José Luis Farías 06 de octubre de 2019
@fariasjoseluis
En
visible estado de desesperación Nicolás Maduro ha dicho: “Si el gobierno de
Noruega se mueve para convocarnos a reiniciar la exploración de diálogo con el
otro sector de la oposición, nosotros iríamos inmediatamente”.
Pero
su exasperación no equivale a sinceridad, franqueza, honestidad. No señor. No
permitamos que nos confunda. Sigue siendo el mismo ser sin escrúpulos que
convirtió al país en tierra de Hades.
Son
palabras del mismo personaje que le dio una patada a la mesa el 8 de agosto
pasado tras la aplicación de nuevas sanciones de parte de EE.UU., quien intenta
regresar de nuevo a la negociación luego de que Putin en persona le ordenara
volver a Oslo.
¿Ahora
bien, solo es un gesto más de cinismo, es una nueva trampa, o más bien la
postura de un sujeto colapsado que cumple irremediablemente una orden,
atormentado por saberse perdido?
Maduro
busca una tabla de salvación y se va a aferrar a lo que sea. En su ahínco
Maduro miente y mentirá hasta el cansancio, seguirá repetitivo e incapaz de
hablar con naturalidad y seriedad.
Sus
palabras son falsas, está temeroso, no desea perder el escaso poder que lo
sostiene. Es alguien afanado de encontrar un arreglo por salvarse de la
justicia.
Y
resalta su idea central: “Estamos listos para acudir a cualquier convocatoria
que el gobierno de Noruega haga para reiniciar la exploración. Hoy mismo
estamos listos; si dependiera de nosotros lo hiciéramos ya. Es más, lo
hiciéramos en Venezuela”.
Sin
embargo, Maduro no deja atrás la prepotencia ni abandona su condición de hombre
frenético. Ni siquiera cuando simula cordialidad y buena disposición puede
esconder que es un personaje continuamente altanero y rabioso .
Es
así como dejó caer que ese encuentro puede ser “Con presencia del mundo entero.
El único que nos parece que no debe venir es la basura de Luis Almagro, pero el
resto es bienvenido”.
En
Maduro todo es falso, su única defensa es agredir y acusar a los demás de sus
propios errores, por eso pide investigar a Juan Guaidó en tanto persigue y
encarcela a parlamentarios y demás dirigentes de oposición.
La
trampa salta a la vista, cuando expresa sus consideraciones destaca su
manipulación: “Tenemos una mesa nacional de diálogo con amplios sectores de la
oposición donde participan tres excandidatos presidenciales de la oposición
(Fermín, Falcón y Bertucci) más de 7 partidos de oposición y significan el 40 %
del voto de la oposición según las encuestas”.
Llega
hasta afirmar que los delegados de Guaidó se habían comprometido para pedir el
levantamiento de las sanciones de Estados Unidos, “pero no cumplieron”. ¡Vaya
desparpajo!
Se
descubre en su rostro la mirada fija de quienes acostumbrados a mentir buscan
hipnotizar más que convencer de cuanto dicen. Aunque si usted le presta algo de
atención descubrirá a un sujeto tenso, rígido, completamente tieso en sus
apariciones públicas, paralizado por su desconcierto.
Así,
mientras en su gestualidad se descubre un personaje dominado por el
nerviosismo, de mirada de desquiciado, de movimientos torpes, en las palabras
de Maduro también se descubren su incoherencia y contradicciones.
El
Maduro que por un lado se burla de las sanciones y ha dicho sentirse
“orgulloso” de ser sancionado por el imperio, por el otro clama porque se las
quiten y advierte que esa será su principal petición si Noruega vuelve a
convocar la negociación.
Esta
semana que culmina Maduro dijo todo tipo de sandeces, pero si alguna de ellas
mostró con absoluta claridad su desvarío fue cuando, al comentar la supuesta
renegociación de la deuda externa que estarían adelantando Delcy y El Aissami,
afirmó que las sanciones norteamericanas al impedir las transacciones con su
régimen “en los bancos del mundo” los convierten en sus principales víctimas.
“El
principal obstáculo lo ha presentado Donald Trump. Si algún día pudiera darse
un proceso de negociación entre Donald Trump y Nicolás Maduro el primer tema
que yo pondría sería que los primeros perjudicados son ellos por las sanciones
bancarias, que nos impiden hacer transacciones con el sector monetario de
occidente”.
Por
si faltaba algo, Maduro rebosó el vaso cuando aseguró que cuenta con los
recursos y está buscando formas para pagar pero no han podido cancelar por
estos bloqueos. Y que un ejemplo de ello es que está “al día” con Rusia y
China. ¡Válgame Dios! ¡Es un billete de quince!
José
Luís Farías
@fariasjoseluis
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