Eddie A. Ramírez 24 de mayo de 2023
El
primer terremoto tuvo origen telúrico, hizo aflorar lo mejor de los
venezolanos y, años después, desencadenó una actividad que cambió a nuestro
país. El segundo, fue por causa antrópica, asomó las peores cualidades de
nuestro pueblo y asoló casi todo, menos la esperanza y voluntad de reconstruir.
El 18 de mayo, hace 158 años, tuvo lugar un terremoto en el
Táchira que hizo brotar petróleo en una finca y despertó el espíritu
empresarial de distinguidos tachirenses, quienes crearon la compañía Petrolia
del Táchira. El otro terremoto ocurrió en 1998, cuando se cometió el error de
elegir a un personaje experto en demoliciones. La reconstrucción de Venezuela
pasa, entre otras cosas, por salir del régimen y por rehabilitar nuestra
industria petrolera.
Con respecto a esto último, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV organizó un foro presentado por Rómulo Frías, quien aseveró que, ante el empobrecimiento del país, se requiere que nuestra industria petrolera desarrolle todo su potencial. De allí su invitación a presentar propuestas a conocedores del tema.
Humberto
Calderón Berti señaló que el petróleo fue factor fundamental en la
modernización del país. El éxito logrado por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en
el período 1976 al 2002 se debió a que el proceso de nacionalización se produjo
con mucho consenso, estableciendo a Pdvsa como casa matriz no operadora,
responsable de planificar, coordinar y realizar la gestión financiera. El
ministerio de Energía y Minas dictaba y discutía con Pdvsa los lineamientos de
la política a seguir, aprobaba los planes y resultados. El Estado no
tiene recursos suficientes para aumentar la producción y poner a funcionar las
refinerías. Reconstruir la Pdvsa anterior es inviable. Sin embargo, contar con
Pdvsa es imprescindible, al menos en una primera etapa, ya que es lo único que
tenemos para generar divisas. Para ello debe redimensionarse y desprenderse de
empresas que realizan actividades no relacionadas con los hidrocarburos, todas
ellas quebradas. La mayor inversión y actividad tendrá que venir del sector
privado. Hay que modificar la Ley de Hidrocarburos. El Estado no debe ser
empresario.
Rafael
Gallegos mencionó que el petróleo seguirá teniendo un rol preponderante
en la matriz energética mundial, quizá unos 25 años en los países desarrollados
y unos 50 en los subdesarrollados. Incluso, si mejoran las tecnologías de
captura y secuestro de CO2, podría ser mucho más. Nuestra producción podría ser
de un millón de barriles por día de petróleo liviano y mediano y de tres
millones provenientes de la Faja del Orinoco. Será imprescindible una amplia
apertura al sector privado, tal y como existe en México, Brasil, Colombia y
Argentina. Se requiere una nueva ley de hidrocarburos, una agencia
independiente de energía, establecer regalías flexibles y que, tanto estas,
como los impuestos, sean destinados a inversión. Presentó los
escenarios de estatización, apertura y privatización, recalcando que es un
falso dilema el de estatización versus privatización. Es partidario de una
Pdvsa más pequeña y recalcó que la soberanía no implica que la industria
petrolera sea operada por el Estado.
Rafael
Quiroz enfatizó que no hay que entregar la industria petrolera al sector
privado, ya que el Estado debe tener control de la producción y de los precios,
componentes básicos de la geopolítica. Sin embargo, está de acuerdo en que es
imprescindible la inversión privada, ya que se requieren unos 25.000 millones
de dólares al año, durante diez años, para llegar a producir unos tres millones
de barriles por día. Calificó de mentira afirmar que tenemos las mayores
reservas petroleras del mundo. Mencionó que entre los países productores
ocupamos el puesto número 13 en reservas probadas, pero que de todos modos son
cuantiosas. Estados Unidos tiene siete cuencas petrolíferas más grandes que la
Faja del Orinoco. Recalcó que hay 38 empresas mixtas en la Faja, casi
todas paralizadas esperando el aporte que le corresponde a Pdvsa.
El costo de producción en la Faja está entre 28 y 35 dólares por barril,
mientras en el caso de crudos convencionales es de solo 7,85 dólares. El precio
promedio de nuestra cesta de exportación es de 18,50 dólares por barril.
David
Morán expuso la necesidad de reestructurar las empresas del Estado,
explorando mecanismos de transferencia de activos al sector privado, así como
instrumentos de participación de los trabajadores. Preservar la propiedad de la
nación sobre los yacimientos de hidrocarburos, maximizar producción de petróleo
y de gas, permitir la participación de empresas internacionales, establecer
subsidios directos. Recalcó los problemas de declinación de la producción, destrucción
del sistema de refinación, incumplimiento de estándares de seguridad higiene y
ambiente, corrupción y quema excesiva de gas. Se debe ir a un
modelo de libre mercado. El petroestado y estatismo fueron un desastre. El
mayor Producto Interno Bruto por habitante se logró en la etapa concesionaria
de 1957. Nuestra participación en producción de crudo a nivel mundial fue de
13,5 por ciento en 1960 y de solo 0,91 en el 2021. El monopolio estatal de
Pdvsa debe ser concesionado o privatizado, con adecuada fiscalización estatal.
Elio
Pepe Trifance recalcó lo perjudicial que son las tendencias totalitarias.
Enfatizó que el país requiere cuantiosos recursos para su recuperación, la
necesidad de generar suficiente renta y de un nuevo sistema productivo.
De
este y otros foros, este escribidor de cuartillas concluye que hay cierto
consenso alrededor de este tema: el Estado no tiene, ni tendrá suficientes
recursos para reactivar la industria petrolera, por lo que se requiere
inversión y presencia de petroleras con músculo financiero y tecnológico. A
mediano plazo es imprescindible contar con una Pdvsa de menor tamaño, después
se verá si la misma puede y debe mantenerse. El Estado tiene muchos medios para
controlar las compañías que vengan y hay experiencia en el pasado. Tenemos
recursos humanos para contribuir a reconstruir las ruinas ocasionadas por el
terremoto que tuvo su mayor intensidad en el 2003 con el despido de 726
ejecutivos y gerentes, 12.371 profesionales y técnicos, 5.659 operadores, artesanos
y mantenedores, además de unos 2.500 trabajadores de diferentes niveles de la
empresa mixta Intesa.
Como
(había ) en botica: Lamentamos el fallecimiento de Franklin Patiño, compañero
de Gente del Petróleo y de Unapetrol. ¡ No más prisioneros políticos, ni
exiliados!
Eddie
A. Ramírez
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