presión de la
sociedad civil, ¿las protestas pueden obligar al Gobierno?
-Bueno, no hay más.
-¿Cómo conectar la protesta social con el objetivo de
obligar a realizar elecciones?
-Tú tienes que combinar con la presión internacional
que es brutal, y va a ser más brutal con la presión nacional. En lo
internacional, sino hay movilidad, si hay resignación, no hay camino. Tiene que
haber esta presión. Y luego la otra, con un solo objetivo: La que interesa que
son las elecciones que están en la Constitución.
-¿Cómo vería usted un acuerdo solo con las elecciones
parlamentarias?’
-Eso lo responderé cuando llegue el momento. Queremos
tener una sociedad que quiere ir a votar y está movilizada, pero si usted le
dice ‘no, no, no, solo van a ser las parlamentarias’, y eso es además lo que
quiere Maduro para perpetuarse, porque ya no habrá Guaidó, ni Asamblea Nacional
independiente… ¿usted cree que la población va a ir a votar? Ni tonta que
fuera. Es muy distinto decir la Constitución manda, y serán
las parlamentarias y las presidenciales que esta ordena. La oposición puede
perderlas, porque la gente no va. Entonces, hay que decir voy a jugar pero el
árbitro tiene que ser confiable. Al Gobierno le interesa ese desánimo en la
oposición. ¿Cómo levantas tú el ánimo ofreciendo solo parlamentarias? No, hay
que poner en el centro la batalla por las presidenciales. Lo único que puede
movilizar a la población no estrictamente chavista es la presidencial, pero tú
no puedes defender solo la presidencial.
-¿Qué opina del Comité de Postulaciones que preside el
diputado Ángel Medina (PJ)?
-No opino sobre esas cosas. Sobre Medina tengo el
mejor concepto.
-¿Y de los militares en este contexto?
-Tampoco opino sobre eso porque el tema militar se
sabe al día siguiente.
“El chavismo tiene que salir unos años del poder,
salir de la inmensa corrupción en la que ha caído y que están convencidos
además que es así”
Luis Ugalde
-¿Ha entendido la oposición el tema militar?
-El mundo militar está absolutamente vigilado por los
cubanos, y con la tortura ha sido más duro el régimen con los militares que
incluso con los civiles. Ese es un terreno difícil. Pero hay un inmenso
malestar en el mundo militar. Eso es lo que tenemos que tener claro. Malestar en
las familias de los militares porque están padeciendo las bajas coberturas del
Seguro Social; en los cuarteles no hay comida. Pero una cosa es malestar y otra
que digan ‘vamos a tumbar al Gobierno’.
-¿Cuál su balance de la gestión de Juan Guaidó como
Presidente interino y en su segundo período al frente de la Asamblea Nacional?
-Esto no es cuestión de antipatía o simpatía personal,
pero lo que ha ocurrido aquí desde diciembre para acá es lo más cercano a un
milagro. ¿Qué quería hacer el Gobierno en diciembre? Ganar la Asamblea
Nacional, pues ¿a quién iban a apoyar Trump y Europa si el Parlamento es
mío?, ¿y cómo se gana? Sencillo: Compras a unos e impides que otros vayan a
votar por la directiva, y en enero se acababa Guaidó y la Asamblea. Eso es lo
que hace un gobierno con todo el poder. Eso les salió no mal, muy mal. Tan mal
le salió que ya no apuesta nada a la directiva que cocinaron. Después de eso,
Guaidó se les escapa del país y se reúne con toda América del Norte y del Sur y
con la Unión Europea. Y luego regresa al país. No lo pueden dominar y los reta
todos los días. Guaidó es lo más cercano al milagro, sin convertirse en ídolo,
pero así ha actuado. Si el conjunto de la población y el conjunto de
tuiteadores hiciera la décima parte de eso, mañana tendríamos un gobierno
democrático. Guaidó ha mostrado talento, un valor increíble y no se ha rendido,
de manera que el problema no es si a mí me cae bien o no Guaidó, sino que es el
único legalmente. Y tiene el apoyo porque es el Presidente de la Asamblea
Nacional y la Constitución dice que cuando no hay Presidente
el de la Asamblea tiene que asumir la transición. Y aparte de eso, lo hace muy
bien y si te cae simpático pues mejor.
-¿Cuáles han sido los principales errores de la
oposición, a pesar de que “Guaidó es un milagro”?
-Todo lo que se organizó en Cúcuta por
la ayuda humanitaria. ¿Cómo iba a entrar la ayuda humanitaria al
país si bastaban 10 guardias nacionales para que el camión no pasara? Se creó
toda una expectación. A mí nunca me pareció que eso era sólido. Y también lo
que hicieron antes del 30 de abril en La Carlota. Allí abortaron algo que
estaba caminando. No basta que sean intentos, sino que estén bien pensados.
Pero yo no voy a ponerme a rehacer la historia, hay que ponerse en el pellejo
de ellos; es muy fácil desde Miami o desde no sé dónde decir lo que tienen que
hacer.
-¿Venezuela conseguirá una salida a la crisis antes de
que Guaidó termine la presidencia de la Asamblea Nacional?
-Yo creo que sí.
-¿Y qué mensaje le da a los jóvenes que se fueron del
país?
-Hay gente que dice que ya con la gente que se ha ido
no podemos hacer nada. Y mire, con los 26 millones que estamos dentro de
Venezuela se puede hacer todo. Los jóvenes lo primero que tienen que pensar es
en el futuro de su país. Yo sé que eso es difícil pero hay gente que cree que
llegó a Chile o a Colombia, y le van a dar todo en bandeja. Fuera la cosa está
mucho peor que dentro. Estudiar en Colombia, por ejemplo, cuesta 10
veces más de lo que cuesta en una universidad venezolana. Y al final estás en
tu país. Así que lo primero que hay que hacer es bajar la ilusión de que afuera
te van a recibir con los brazos abiertos, hay gente que está pasando trabajo y
sufrimientos que aquí no hubiese pasado. Lo mismo los empresarios y la Iglesia,
tenemos que trabajar aquí. Hay cosas que yo estoy viviendo en el barrio
La Pradera, en La Vega. Tenemos 3 mil alumnos con escuelas
creadas después de Chávez, con 1.500 comidas.
-¿Es posible la unión sin solidaridad?
-Sin solidaridad nada es posible. La
solidaridad en Venezuela en este tiempo ha crecido, y mucho. La necesidad la
ha favorecido. En el Barrio estamos haciendo las cosas sin un solo centavo del
Gobierno. Ahora hay muchos más venezolanos que son más responsables y
solidarios que antes.
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