Por Héctor Antolínez
Los dirigentes de oposición
admiten que la dinámica del país ha debilitado las estructuras partidistas y
repercutido en la relación con las bases.
Desde que en 2017 se
realizaron las elecciones del 30 de julio para elegir a la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), la oposición venezolana da la impresión de que no ha
sabido cómo reaccionar ante la iniciativa del chavismo y, a un año de
aquel evento —que transformó el panorama político en Venezuela—, lo único que
ha hecho ha sido debilitarse, algo que algunos dirigentes reconocen y que se
denuncia desde las bases, donde se reclama no solo la falta de estrategia a nivel
parroquial, sino abandono.
Desde la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) y desde el Frente Amplio (FA) se ha reafirmado constantemente
que la “hoja de ruta” para lograr un cambio democrático en el país pasa por el
apoyo a los diversos sectores sociales en la protesta y en el respaldo a las
partes de la sociedad que más se han resentido por la crisis económica. Esto
fue algo reafirmado el pasado 23 de abril, cuando desde la alianza opositora se
llamó a una protesta para el 27 de ese mes a sectores sociales para encaminar y
visibilizar la crisis. El llamado, aunque fue replicado, no tuvo el más mínimo
efecto de convocatoria, algo crítico para un sector político que un año antes
era capaz de reunir a decenas de miles de personas en una marcha.
La falta de convocatoria para
las últimas actividades de calle de la oposición se puede deber a una serie
diversas de causas: las secuelas de las protestas del 2017, el temor a la
represión del Gobierno, la desconfianza hacia los líderes de la oposición,
entre muchos otros. Sin embargo, un motivo clave ha sido el distanciamiento del
alto mando nacional de los partidos opositores a sus bases, las cuales les
reclaman a estos no solo por una estrategia unificada, sino también por
atención.
José Gregorio Ochoa (Chegoyo)
es un dirigente social en Antímano y Carapita, en la ciudad de Caracas, y
asegura que, para él, lo que está ocurriendo es una extensión de lo que pasa en
el país, donde la crisis alcanza lo económico, lo social y lo cultural, es por
eso que, a su juicio, lo político no es distinto.
Foto: Cheché Diaz
“En las bases la crisis es
evidente cuando se observa cómo hay distintos criterios que se contradicen y
que chocan con otros que generan división y fractura. El último caso de esto
fue la falta de acuerdo de la oposición sobre si se abstenían o votaban, fue un
hecho evidente que produjo fracturas en todos los niveles”, opinó Ochoa.
Chegoyo narra que en su lucha
cotidiana observa como “el dirigente de base” se queda estancado en su labor
política al no recibir “ninguna orientación básica” de los partidos. Entonces,
la misión social se mantiente mientras que la otra —la política— pierde
fuerza. El dirigente comunitario destaca que no hay coordinación para canalizar
las denuncias de la gente y que la estrategia aplicada hasta ahora tampco está
dirigida a atender sus necesidades.
“Obviamente que la presencia
de los partidos está afectada porque no ha habido una política organizacional
dirigida a fortalecer el trabajo de la base social militante. No ha habido la
posibilidad de estructurar organizaciones de base”, afirma.
Para Ochoa, la falta de
estrategia hacia las bases en el país significa un riesgo que beneficia al
chavismo, particularmente en el caso de eventos electorales, es por eso que
pide a los partidos llevar a cabo un “cambio” en la política para que se
entienda que “se debe invertir la pirámide” y que se apoyen los liderazgos
salidos desde las comunidades, ya que solo así el pueblo se podrá empoderar y
“tener una posibilidad real de producir un avance frente al Estado
todopoderoso” que representa el PSUV.
Si no hay un cambio creo que
el resultado ya es conocido, van a ir a elecciones de concejos municipales, se
va a imponer una maquinaria y van a gobernar todos los concejos. Van a producir
revocatorios de mandatos, y obstáculos a las alcaldías opositoras”, advirtió.
“Solo lo contactan a uno
cuando hay una elección y eso no puede ser así”
Luis Benedicto Vera es otro
dirigente social de Caracas, uno que hace vida en La Candelaria, zona en la que
reside y en la que ha hecho política por varios años para el partido al que
pertenece: Un Nuevo Tiempo. El líder comunitario denuncia que en la experiencia
reciente que ha tenido con los partidos políticos, incluyendo el suyo, es que
estos solo parecen mostrar interés por las bases en momentos de época
electoral.
“Yo soy miembro de UNT y no sé
si eso me traerá un problema decírtelo a ti, pero los partidos solo lo
contactan a uno cuando hay una elección y eso no puede ser, un partido tiene
que vivir de la lucha constante, en el problema, la alegría y la tristeza”,
confesó.
Vera cuestiona que los
partidos no estén “invirtiendo en lo social” un área en la que cree es
necesario tener más peso.
“Creo que los partidos se
olvidaron de la sociedad. Te pueblo hablar de la iglesia en la que estoy que sí
hacemos eso: hacemos sopa, ayudamos a las personas con sus problemas, vamos a
los barrios de La Candelaria donde vivo a guiar a las personas. Los partidos
no”, dijo.
El dirigente incluso va más
allá de la simple denuncia y sostiene que parte del fracaso a la hora de
conseguir resultados frente al gobierno de Nicolás Maduro pasa porque no tienen
una base que los apoye desde abajo y que los sostenga.
Los líderes de la oposición
están enfocados en buscar el poder y el poder no se consigue si no se tiene una
base sólida bien hecha y si ha servido. Yo me siendo orgulloso de que a mí
me reconocen como dirigente comunitario, más allá del partido en el que
milito”, soltó.
La posición de los partidos:
La dinámica del país repercute en las estructuras
Jesús Armas es concejal de
Primero Justicia para Caracas, uno de los rostros más presentes en las
protestas que diariamente se registran en la capital del país por la falta de
servicios. Explica que no se trata de “una conspiración” de la dirigencia nacional
para ignorar a las bases de los partidos, sino que, más bien, obedece a la
realidad y la dinámica de Venezuela que ha debilitado las estructuras
partidistas.
“Creo que sí hay una
separación, pero no es una conspiración ni una separación en los intereses, lo
que ha pasado es que muchos de los principales líderes de la oposición están
fuera del país o detenidos“, dijo el funcionario al ser consultado sobre el
tema y puso como ejemplo a dos grandes líderes de la tolda amarilla: Julio
Borges y Carlos Ocariz, el primero que se mantiene fuera del país “por las
amenazas del Gobierno” y el segundo “defendiéndose” de las acusaciones del
oficialismo que lo señala de irregularidades durante su gestión al mando de la
Alcaldía de Sucre en el estado Miranda.
Foto: Mariana Mendoza
“Creo que es la dinámica, eso
repercute en las estructuras de los partidos”, afirmó el concejal.
Armas reitera que, aunque no
es algo intencional, sí es un problema que está latente y que a diario se trata
de solventar con activismo y organización política. No obstante, reconoce que
es difícil con la crisis económica y social.
“Muchos dirigentes de base se
nos han ido del país, muchos no han podido sobrevivir y han tenido que emigrar,
sobre todo la dirigencia joven. Otros se han quedado rebuscándose como pueden,
pero eso hace que baje su participación en las actividades partidistas. Es la
realidad del país reflejada en los partidos“, expresó.
Regenerando estructuras en las
bases
Jesús Armas mantiene que para
recuperar las estructuras PJ ha ido poco a poco retomando el diálogo con las
comunidades y apoyándolas en asuntos como las protestas por las faltas de
servicio, así como acompañándolas en las soluciones para solventar “la crisis
humanitaria”. Primero Justicia no es el único partido que está haciendo esto,
lo mismo está haciendo Acción Democrática (AD).
Ivlev Silva es coordinador de
la juventud adeca y señala que, ahora que el partido cortó lazos con la Mesa de la Unidad
Democrática, un punto importante para la tolda blanca será
el reconstruir los vínculos con toda la militancia empezando desde abajo, desde
las bases.
Para AD, los órganos más
locales son los “Comités Locales”, los cuales se constituyen en los barrios y
zonas populares. Estos han existido desde hace más de 10 años, pero como
reconoce el propio activista, “han ido perdiendo fuerza”, es por eso que los
están “refundando”.
“Los tenemos desde hace
10 años y ahora trabajamos para refundarlos. Ahora están siendo los
denunciantes de los problemas de su comunidad, lo que pasa es que se complica
por el temor que hay en las zonas en las que viven porque hay grupos armados y
colectivos que no permiten que la dirigencia se lleve a cabo de forma normal.
Hay más de 10.000 comités locales en el país y estamos armando más. La idea es
tener así información de los problemas y mejorar la militancia“, explicó Silva.
El militante de AD manifestó
que desde el Gobierno se ha ido “inyectando” desánimo en la población para
desmovilizarla y dijo que ese es el principal reto de los partidos en la
actualidad, recuperar el ánimo de las personas para involucrarlas en la
política.
“Vamos a tener comités locales
en cada uno de los estados y de los municipios, nuestro plan es recorrer el
país y hablar con los militantes que han estado alejados por la desesperanza
que ha inyectado el Gobierno.
Hablaremos con la sociedad civil para darles a
conocer el proyecto de país que quiere AD y esperamos con eso ir recuperándolos“, detalló.
Fotos: Archivo Crónica.Uno
09-07-18
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