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jueves, 20 de julio de 2017

Extraordinario 16-J democrático ¿y ahora qué?, @JesusAlexisGo10



Por Jesús Alexis González, 19/07/2017

La denominación de extraordinario (fuera de lo habitual o común), lo hemos empleado en un contexto que resta importancia al hecho numérico del resultado obtenido por la democracia el 16-J para enfatizar en su trascendencia sociopolítica, habida cuenta de haber sido un evento “semi-electoral” en un país como Venezuela donde priva la elección presidencial como motivador para concurrir mayoritariamente a una cita electoral hasta inducir una disminución de la abstención en comparación con otro tipo de elección;  tanto la referida a la falta de identidad con los candidatos así como a la tradicional abstención como forma de protesta. Es justamente esa “conducta electoral” de vieja data: “no voto para hacer sentir mi rechazo” lo que, en nuestra opinión, le confiere como espejo un alta valor añadido a lo acontecido el 16-J democrático (16-J-D) cuando no siendo una elección presidencial ¡ni de nada!, ni teniendo “efecto jurídico” (y por ende no vinculante), y que la DICTADURA lo tildó (calificativo despectivo o reprobatorio generalmente como critica o censura) mediáticamente como un acto político simbólico (que solo tiene un valor moral), que igualmente ejerció una atroz censura a los medios de comunicación (en aquellos que lo aceptaron) así como una “persecución implacable” a los trabajadores del sector público y a la “lista Clap”, que amenazó de forma encubierta sobre lo que sería ese día el comportamiento “especial” de los comandos motorizados oficialistas armados como estrategia de amedrentamiento (hacer que alguien sienta miedo), que convocó en la misma fecha un simulacro electoral cara a la ANC; y que de igual forma no hubo presencia del CNE (menos mal) ni custodia militar (otro menos mal), sin maquinas electorales (se repite el menos mal), teniendo como “tarjetón electoral” un pequeño “papelito” con tres preguntas bien redactadas;  y a pesar de todas “esas cosas” por vez primera en nuestra vida republicana (y suponemos que a nivel mundial) ¡una millonada de personas concurrió a “votar” solo a manera de PROTESTA!


Tan inédito (que es desconocido o nuevo) acontecer, y luego de haber transcurridos tres días de euforia (sensación de optimismo) experimentada por el sector democrático y de angustia para el sector dictatorial, se retorna a la rutina política con un problema adicional para la sufrida Venezuela: la aparición de un “nudo gordiano”, que hace referencia a una dificultad difícil de resolver que obliga a la formulación de ideas creativas en pro de buscar alternativas de solución. Permítasenos citar, que la expresión nudo gordiano se atribuye al Rey Alejandro Magno quien a su llegada al Templo de Gordio para asumir como Señor de Asia se encontró con un yugo atado con un nudo muy intrincado que tenía todos sus cabos escondidos siendo imposible de desatar, y de inmediato sacó la espada para cortar dicho nudo al tiempo de expresar da lo mismo cortarlo que desatarlo haciendo alusión a: da igual cómo se haga, lo importante es que se consiga. En lo que respecta a nuestro amado país, puede afirmarse que el 16-J-D se aplicó un “tirón adicional” al nudo gordiano venezolano por el simple hecho de haberse dado “perfil numérico” a la protesta estimulada tanto por el rechazo a NMM como al proceso constituyente; o lo que es lo mismo: se “cuantificó” el malestar del soberano en concordancia con el Artículo 5 Constitucional en cuanto a que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, hasta convertirse en motor del 333 y 350 también constitucional en lo referente a que los ciudadanos tienen el deber de colaborar a restablecer  la vigencia de la  CRBV cuando dejare de observarse,  al tiempo de desconocer cualquier régimen , legislación o autoridad que contraríe sus valores, principios y garantías; en un contexto nacional ahora caracterizado como un nudo gordiano con dos cabos bien diferenciados: (1) El democrático, que asume tener la razón y la fuerza para (i) exigir la redefinición del proceso constituyente  avalado por la abrumadora manifestación de “rechazo y desconocimiento al proceso fraudulento de convocatoria a una constituyente sin consultar previamente a los venezolanos” a tenor del primer punto de la consulta popular contenida en el “papelito”, y para (ii) solicitar  la celebración inmediata de las elecciones regionales indebidamente aplazadas, y para (iii)  continuar con la presión de calle de forma pacífica, heroica y valiente solicitando la renuncia simultanea de NMM y su Vicepresidente en favor de abrir la oportunidad para adelantar las elecciones presidenciales, y de otras aspiraciones como la libertad de los presos políticos, y más;  (2) El dictatorial, que insiste en afirmar que la constituyente es “indetenible” a pesar de la recomendación en contrario de 7.676.894 venezolanos y de  muchas Naciones como EE.UU, España, Brasil, Costa Rica, Argentina, Colombia, Alemania, Canadá, México, Puerto Rico, Perú, Panamá, y la Unión Europea entre muchos otras, que igualmente amenaza en aumentar la represión criminal a los efectos de repeler (hacer retroceder con violencia) la resistencia, protestas, manifestaciones, paros y trancas, “luchando hasta la muerte” según afirman. Ese deseo de cambio y libertad, animó al pueblo este 16-J-D  a superar “insuficiencias funcionales” como el haberse instalado apenas un 14% de los Centros de Votación que usualmente organiza el CNE, y de haber operado con el 37% de las Mesas Electorales que en cada ocasión dispone el “poder electoral”; a pesar de lo cual los demócratas obtuvimos el 60,3% de los votos válidos posibles  (padrón electoral menos un 33% de abstención similar al de las Parlamentarias 2015=12.730.000 votos potenciales, donde los 7.676.894 obtenidos por los demócratas equivale a ese 60,3%); al extremo de ajustarse a la tendencia histórica en la posición democrática de los votos: 7.270. 403 ( H. Capriles-2013 ), 7.726.066 (Parlamentarias-2015) con la bondad adicional que en este 16-J-D  ¡no estábamos eligiendo a nadie!

A pesar que en Venezuela se ha desvirtuado el poder de la negociación política, ante una presunción  que emana del supuesto (en ocasiones cierto) que cuando lo hacen es con la finalidad de alcanzar “acuerdos” para favorecer sus propios intereses, en estos momentos urge alcanzar una decisión consensuada que facilite cortar el nudo gordiano como resultado de un examen de los evidentes problemas y potenciales soluciones con actitud no confrontativa, tolerante y respetuosa teniendo como norte a ¡¡VENEZUELA!!

Econ. Jesús Alexis González


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