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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Oposición saboteadora


Por Eddie Ramírez, 24/09/2013

Hemos adquirido destrezas que envidiarían los maquis de la resistencia francesa o los partisanos de Tito, aunque a veces los opositores somos masoquistas y no reconocemos nuestras fortalezas. Determinamos que el sabotaje era nuestra herramienta para debilitar al régimen y establecimos que las prioridades eran la producción petrolera, el sistema eléctrico y la producción y distribución de alimentos.

La primera demostración de fuerza y astucia la dimos después del 8 de diciembre del 2002, cuando realizamos los primeros sabotajes en contra de la industria petrolera burlando la militarización de la misma. Algunos de los nuestros, siempre hay aguafiestas, declararon que fueron accidentes debidos a malas prácticas operacionales como consecuencia del despido de casi 23.000 de los mejores trabajadores. Posteriormente, numerosos incendios y explosiones fueron atribuidos por el régimen a rayos, para ocultar sus debilidades en el control de las instalaciones.

De inmediato acometimos el sabotaje eléctrico, atentando contra la generación, transmisión y distribución. El régimen intentó disminuir la importancia y atribuyó la falta de generación a que la “Cuarta” apostó a la hidroelectricidad no previendo sequías. Los problemas de transmisión se los encasquetó a incendios y de las fallas de distribución culpó a iguanas. Por otra parte, varios profesionales también desconocieron nuestros arriesgados trabajos declarando que los accidentes eran por falta de inversión y de mantenimiento. Total, nadie quiere reconocer nuestra lucha clandestina en contra del régimen.


Por aquello de que ni los ejércitos marchan con los estómagos vacios, emprendimos el sabotaje del sistema agroalimentario. Como primera acción nuestros infiltrados convencieron al régimen que era buena idea estatizar a Agroisleña, con lo cual logramos que escasearan semillas y agroquímicos. Paralelamente, logramos sabotear la distribución de alimentos y del vital papel toilet. Lamentablemente, una vez más el régimen nos quitó los méritos declarando que comerciantes inescrupulosos acaparaban productos regulados para enriquecerse. Es decir que los comerciantes de oposición no eran saboteadores patriotas, sino saboteadores para lucrarse indebidamente.

También grupos opositores ocasionaron sabotajes en los que dañamos carreteras, deterioramos hospitales y ocasionamos escasez de medicinas. Más recientemente el “confiable” Rafael Ramírez nos mencionó como causantes de la tragedia de Amuay. Este es el único caso de sabotaje que rechazamos ya que no somos terroristas y allí fallecieron 47 inocentes por falta de mantenimiento de la refinería, mala operación e ineptitud de los rojos para desalojar la zona en los 70 minutos que dispusieron. Sin embargo, los otros casos mencionados demuestran nuestra fortaleza. Felizmente ya el régimen aceptó que todas las acciones señaladas han sido sabotajes, reconociendo así su debilidad.

Como en botica: Es inexplicable que algunos opositores descalifiquen a Capriles tergiversando su discurso en Miami. Más grave que Estados Unidos prohíba comprarnos petróleo es que prohíba vendernos gasolina

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


Eddie Ramírez
eddiearamirez@hotmail.com

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