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viernes, 23 de junio de 2017

La mamarrachada constituyente de Maduro, por @fariasjoseluis



José Luis Farías 22 de junio de 2017

Corto y Picante:

La idea de que una vez instalada la constituyente fraudulenta de Maduro nos jodimos todos, toma cuerpo en la conciencia del venezolano. El fundamento es una intensa campaña de declaraciones públicas de analistas, expertos, sabelotodos e inexplicablemente dirigentes de oposición, deliberadamente estimulada por una no menos intensa campaña de rumores proveniente de la dictadura porque es a ella a quien en definitiva le resulta conveniente.

El objetivo es claro: sembrar frustración en el momento en el cual se elijan los constituyentes fraudulentos y se instale esa mamarrachada para actuar sin resistencia alguna durante un tiempo determinado. Desde ya debemos alertar sobre esa perversión en caso de llegar a consumarse.

Se aprovecha la desorientación, la ignorancia y la incertidumbre. Posturas que lejos de movilizar racionalmente a la gente la desespera y la conduce a actuar con irracionalidad o a paralizarla de miedo. Por lo cual, en el supuesto de instalarse, ya nada se podría hacer salvo tratar de huir del país. ¡Fin de mundo! Pues nada más lejos de la realidad.

Para muestra un botón de la historia más reciente. Entre el 2005 y el 2010 el régimen de Chávez tuvo un poder cuasi infinito. Tan gigantesco o más al de una Constituyente. Además de controlar todos los poderes públicos, disponer sin control alguno de los más fabulosos ingresos petroleros de toda nuestra historia, tener un liderazgo carismático, contar con una inmensa legitimidad producto de un amplio apoyo de masas tenía un sorprendente reconocimiento internacional.

Sin embargo, todo ese descomunal poder no le sirvió para dominar al país y hacer que los venezolanos aceptarán su nefasto modelo del socialismo del siglo XXI. No solo no pudo, en ese esplendor sufrió su primera gran derrota el 2 de diciembre de 2007.

¿Qué esperar entonces de Maduro en el caso de lograr instalar su constituyente fraudulenta? El hombre del mazo amenaza con fulminar a la Fiscal General y desmontar la Asamblea Nacional y con seguridad cumplirá su vil promesa. Pero honor a la verdad, no le servirá de nada. Un poder de facto, dictatorial, tiránico, despótico y nepótico enfrentado durante más de 80 días consecutivos y que seguirá siendo enfrentado por un pueblo dispuesto a luchar por su libertad.

Qué esperar de un tipo que no pudo frenar el dólar paralelo, garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas, desterrar la corrupción, acabar con la inseguridad, eliminar el billete de a cien. De un individuo inepto rodeado de ladrones.

Maduro no tiene los ingresos, la legalidad, el carisma, el respaldo popular, el apoyo internacional para imponer su voluntad. El partido hace aguas, medio gobierno es perseguido por la justicia internacional y la otra mitad está en veremos, la Fiscal lo arrincona, la FANB está revuelta y el pueblo no está dispuesto a abandonar la calle.

Corresponde a la oposición intensificar la campaña contra el mamarracho constituyente para convencer, en total y absoluta paz, con inteligencia, hasta el último de los venezolanos de no participar de ese fraude.

 
José Luis Farías

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