Por Bernardo Kliksberg
Una de las cuestiones claves de la Cumbre planetaria de
Glasgow, fue cómo salvar los bosques de la tierra, en grave riesgo. Si se toma
a la deforestación como un país, en el ranking de los emisores de gases
invernadero es el tercero. Solo China y EEUU emiten más. Cada año la situación
empeora. En el 2020 se perdió un 12% de bosques tropicales respecto al 2019. La
destrucción de bosques agrega a la atmósfera el doble de dióxido de carbono, que
el lanzado por todos los autos de EEUU anualmente. Son fundamentales en la
absorción del principal gas invernadero. Entre el 2007 y el 2016 absorbieron el
28% del mismo. Además filtran el agua, enfrían, estimulan las lluvias, y
sostienen la biodiversidad.
Si no se frena el ascenso de las emisiones de
las energías sucias y la deforestación en la próxima década se puede superar el
temido 1.5% de incremento de la temperatura sobre la preindustrial y desatar
desastres climáticos cuantiosos, y daños ecológicos irreversibles.
En Glasgow 100 países acordaron frenar
drásticamente la deforestación para el 2030. El Primer Ministro de Inglaterra
Boris Johnson resaltó: “Estos grandes ecosistemas, estas catedrales de la
naturaleza, son los pulmones de nuestro planeta”.
Entre los planes acordados se hallan ampliar
reservas naturales, proteger a las comunidades locales y las poblaciones
indígenas que dependen de los bosques para su supervivencia, fortalecer
programas que reduzcan deforestación a cambio de apoyo económico en países en
desarrollo, prohibir actividades depredadoras, y otros semejantes. Diversos
donantes han anunciado que apoyarán programas de este tipo. Doce gobiernos han
comprometido aportar 12.000 millones de dólares, empresas privadas 7.000
millones, De esos recursos 1700 millones se destinarán a comunidades indígenas.
30 instituciones financieras decidieron dejar de invertir en empresas
responsables por la deforestación.
Entre otros aspectos, múltiples investigaciones muestran que la naturaleza está mucho mejor cuidada en las áreas gestionadas por poblaciones indígenas. Sin embargo solo reciben el 1% de los fondos de financiamiento pro forestación. También indican que en el Amazonas, la mayor selva tropical, la actual política pública abrió su explotación a intereses avariciosos, a la minería salvaje y hostilizó a los indígenas. Entre agosto 2020/julio 2021 se destruyeron 4200 millas cuadradas de bosques, una cifra récord.
Es posible preservarlos como lo están haciendo entre otros Canadá, los nórdicos, Costa Rica e Israel (donde el árbol es una institución nacional).
¿El planeta es salvable? En Glasgow, una joven líder indígena Txai Surui (24 años) habló por los jóvenes y explicó a la masiva audiencia de Jefes de Estado y decisores: “En el Amazonas donde vivo la tierra dice que no tememos más tiempo. Los animales están desapareciendo, los ríos están muriendo y nuestras plantas no florecen como antes. No cierren sus ojos a la realidad”.
En una nueva obra “El Libro de la Esperanza“, la mayor autoridad mundial en primates, Jane Goodall, 87 años, afirma que por cuatro razones se puede mantener la esperanza: la inteligencia humana, la espiritualidad de las personas, la resilencia de la naturaleza, y el poder de los jóvenes. Dice: “sabemos que debemos hacer (entre otros temas como eliminar la deforestación), y temenos todavía una ventana de tiempo para hacerlo, pero no es una ventana grande, y se está cerrando”.
(*) Se puede ampliar en la reciente obra del autor “Por un mundo mejor”. Disponible en Mercado Libre: https://bit.ly/3iWfSmw, y en el Canal YouTube Bernardo Kliksberg: https://www.youtube.com/watch?v=shoe3WR_sa0&ab_channel=BernardoKliksbergOficial.
kliksberg@aol.com
10-11-21
https://www.eluniversal.com/el-universal/111512/como-salvar-los-bosques
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