Por Henrique Capriles
El poder es un préstamo que
nos da el pueblo, por lo tanto, es el compromiso más importante que debe tener
todo gobernante. Ese préstamo que se nos otorga a través del voto y por un
periodo de tiempo, es el mecanismo que nuestro pueblo tiene para asegurar su
desarrollo y progreso.
Sin embargo, todavía hay
personas que creen que el poder es un regalo que se les concede por fuerza
divina y que ellos no se le deben al pueblo sino que el pueblo es quien debe
servirlos a ellos. Esa es la concepción de poder que tiene Nicolás Maduro y su
cúpula corrupta, y en esa concepción, el voto de un pueblo que no cree más en
promesas vacías es un obstáculo.
Maduro y su camarilla de
enchufados se dieron cuenta que no pueden mantenerse en el poder por los votos,
ya la diferencia es muy grande y no hay como ocultarla, y tampoco tienen
espacio en nuestra Constitución para ello, por eso, en medio de su debilidad,
decidieron realizar una maniobra fraudulenta pretendiendo perpetuarse en el
poder.
Conscientes de esto, en ellos
crece cada día más el miedo hacia el pueblo, si, ese que te da como préstamo el
poder que tienen en sus manos y que te lo puede quitar si no respondes a ese
préstamo. Y ese miedo al pueblo los ha llevado a tramar este nuevo fraude de
una supuesta Constituyente, que no solo busca cambiar la Constitución de 1999
sino que además nace burlándose de ella, así como se burla de nuestro pueblo al
no ser consultado, y el resultado de este nuevo proceso será eternizar el drama
social y la exclusión que hoy padecemos los venezolanos.
Contra eso debemos unir todos
los esfuerzos para rescatar nuestra democracia, esa que alguna vez fue ejemplo
para el mundo, porque si el dictaduro llega a concretar su propósito de
consolidarse con este nuevo fraude, significaría la disolución de Venezuela
como República.
Algunos pensarán que 100 días
son muchos días en la calle, pero todos los procesos llevan su tiempo, es
cierto que este, realmente ha sido largo y doloroso, pero debemos seguir
inquebrantables en nuestro propósito de cambio, con el paso firme y la
convicción de que construiremos una nueva Venezuela intacta. Es hora de
resistir y persistir.
La resistencia ciudadana y
democrática en las calles de toda nuestra Venezuela son ejemplo del valor y
coraje que tenemos los venezolanos. Nuestras voces de protesta unidas han
despertado el interés de quienes aún estaban dormidos y se han sumado a la
lucha contra un gobierno que rompió el hilo constitucional y dio un golpe de
Estado. Todos somos necesarios para rescatar nuestra democracia. Debemos seguir
unidos alzando nuestra voz para que cada vez sean más quienes se sumen. Una de
las razones para esta conquista democrática ha sido la unidad del pueblo.
Hemos avanzado mucho en esta
lucha, despertamos el interés del mundo entero, algo que anteriormente era
impensable. Nos toca seguir avanzando sin desistir.
Por eso, apegados más que
nunca a nuestra Constitución, quienes hacemos vida en la Unidad, hemos decidido
solicitar a la Asamblea Nacional que, de acuerdo con el Artículo 71 de la
Constitución Nacional, convoque a un Proceso Nacional de Decisión Soberana para
que sea el pueblo quien decida el rumbo que debe asumir el país, para que
decida o no adherirse masivamente a la aplicación de los artículos 333 y 350 de
la Constitución, para que sea el pueblo el que retome el poder originario que
la cúpula narco corrupta secuestró, es decir, el derecho a elegir, y a partir
de ese resultado, activar el levantamiento democrático en la totalidad del
territorio nacional y la activación de la Hora Cero nacional.
Este próximo domingo 16 de
julio, los venezolanos seremos parte de un hecho sin precedente en la historia
política nacional, porque estamos llamados a participar en un gran juicio
popular.
El juicio popular de este 16
de julio tiene anclaje en el artículo 5 de la Constitución, que establece que
la soberanía reside en el pueblo y le otorga el poder de pronunciarse y decidir
sobre asuntos de interés nacional. Los artículos 71, 333 y 350 soportan la
consulta popular solicitada por el “Acuerdo de Unidad Nacional” a la Asamblea
Nacional el pasado lunes 3 de julio y que fue ratificado por el Parlamento.
Aunque el gobierno pretenda
desconocerlo, en democracia “la soberanía reside intransferiblemente en el
pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución
y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio…”, así lo consagra el
artículo 5 de la Constitución, que Maduro pretende cambiar a través del fraude
constituyente, porque ya no se acomoda a sus fines de perpetuarse en el poder.
Pero, también el artículo 71
establece el referéndum consultivo para someter las materias de especial
transcendencia nacional y que puede ser iniciativa de la Asamblea Nacional, una
vez aprobado por la mayoría de sus integrantes. El plebiscito es entonces, parte
de los derechos humanos de carácter político que tenemos los venezolanos y que
están establecidos en el título tercero de la Constitución.
Los otros artículos que dan
base a esta consulta son el 333 y el 350. El artículo 333 establece que si la
Constitución perdiera vigencia o fuera derogada por un acto distinto a los
procedimientos establecidos en ella, todo ciudadano está en el deber de
colaborar en su restablecimiento, y partiendo de la base de que la
Constituyente que ha sido convocada por Maduro es ilegítima, al no haber
consultado al pueblo, debemos activarnos como pueblo para restablecer la
vigencia de nuestra Constitución.
Mientras que el 350, es tan
simple, que nos da la facultad para desconocer cualquier régimen, legislación o
autoridad que contradiga los principios democráticos o los derechos humanos,
los cuales son violados a diario por quienes están hoy en el gobierno.
Así que este 16 de julio
desconoceremos al fraude constituyente de Maduro y daremos reconocimiento
exclusivo a la Asamblea Nacional como único poder legítimo en este momento en
Venezuela, porque fue escogido con más de 14 millones de venezolanos.
Ese día, respondemos tres
preguntas: 1.- ¿Rechaza y desconoce la realización de una asamblea nacional
constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo
venezolano? 2. ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y
defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea
Nacional? Y 3.- ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos
de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de
elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?
En nuestra Constitución
cabemos todos. En el invento constituyente de Maduro, cabe sólo él y su
proyecto de perpetuarse en el poder.
Son muchos los sueños que
fueron cercenados por la cruenta represión ordenada por un genocida al que más
temprano que tarde lo alcanzará la justicia. La protesta masiva ya supera en
tiempo a la que ocurrió en Ucrania en 2004 o a las que tuvieron lugar en 1989
en la órbita socialista durante el “Otoño de las Naciones” cuando se derrumbó
la Cortina de Hierro al caer el Muro de Berlín y se vino a pique el comunismo
y, en 1991, la propia Unión Soviética.
Estamos dando una batalla
contra un gobierno deslegitimado y débil que tiene sus días contados.
Preparémonos concienzudamente para los días por venir. Organización, unión y
calle hasta que recuperemos nuestra libertad, para luego recomponer a nuestra
valiente y heroica patria. El camino para los venezolanos no son los cuarteles
ni las utopías comunistas, el camino es la democracia y hay que rescatarla
entre todos.
¡Qué Dios bendiga a nuestra
Venezuela y nos permita recobrar nuestra democracia!
09-07-17
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