Erika Olavarría 18 de abril de 2020
@erikaolavarria1
Un
retrato de Nuestra Señora de Coromoto, la virgen patrona de Venezuela, había
sido instalado en la capilla Latinoamérica de la ilustre catedral parisina
siete meses antes del siniestro. Con el incendio, el cuadro fue evacuado junto
a otras pinturas y permanece confinado en el Museo del Louvre.
En
el año 2017, Elvia Martínez, venezolana radicada en París y presidenta de la
asociación católica venezolana Amar y Servir, seguía con dificultad la
actualidad sobre la crisis política en Venezuela.
Entonces
tuvo una idea: hacer una misa en honor a la virgen patrona de su país, Nuestra
Señora de Coromoto, en la Catedral de Notre-Dame. La joya del gótico parisino
es la iglesia donde cada mañana Elvia asiste a misa, así que no le fue difícil
acceder a su rector, Monseñor Patrick Chauvet.
"En
esa época las penurias en Venezuela ya eran muy importantes. Sentía que el
pueblo perdía un poco su esperanza incluso aquí en París. Pero el misterio de
la fe permite volver a creer y permanecer positivos. Monseñor Chauvet recibió
mi propuesta con los brazos abiertos, me dijo que estaba 'claro' que íbamos 'a
hacer una misa por Venezuela'. Y resultó muy linda. Yo mandé a hacer un afiche
de la virgen para tenerla allí presente en esa reunión espiritual de los
venezolanos en oración hacia nuestro país. Pero tras la misa, la catedral me
pidió quedarse con el afiche para ponerlo cuando fuera necesario para
Venezuela", cuenta.
Elvia volvió a organizar una segunda misa, en octubre
de 2018: "Pensé que era necesario retribuir a la Catedral su respaldo.
Y pensé en regalarle una tela, un ícono y me dirigí nuevamente a monseñor
Chauvet para preguntarle si tenían espacio. Él me respondió que sí nuevamente.
‘Tráigala’- me dijo- 'aquí ya tenemos a Nuestra Señora de París pero también
hay espacio para la virgen venezolana'". "Así la conocen aquí”,
recuerda Elvia.
Un pintor venezolano para la patrona
Elvia y la comunidad de venezolanos eligieron a un
pintor venezolano, Ismael Mundaray, para encargarse de la obra. "Él hizo
un esbozo, y aunque no es especialista en temas religiosos, al verla nos
miramos entre todos y entendimos que ésa era la virgen venezolana",
recuerda Martínez.
"El icono está inspirado en la imagen que ya
existe en Venezuela", explica Mundaray, que vive en París hace 30 años.
Efectivamente, una reliquia de Nuestra Señora de Coromoto descansa en un
santuario en Guanare, en el oeste de Venezuela, y data de 1652 cuando la
virgen supuestamente 'se le apareció' a un grupo de indígenas.
"Yo me concentré más en su mirada, en el
hecho de que se puede observar y ver desde todos los ángulos y de esa
manera interpelar y darle regocijo a todo ese público que la venera. Usé un
formato renacentista de 92 × 73 y la monté en París, en un sitio
especializado en marcos antiguos, después de haber visitado todos los
templos y los museos en Valencia, España", explica el pintor.
A salvo tras el incendio
Tras el incendio de Notre Dame, Nuestra Señora de
Coromoto fue rescatada de la iglesia en llamas y trasladada a las bodegas del
Museo del Louvre donde sigue confinada: "El año pasado fue difícil con el
incendio porque todo el mundo quería saber la suerte de nuestro ícono. Hacía
apenas siete meses que lo habíamos entregado. Esa misma noche me avisaron que
afortunadamente todas las obras habían sido puestas a resguardo", cuenta
aliviada Elvia.
La tela venezolana no es el único ícono
latinoamericano en Notre Dame. También hay una imagen de la virgen de
Guadalupe, la patrona de México, un cuadro tallado en plata con corona de oro y
esmeraldas que estaba en los muros de la Catedral y que no fue evacuada del
edificio incendiado. Además hay un Cristo de los Milagros, peruano, tallado en
plata que compartía la capilla latinoamericana con la virgen de Coromoto.
Tomado de: https://www.france24.com/es/20200415-incendio-notre-dame-paris-nuestra-se%C3%B1ora-coromoto
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