jueves, 2 de septiembre de 2010
El previsible final
Por Antonio Sánchez García
El proyecto originario de Chávez – implantar en Venezuela lo que él ha considerado ser el llamado “socialismo del siglo XXI” y forjar una alianza regional que llevara al mismo propósito en toda América Latina – yace por los suelos. La alianza que le permitiera llegar al poder y sostener su pretendida revolución ha desaparecido: el MAS, PODEMOS y el PPT, así como sus aliados más poderosos y representativos, civiles y uniformados, le han retirado su apoyo. Sólo sobrevive a su lado el PCV, fuera del peso ideológico que puede aportarle a la conformación de su proyecto estratégico, una secta absolutamente irrelevante que ya debe estar estorbándole. Y el PSUV, un conglomerado heterogéneo articulado en torno al resto de carisma que aún le queda y a las canonjías y favores que es capaz de dispensar. En tanto administrador del Estado, primer empleador del país.
En el campo internacional, su principal sostén ideológico y espiritual, la familia Castro, agoniza. Cuba, su hacienda, se sostiene del respaldo de Venezuela. Y Venezuela sufre una crisis económica de tanta gravedad, que ya no puede seguir alimentando la voracidad con que los Castro se han aferrado a sus ubres. Desaparecida la posibilidad de la implantación del socialismo, la asesoría cubana se hace absolutamente innecesaria. Y carente de recursos, la administración de las misiones pierde todo sentido. Las decenas de miles de cubanos que viven en Venezuela a la expectativa de una revolución imaginaria deberán volverse a su país. Ya lo estarán haciendo. Se acabó la esperanza.
La irrupción de un nuevo campo gravitatorio en América Latina, a partir de las derrotas estratégicas de Ollanta Humala y López Obrador, así como los cambios de gobiernos que se han verificado en estos últimos meses – particularmente desde la caída de Zelaya en Honduras y del triunfo de Piñera en Chile – provoca un notable cambio de orientación impulsado por la centroderecha. Rafael Correa y Evo Morales, plenamente consciente de la pérdida de poder político y financiero de su aliado estratégico, ya comienzan a sentir el peso de este cambio. Y de su realidad geoestratégica. La apuesta de la Gran Colombia, que llevara a la absurda apuesta de Chávez por las FARC, ha sido aplastada. Con ello, la conformación de un corredor bolivariano. En el caso de Bolivia, agudizada esta percepción por sus propios conflictos internos y sus problemas limítrofes. Bolivia está condenada a convivir con sus vecinos. Ecuador a sufrir las presiones de Perú y Colombia. El distanciamiento y la pérdida progresiva de la importancia del ALBA, así como el reacomodo en las tendencias dominantes en el seno de MERCOSUR y UNASUR, son ya inevitables.
Reducido a su gobierno, un muy mal gobierno, y acosado por problemas insolubles en el corto plazo – como la crisis petrolera y energética, la inseguridad y el grave deterioro de la economía – Chávez no tiene más capacidad de maniobra que la que tuvieron todos los presidentes venezolanos al final de sus respectivos mandatos: enfrentar el creciente descontento popular y aprontarse a ser duramente castigado mediante rechazos electorales. El primero de los cuales, las elecciones parlamentarias de septiembre, será el factor desencadenante de su decadencia definitiva. Las elecciones del 2012, si aún tiene los aprestos como para someterse a ellas, terminarán por borrarlo del mapa. Y con él al PSUV y a todo lo que significó alguna vez una esperanza revolucionaria. Pues siendo el chavismo una exhalación de Hugo Chávez, desaparecido Chávez, desaparecerá el chavismo, como lo han hecho en Venezuela todos los movimientos del mismo calibre.
Contrariamente a lo que creen chavistas y antichavistas, el ocaso de Hugo Chávez será inmensamente menos dramático de lo que imaginan los catastrofistas. Chávez hará mutis de la manera más insignificante y se someterá al destino con la misma docilidad con que lo hiciera la noche del 11 de abril. Con la humildad de un perro apaleado. Venezuela no es tierra de tragedias. Chávez fue, es y será un comediante. Su función ha terminado.
Publicado por:
http://www.noticierodigital.com/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico