domingo, 12 de marzo de 2017

Amar a los enemigos asusta, pero Dios nos lo pide, por @Pontifex_es



Papa Francisco 11 de marzo de 2017

Evangelio según San Mateo 5,43-48

El amor a los enemigos: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos. Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto" Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Amen, hagan el bien, bendigan, recen y no rechacen. Es darse a sí mismo dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, a los que nos hacen mal, a los enemigos. Y ésta es la novedad del Evangelio.

Jesús nos muestra que no tenemos mérito si amamos a los que nos aman, porque eso lo hacen también los pecadores. Los cristianos, en cambio, están llamados a amar a sus enemigos:

«Hagan el bien y presten sin esperar nada. Sin interés y su recompensa será grande».

Ciertamente el Evangelio es una novedad. Una novedad difícil que hay que llevar adelante, yendo detrás de Jesús.

"Padre, yo… ¡yo no tengo la voluntad de hacer así!". Bueno, si no te sientes capaz de esto es un problema tuyo, ¡pero el camino cristiano es éste!. Éste es el camino que Jesús nos enseña. ¿Y qué cosa debo esperar?.

Vayan por el camino de Jesús, que es la misericordia; sean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Sólo con un corazón misericordioso podremos hacer todo lo que el Señor nos aconseja. Hasta el final...

Jesús nos pide que seamos misericordiosos y que no juzguemos. Tantas veces, parece que nosotros hemos sido nombrados jueces de los demás: con chismes, hablando mal… juzgamos a todos.

Y, en cambio, el Señor nos dice: «No juzguen y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados». Y al final nos pide que perdonemos y así seremos perdonados.

Todos los días lo decimos en el Padrenuestro: "Perdónanos como nosotros perdonamos". Si yo no perdono, ¿cómo puedo pedir al Padre que me perdone?.

Pero éste es el camino de Jesús: la magnanimidad, la generosidad; el darse a sí mismo sin medida. Por esto Jesús vino al mundo, y así lo hizo Él: dio, perdonó, no habló mal de nadie, no juzgó.

Ser cristiano no es fácil y no podemos llegar a ser cristianos sólo con la gracia de Dios o sólo con nuestras fuerzas.

Y aquí viene la oración que debemos hacer todos los días: "Señor, dame la gracia de llegar a ser un buen cristiano, una buena cristiana, porque yo no logro hacerlo". (Homilía en Santa Marta, 11 de septiembre de 2014)

Oración de Sanación

Mi Señor, tus principales mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo los acepto con fidelidad y alegría. ¡Qué dicha tan grande se siente al amarte!

Qué bien Señor, se siente encontrar tu rostro en las buenas personas y quererlos. Pero, también me enseñas algo radical, algo extremo de tu bondad, que sobrepasa todo razonamiento humano.

Me enseñas una locura inimaginable que no logro asimilar: Amar a los enemigos, amar a quienes me calumnian, me ofenden, me hacen daño... rezar por ellos

¿Qué enseñanza es esta mi Señor? ¿De dónde, mi Dios, se te ocurrió semejante hazaña jamás pensada por algún corazón humano? ¡Qué difícil! Es un mandato nuevo y proviene del centro de tu misericordia.

Tu gran misericordia es incomprensible para nosotros. ¿Cómo dudar de tu palabra? Tú eres la fuente de vida y todo lo que me pidas yo lo acepto, lo cumplo, porque te amo y quiero seguir tus pasos como debe ser.

Mi Dios, no puedo llamarme cristiano si mi bandera no es el perdón, la reconciliación y el amor. Ven a vivir y reinar en mi corazón, porque Tú eres un Dios grande, poderoso e invencible.

Quiero comprenderte más, amarte y cumplir con tus mandatos de amor, porque me quieres digno de Ti.

Quiero mostrarle al mundo tu rostro día a día, amando y rezando por aquellos que buscan dañar a los míos y a mí ¡Amén!

Propósito para hoy

Por muy malos momentos que tenga, ofreceré mi trabajo con alegría por todas esas personas que no conocen el mensaje de Jesucristo

Frase de reflexión

"Conforta, Señor, a cuantos sufren, especialmente a los enfermos, a los necesitados, a los desempleados". Papa Francisco

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