Economía del voto, ¿Por quién votar el 26S?

Por José Sierra

En un poco más de 48 horas se abrirán las urnas electorales. Dentro de la polarización inevitable que ha impuesto el régimen rojo, tenemos dos bloques que postulan unitariamente candidatos a la Asamblea Nacional, el bloque de los Rojos encabezados por el PSUV y el bloque de la Unidad Democrática conformado por más de 40 organizaciones políticas y muchas organizaciones ciudadanas de la sociedad civil organizada.

Somos muchos los que tenemos divergencias importantes con los Partidos Políticos por distintas razones: por la manera staliniana de la toma de decisiones, por anteponer sus intereses grupales y a veces individuales por encima del interés del país, por su abultada trayectoria de militantes corruptos e irresponsables, por limitarse a la política del micrófono, por su poca vinculación con la base ciudadana, por su ideología, porque en algunos casos sus dirigentes nacionales están allí en forma vitalicia; es decir, por múltiples razones, la consecuencia de la desarticulación de los Partidos con los ciudadanos se traduce en la baja participación de militantes comprometidos, en la baja convocatoria de las organizaciones políticas y en la escasez de propuestas que lleguen a la gente.

Todas las encuestas a principios del año, le daban a los Partidos Políticos una muy baja aceptación, al preguntarle “con cual partido usted se siente identificado” solo el 8% de los electores se identificaba con algún partido político de la oposición, el 17% con el PSUV y el resto se declara independiente, es decir el 75% de los encuestados no se identificaba con ningún partido político. Al hablar del 8% de identificación con un partido de oposición, los estamos incluyendo a todos, los partidos mayoritarios dentro del escuálido 8% son Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, pero ninguno llega a tener un 4% de identificación con el electorado.

Sin embargo por las leyes que nos rigen, la elección del 26S tiene como actores fundamentales a los Partidos Políticos, y es por eso que tanto hemos hablado de ellos en las últimas semanas y meses. Pero que no se confundan… en el caso de la oposición democrática el principal valor de la Alianza es la Unidad.

Ahora, que votemos por el bloque de la Unidad Democrática, no implica necesariamente que tengamos que votar ni por Un Nuevo Tiempo, ni por Primero Justicia, ni por AD, ni por COPEI, ni por ningún partido por el que no nos sintamos representados. OJO: todo aquel que comulgue con los ideales, maneras de proceder o que se sienta identificado con algún partido, tiene todo el derecho e incluso debe votar por aquel partido de su preferencia.

Pero todos aquellos que no quieran que luego los partidos de la vieja (y nueva escuela) utilicen sus votos para jactarse de que son el partido de oposición con mayor aceptación, y que por eso tienen más derecho que candidatos independientes a lanzar sus candidatos bajo el emblema de la unidad, tienes la opción de marcar en el tarjetón electoral otras opciones, si eres de izquierda puedes votar en la tarjeta de Podemos, Bandera Roja y Vanguardia Popular, si eres de Centro izquierda puedes votar por ABP, si eres de centro derecha vota Conde, si eres de derecha vota por la Tarjeta de MIN Unidad o por la tarjeta de Todos unidos por Venezuela que está siendo apoyada por Voluntad Popular, o por el MR (Movimiento Republicano), etc. Eso si… VOTA.

Al votar por tarjetas de pequeños partidos políticos estarás haciendo un llamado de atención a los partidos del “status quo” de la oposición de la necesidad de emprender el camino de la renovación, de la democratización interna de las organizaciones, del necesario acercamiento a las comunidades, de que las decisiones partidistas deben ser tomadas e impulsadas por los militantes de base y nunca por los pequeños cogollos vitalicios que tanto daño le han hecho a la democracia.

El 26S VOTA… y que sea por la Alianza Democrática de la UNIDAD.