José Luis Farías 02 de mayo de 2023
@fariasjoseluis
El
descaro de Nicolás Maduro no conoce límites. Este 1º de mayo nos cubrió de
falacias en brutal burla a los trabajadores venezolanos con unas medidas
humillantes, inaceptables en un país hundido por la corrupción que alcanza
cifras impensables, utilizada por Maduro para cambiar su narrativa, siendo que
ahora "no es el bloqueo sino el saqueo", la culpa de los males, según
dijo una de sus camaradas.
Con
inusitada desfachatez, el mandón pretendió vender como un avance reivindicativo
la bonificación del 91% del ingreso laboral, que en la práctica no es otra cosa
que el Acta de Defunción del salario mínimo, las vacaciones, los aguinaldos y
las prestaciones sociales, conquistas laborales históricas que han costado
sangre, sudor y lágrimas.
El fulano Bono de Guerra fue rebajado a menos de la mitad (pasó de 44$ a 20$ en los activos y a 10$ los jubilados y pensionados), sin ningún incremento del salario real que continuará en los insignificantes 5$ en tendencia a la baja con la indetenible devaluación del bolívar.
En
este contexto, los trabajadores jubilados y pensionados, que suman cinco
millones y medio dependientes de la Administración Pública, que no cobran Cesta
Ticket y apenas tienen un Bono de Guerra chucuto, son los que más sufrirán las
consecuencias del ajuste contractivo.
Por si
fuera poco, Maduro anunció una nueva reforma tributaria para aumentar los
impuestos. Esta pesada carga impositiva reducirá la demanda y profundizará la
caída de la economía que no puede resistir más impuestos. Es una medida
totalmente contraproducente en un contexto recesivo, que se suma a los más de
15 impuestos y contribuciones fiscales y parafiscales y a las matracas
policiales y burocráticas que extorsionan a productores y comerciantes.
La
falta de interés por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es
preocupante, Maduro se niega a aumentar los salarios "teniendo como
hacerlo", señala José Guerra, con el aumento de la exportación de 140.000
barriles diarios de petróleo por Chevron que reportaran más de 3.500 millones
de dólares. Exportaciones que pudieran aumentar si el gobierno garantiza
elecciones libres en 2024 que lleven a un levantamiento de las sanciones
económicas para disponer de ingresos que permitan un incremento real en los
ingresos familiares.
Pero
Nicolás Maduro prefiere seguir en su ceremonial de ficciones con su discurso
manipulador de medidas que no cubren las necesidades básicas de los ciudadanos,
envuelto en su retórica antiimperialista que no convence ni a sus seguidores
que ayer le dijeron NO a sus mentirosos anuncios.
Venezuela
necesita un cambio radical en su política económica si se quiere salir de esta
crisis, necesita un gobierno que escuche a su pueblo y tome medidas efectivas
para mejorar su calidad de vida. De lo contrario, la situación seguirá
empeorando y los ciudadanos seguirán sufriendo las consecuencias de un gobierno
que no está a la altura de las circunstancias.
Es
hora de dejar atrás las promesas vacías. Es hora de tomar medidas efectivas y
concretas que puedan sacar a Venezuela de esta crisis. Es hora de escuchar a
aquellos que realmente saben cómo solucionar los problemas económicos del país
y trabajar juntos para lograr un futuro próspero y sostenible. Solo así
podremos garantizar un futuro mejor para todos los venezolanos.
José
Luis Farías
@fariasjoseluis
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