Orlando Viera-Blanco 29 de noviembre de 2023
@ovierablanco
Los
términos de pospolítica o posdemocracia se comienzan a utilizar desde la
filosofía política de izquierda, para referir el declive y posterior derrumbe
del socialismo real, en el que se produce un consenso en torno al marco
incuestionado de la democracia representativa, la economía de libre mercado y
el liberalismo cosmopolita…En la pospolítica [prólogo de la antipolítica] el
consenso tecnócrata, liberal y de mercado [global] sustituye el antagonismo
‘político’ propio de la naturaleza humana, como la lucha de clases…
Para Mouffe y Laclau (2004), “lo político es la dimensión del antagonismo constitutivo de todas las sociedades humanas, mientras que lo pospolítico sería un orden hegemónico en el cual la dimensión antagonista de lo político se encuentra reprimida”. Ese nuevo orden hegemónico no es competitivo por lo cual tiene una vocación elitista, autoritaria, inelástica, reformista. No es ideología, es primacía. ¿Quién se responsabiliza de consagrar una nueva dimensión del poder? ¿Quién reduce la política a lo económico o a lo social? ¿Existe un remedio definitivo a la política, una manifestación pura, honesta e infalible capaz de sustituir sistemáticamente lo político?
El
fenómeno de los notables vino a ser una expresión de la antipolítica, una
respuesta antagónica de vocación hegemónica. En el caso venezolano se trató de
un grupo de intelectuales que denunció la corrupción, el burocratismo y la
ineficiencia económica, apostando a la aplicación de medidas para revertir los
problemas, pero también, un quiebre del régimen establecido.
Los
notables venezolanos-como la Asamblea de Notables Francesa de 1787 liderada por
Charles de Calonne para salvar las finanzas de la Corona de Luis VI [último rey
de Francia que cae con la revolución francesa]-buscan la revisión a profundidad
del modelo de poder, eliminando del horizonte de cambio político gobiernos
rentistas, de establishment bipartidistas, de castas privilegiadas, de orden
clientelar…Era la conformación de un Estado minimalista, cuentadante y liberal
¿En los momentos que atravesaba el país, era una oferta plausible o un
detonante revelador, como le ocurrió a Calonne?
En
tres entregas nos proponemos revisar la historia reciente de la antipolítica en
Venezuela, su impacto y pertinencia. No se trata de un mea culpa personalísimo.
Estudiaremos el fenómeno en términos de cultura política y valores venezolanos.
No es activar la vara del reproche. Es valorar la temporalidad de los hechos de
cara a las coyunturas. Es reconocernos o no, como una sociedad proclive a la
distensión sociopolítica, lo cual por cierto, denuncia el propio Uslar como
característico del sistema político post independentista.
Hablamos
de la antipolítica y de los notables como expresión cultural generadora de
quiebres o de redención política, factor determinante de genealogía [mutación]
del poder. Dividimos el análisis en tres partes: i.-El gendarme necesario o la
primera ola de redención política. ii.-El Pacto de Puntofijo o segunda ola de
redención político-social iii.-El triunfo del antagonismo o tercera ola
frustrada redención político-social [Chávez].
De
montoneras al positivismo criollo
Latinoamérica
vivió una intensa y prolongada hegemonía caudillista en el siglo XIX. La
cultura del hombre a caballo, de sable, bota y oliva, quedó en nuestro
imaginario hasta la entrada del siglo XXI. No estoy muy seguro que “la
fascinación” por el gran caudillo haya desaparecido, pero sin duda el
florecimiento de un ideal democrático y el desgaste del discurso de lucha de
clases de los 60, cuestionó sensiblemente la hegemonía del “caudillo redentor”.
Los caudillos
renacen en Latinoamérica en los años ochenta, cuando la confianza entre la
ciudadanía, partidos políticos y el Estado, experimentan una erosión palmaria
que derivada del modelo cepalista, interventor y paternalista, característico
de la subregión, muy acentuado en la Venezuela petrolera de vocación saudita,
cepalista y rentista. El gendarme necesario de Laureano Vallenilla Lanz, [el
cesarismo democrático del siglo XX], enaltece la figura mesiánica y con mano
dura para lograr la paz, la estabilidad y el desarrollo de la sociedad…Es el
eslabón perdido entre la Venezuela heroica y es Estado ausente.
Mercedes
Pulido-acertadamente-sostuvo que “el republicanismo purificador reconoce la
democracia como el régimen ideal de gobierno, sin embargo, asume que cuando el
deterioro es profundo al punto que niega la posibilidad de vivir en democracia,
se hace necesaria la dictadura restauradora de las virtudes cívicas
ciudadanas”. Esa “dictadura restauradora” y redentora, coronó con la llegada de
Juan Vicente Gómez y otros gendarmes a la víspera…
Desde
una visión antropológica, al decir de Herrera Luque, esta etapa gendarme,
positivista, de unión, paz y trabajo, deja una huella perenne en el ideario
venezolano. El hombre de charretera y sable, aun siendo analfabeta, pero a
caballo, troche y moche, era el único capaz de poner orden y asegurar la
conducción del estado, entendiéndose por “orden”, el hombre fuerte, el
generalote al decir de Pocaterra. Obedecer es vivir y morir en paz…Esta lógica
de bienestar policial, devora la política. La moral y la ética quedan reducidas
a un apaciguador de revoluciones. La ciudadanía no es una condición natural del
Estado-Nación. Es un decreto, una concesión jerárquica…Véase que el
derrocamiento de Isaías Medida y la denominada revolución del 45, tuvo como
punto de inflexión la disputa sobre el derecho del pueblo a ejercer el voto
directo.
En
esta situación el componente conflicto y disputa en torno al orden social, se
identifica progresivamente por la política y luego erosiona por la antipolítica…Esta
dinámica dio origen pacto de puntofijo. Más tarde, el orden liberal, el
Consenso de Washington [de los 90] como respuesta tecnócrata-antipolítica-al
modelo social demócrata. Al decir de Wilson y Swyngedou [2015] es la
pospolítica, “los conflictos y antagonismos reducidos a problemas que deben ser
manejados por expertos, legitimados por procesos participativos prediseñados en
los cuales el espectro de posibles resultados está predefinido y limitado”.
Surgen
entonces “los técnicos”, los versados, los pospolíticos, los despolitizados,
como manifestación pura, honesta y genuina del espacio público, que irrumpen en
sistemas políticos establecidos. Los notables también antagonizan.
Catalizadores de cambios que pueden ser un salto evolutivo o un salto a la
nada…si no interviene la política.
Amaneció
de golpe. La agonía de los partidos y la democracia…
Caracas.
27 de febrero de 1989. Estalla una reyerta popular derivada de años de
relegación social y humanitaria. El 27-F a nuestro juicio no fue un hecho
aislado. El “Caracazo” no se reduce a una respuesta iracunda a la denominada
coronación de CAP quince días antes, el aumento de la gasolina [leve y días
antes] o al etiquetado paquetazo económico neoliberal [que aún no comenzaba a
aplicarse]. Venezuela arrastraba un proceso rentista, desigual, repartito y
excluyente, que condujo a una borrachera de petrodólares, una borrachera
demoscópica y democrática [dixit Alain Minc]…La agonía política vino precedida
de un control desbordado de la renta y una miseria injustificada en un país
rico. La exclusión no la sufrían sólo los desvalidos. La política estatista y
partidista nos condujo a la pérdida de un tejido social, a una sociedad pasiva.
Más de 60 años de crecimiento económico sostenido, no inflacionario [1920-1980],
comenzaban a derrumbarse en profundas divisiones sociales, gremiales,
industriales y políticas. Las élites intelectuales no fueron la excepción.
La
división dentro de (AD), la ruptura del esquema de partidos [AD, Copei, el
MAS], el agotamiento del modelo rentista, la devaluación del bolívar [Herrera
Campins 1983]; el cuestionamiento moral del barraganato [Lusinchi 1984-1989] y
la llegada de Pérez II exacerbando “el componente de conflicto y disputa” entre
tecnócratas y políticos, entonaron el ruido de sables. Los notables ponen su
nota…
El eco
cuestionador de hombres de letras logró resonancia en los medios.
Personalidades respetadas por su aquiescencia, sabiduría y asentimiento, dan
cuenta de la moral contra los políticos. Denuncian su ineficacia como
servidores públicos. Y lo hacen en momentos de inmensa fragilidad
sistémica…Cabe recordar la carta de los notables del 10/8/1990, año y medio del
caracazo, firmada por Arturo Luis Berti; Alfonzo Ravard; Alfredo Boulton,
Arnoldo Gabaldón; Arturo Uslar Pietri; Carlos Guillermo Rangel; Domingo Maza
Zabala; Elías Rodríguez Azpúrua; Eloy Lares Martínez; Ernesto Mayz Vallenilla;
Hernán Méndez Castellanos; Ignacio Iribarren; Isbelia Sequera Segnini; Jacinto
Convit; José Melich Orsini; José Román Duque Sánchez; José Santos Urriola; José
Vicente Rangel; Martín Vegas; Miguel Ángel Burelli Rivas; Pastor Oropeza; Pedro
A. Palma; Rafael Pizani, Tulio Chiossone y María Teresa Castillo…El 25 de
agosto de 1.990 Arturo Uslar Pietri propone la creación de la figura de primer
ministro, y el 3 de diciembre de 1.990 el grupo de Los Notables publica un
segundo documento en el que se quejan del ejecutivo [CAP] y de los partidos
políticos, por no tomar en cuenta su exigencia de elecciones uninominales y de
reforma judicial
El 30
de julio de 1991, Los Notables publican un tercer documento exigiendo la
satisfacción de sus demandas como respuesta a la crisis nacional. En una
entrevista a El Nacional, Uslar Pietri declara el 17 de noviembre 1.991 que si
a la crisis venezolana no se le dan respuestas puede producirse un golpe de
Estado. El 1 de diciembre 1.991, Uslar Pietri nuevamente declara en el programa
Primer Plano de RCTV que «sería idiota negar la posibilidad de un golpe».
En su
libro Golpe y Estado [1.991] Arturo Uslar Pietri nos dice: “En Venezuela, en
estos años, la oposición no ha ofrecido nunca una posibilidad semejante de
alternativa verdadera. La diferencia entre un gobierno «adeco» y uno
«copeyano», que es lo que hemos conocido hasta hoy, no pasa de matices, de
rasgos de personalidad, de estilo de gobernar, de aspectos de moral pública,
pero en lo esencial de los fines de la acción gubernamental, la concepción de
la función del Estado, el concepto de desarrollo de la sociedad civil es
fundamentalmente el mismo. Esta situación de indefinición y de coincidencia entre
las opciones partidistas de poder ha hecho mucho daño a la democracia en
Venezuela y plantea hoy, con más exigencia que nunca, la necesidad de una más
clara definición y alternativa programáticas entre los partidos y de una más
inteligible y clara opción para los electores”.
¿Eran
pertinentes estas misivas? ¿De cara al golpe de estado del 4F-1992, estos
emplazamientos fueron un catalizador antagonista? ¿La historia reconoce este
evento como un llamado de atención válido de Los Notables? ¿Fue genuino, honesto,
legítimo, oportuno? ¿Actos preparatorios para la defenestración de CAP y la
entrada de algún notable? ¿Complot o ingenuidad pospolítica que se les fue de
las manos? ¿Obraban [Los Notables] por interés propio o por interés del país?
Y
amaneció de golpe el 4F-1992. Seguidamente el “por ahora”, grandes titulares
que sugerían aprobación de la leva de armas; luego el discurso de mar de Fondo
de Caldera, del congreso chimbo de Aristóbulo, la destitución de CAP en Mayo de
1993, el sobreseimiento de Chávez [1.994] y el salto a la anomia. ¿Casualidad o
Causalidad? ¿Por qué Caldera II no fue nunca increpado por Los Notables? Es la
luz o la sombra de una estela: la antipolítica.
En
nuestra próxima entrega…los protagonistas, los discursos y las tizas de odios y
violencias que heredamos de la antipolitica…
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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