Pedro Pablo Peñaloza 03 de febrero de 2023
@pppenaloza
Yara Boff Tonella,
invetigadora de la organización no gubernamental, señala que aún los migrantes
en Curazao “no pueden obtener protección y se ven obligados a vivir en una gran
inseguridad, sin poder trabajar y con el temor de ser detenidos en
circunstancias inhumanas y deportados”
Este martes
31 de enero representantes de los gobiernos de Venezuela y el Reino de los
Países Bajos se encontraron en Willemstad, Curazao, en el marco de la III
Reunión de Consultas Técnicas, con el fin de reabrir la frontera que fue
cerrada por el régimen de Nicolás Maduro en febrero de 2019.
Poco
se sabe de la agenda del encuentro. En un comunicado emitido el 13 de
diciembre, la Cancillería venezolana indicó que tratarían “principalmente,
pero no exclusivamente”, los aspectos relacionados con el “comercio marítimo
transfronterizo gradual de productos”, así como “la reactivación gradual de
las conexiones marítimas y aéreas”.
Aunque las partes subrayan el carácter “técnico” y no político del acercamiento, con el acento puesto en el intercambio comercial, un elefante se pasea por la habitación: el tema de los migrantes venezolanos y los derechos humanos.
“Poner
fin a la crisis de derechos humanos en Venezuela y mejorar la situación de los
derechos humanos de los refugiados venezolanos debería ser una prioridad en la
agenda”, señala Yara Boff Tonella, investigadora de Amnistía Internacional
que ha dado seguimiento a las denuncias
de abusos y atropellos contra los migrantes venezolanos que buscan
instalarse en Curazao.
Largo
camino
Hace
un año, el
gobierno de Países Bajos congeló la entrega de fondos adicionales a Curazao precisamente
por considerar que no estaba haciendo lo suficiente para tratar con dignidad a
los migrantes venezolanos. La decisión tomó como referencia un
informe publicado por Amnistía Internacional, que denunciaba los excesos
sufridos por estas personas.
“La
principal preocupación del gobierno es que los derechos humanos sean respetados
y protegidos en todo momento, tanto en el Reino como en cualquier parte del
mundo. No se debe permitir que se produzcan las cuestiones planteadas
por Amnistía, como la intimidación y el no respeto de necesidades básicas de
las personas”, advirtió en una carta Raymond Knops, en ese entonces
secretario de Interior y de Relaciones del Reino.
La
sucesora de Knops en el cargo, Alexandra van Huffelen, revirtió este año la
medida, tras considerar que Curazao
ha dado “pasos concretos” para mejorar la situación. Crónicas
del Caribe conversó con la investigadora Boff Tonella sobre este
giro y la realidad que en estos momentos enfrentan los migrantes venezolanos en
Curazao.
– ¿Cuál
es su opinión sobre el cambio de posición del gobierno de Países Bajos con
respecto a la entrega de los fondos a Curazao?
–
Alentamos a los Países Bajos a que apoyen a Curazao en su política migratoria,
siempre que se protejan los derechos humanos. Vemos que Curazao ha dado algunos
pequeños pasos para mejorar la situación de los derechos humanos de los venezolanos,
pero nuestras principales preocupaciones siguen siendo: las personas que buscan
protección no deben ser detenidas automáticamente en el Cuartel de Extranjeros,
debe haber instalaciones de recepción abiertas y más humanas. Los
Países Bajos deberían ayudar a Curazao a mejorar significativamente la
situación de los derechos humanos de los venezolanos que buscan protección, en
lugar de centrarse en la detención y la deportación.
– ¿Los
problemas que llevaron a congelar ese dinero en enero de 2022 ya han sido
superados?
–
No, todavía hay problemas serios, las personas tienen acceso
limitado a la asistencia legal, las condiciones de detención aún no son
suficientes, los niños siguen detenidos y, lo que es más importante, nadie
obtiene la protección del artículo 3. (El artículo 3 de la Convención Europea de
Derechos Humanos establece: “Nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o
tratos inhumanos o degradantes”).
– ¿Cree
que Curazao sí ha mejorado el trato a los migrantes venezolanos?
– Hay
algunas pequeñas mejoras, pero se ven eclipsadas por nuestras preocupaciones: los
venezolanos aún no pueden obtener protección y se ven obligados a vivir en una
gran inseguridad, sin poder trabajar y con el temor de ser detenidos en
circunstancias inhumanas y deportados.
– Ahora
que el gobierno de Países Bajos enviará el dinero a Curazao, ¿cuáles son sus
expectativas en cuanto al uso que dará la isla a esos recursos?
–
Esperamos que Curazao ponga todos sus esfuerzos para garantizar la asistencia
legal a las personas detenidas, creando una revisión judicial de su detención
y mejorando las condiciones de detención, como el trato respetuoso
por parte de los guardias, más actividades recreativas, tiempo al aire libre.
– Países
Bajos y Venezuela negocian la reapertura de la frontera. Aunque parece que
principalmente se discuten aspectos económicos, ¿cree que ambos gobiernos
deberían incluir el tema de la migración en la agenda?
–
Poner fin a la crisis de derechos humanos en Venezuela y mejorar la situación
de los derechos humanos de los refugiados venezolanos debería ser una prioridad
en la agenda.
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