Papa Francisco 11 de marzo de 2017
Evangelio
según San Mateo 5,43-48
El
amor a los enemigos: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.
Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian
y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su
Padre celestial, que hace salir su sol sobre buenos y los malos, y manda su
lluvia sobre los justos y los injustos. Porque, si ustedes aman a los que los
aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan
tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los
paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es
perfecto" Palabra del Señor
Reflexión
del Papa Francisco
Amen,
hagan el bien, bendigan, recen y no rechacen. Es darse a sí mismo dar el
corazón, precisamente a los que no nos quieren, a los que nos hacen mal, a los
enemigos. Y ésta es la novedad del Evangelio.
Jesús
nos muestra que no tenemos mérito si amamos a los que nos aman, porque eso lo
hacen también los pecadores. Los cristianos, en cambio, están llamados a amar a
sus enemigos:
«Hagan
el bien y presten sin esperar nada. Sin interés y su recompensa será grande».
Ciertamente
el Evangelio es una novedad. Una novedad difícil que hay que llevar adelante,
yendo detrás de Jesús.
"Padre,
yo… ¡yo no tengo la voluntad de hacer así!". Bueno, si no te
sientes capaz de esto es un problema tuyo, ¡pero el camino cristiano es éste!.
Éste es el camino que Jesús nos enseña. ¿Y qué cosa debo esperar?.
Vayan
por el camino de Jesús, que es la misericordia; sean misericordiosos como su
Padre es misericordioso. Sólo con un corazón misericordioso podremos hacer todo
lo que el Señor nos aconseja. Hasta el final...
Jesús
nos pide que seamos misericordiosos y que no juzguemos. Tantas veces, parece
que nosotros hemos sido nombrados jueces de los demás: con chismes, hablando
mal… juzgamos a todos.
Y, en
cambio, el Señor nos dice: «No juzguen y no serán juzgados. No condenen
y no serán condenados». Y al final nos pide que perdonemos y así seremos
perdonados.
Todos
los días lo decimos en el Padrenuestro: "Perdónanos como nosotros
perdonamos". Si yo no perdono, ¿cómo puedo pedir al Padre que me perdone?.
Pero
éste es el camino de Jesús: la magnanimidad, la generosidad; el darse a sí
mismo sin medida. Por esto Jesús vino al mundo, y así lo hizo Él: dio, perdonó,
no habló mal de nadie, no juzgó.
Ser
cristiano no es fácil y no podemos llegar a ser cristianos sólo con la gracia de
Dios o sólo con nuestras fuerzas.
Y aquí
viene la oración que debemos hacer todos los días: "Señor, dame la gracia
de llegar a ser un buen cristiano, una buena cristiana, porque yo no logro
hacerlo". (Homilía en Santa Marta, 11 de septiembre de 2014)
Oración
de Sanación
Mi
Señor, tus principales mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al
prójimo como a mí mismo los acepto con fidelidad y alegría. ¡Qué dicha tan
grande se siente al amarte!
Qué
bien Señor, se siente encontrar tu rostro en las buenas personas y quererlos.
Pero, también me enseñas algo radical, algo extremo de tu bondad, que sobrepasa
todo razonamiento humano.
Me
enseñas una locura inimaginable que no logro asimilar: Amar a los enemigos,
amar a quienes me calumnian, me ofenden, me hacen daño... rezar por ellos
¿Qué
enseñanza es esta mi Señor? ¿De dónde, mi Dios, se te ocurrió semejante hazaña
jamás pensada por algún corazón humano? ¡Qué difícil! Es un mandato nuevo y
proviene del centro de tu misericordia.
Tu
gran misericordia es incomprensible para nosotros. ¿Cómo dudar de tu palabra?
Tú eres la fuente de vida y todo lo que me pidas yo lo acepto, lo cumplo,
porque te amo y quiero seguir tus pasos como debe ser.
Mi
Dios, no puedo llamarme cristiano si mi bandera no es el perdón, la reconciliación
y el amor. Ven a vivir y reinar en mi corazón, porque Tú eres un Dios grande,
poderoso e invencible.
Quiero
comprenderte más, amarte y cumplir con tus mandatos de amor, porque me quieres
digno de Ti.
Quiero
mostrarle al mundo tu rostro día a día, amando y rezando por aquellos que
buscan dañar a los míos y a mí ¡Amén!
Propósito
para hoy
Por
muy malos momentos que tenga, ofreceré mi trabajo con alegría por todas esas
personas que no conocen el mensaje de Jesucristo
Frase
de reflexión
"Conforta,
Señor, a cuantos sufren, especialmente a los enfermos, a los necesitados, a los
desempleados". Papa Francisco
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